"La procesión sigue en casa"

El plantel no desconoce la crisis institucional, pero lejos de desmotivarse piensa en el ascenso como objetivo inquebrantable, para el que se trabaja fuera y dentro de la cancha. La observación que una psicóloga le envió a LG Deportiva disparó el análisis

10 Mayo 2013

El aporte de una lectora de LG Deportiva (ver punto de vista) fue el puntapié inicial para conocer la opinión de los jugadores respecto a los dilemas que se viven La Ciudadela. Es cierto que la casa no está para nada en orden, pero aquí el objetivo se pone por sobre todas las cosas. El lema del equipo sobre el sueño del ascenso no se rompe ni se borra, a pesar de la crisis institucional que no deja en paz a San Martín. 

"San Martín económicamente está muy mal y eso lo sabemos todos. Pero creo que cuando entrás a la cancha te olvidás de todos los problemas", dice Luciano González, voz de mando dentro y fuera del campo, para abrir el análisis. La pasión por la profesión lo mueve: "cuando venimos a entrenar nos desconectamos y desenchufamos de todo porque es lo que lo amamos. En mi caso, jugar al fútbol es lo mejor que me pasó en la vida, junto con tener un hijo", describe, profundo.

Y sí, hay obstáculos en el camino y el trabajo del equipo se dificulta. Un club sin comisión directiva y con deudas como goteras son ejemplo suficiente. "Lucho" entiende la observación. "Esas son cosas que comentamos cuando estamos entre nosotros, pero desde que vinimos a entrenar por primera vez nos propusimos el objetivo que es el ascenso, y vamos a dejar la vida para buscarlo" sentencia el 2. Ahí está la clave para él, y todos la comparten.

En medio del estudio avisan que la meta no se toca ni se negocia. "Sabemos que en estos momentos no están los dirigentes y hay otras personas encargadas del club hasta las próximas elecciones, y es un tema jodido, pero nos apartamos de eso al entrenar y cuando llegamos a casa la procesión sigue. El esfuerzo no termina", resumió Gonzalo Cáceres, que le dio vital importancia a la profesión: "somos futbolistas y sabemos bien qué cosas pueden pasar cuando la institución está en un mal momento".

El santiagueño, dupla de zaga con "Lucho" fue el que tocó el tema de la desmotivación. ¿Desmotivación? Jamás. "Como grupo, hablamos de los problemas pero siempre tomando todo con un poco de humor, con gracia. Es que si te ponés a pensar en todos los problemas te das cuenta de que no se termina más y eso no es un buen ambiente para trabajar", dice. Y ojo, al humor se lo acompaña.

A su juego lo llamaron Carlos Roldán toma el papel. Lee atento "Invitación". De fondo, el bochinche traspasa las paredes del vestuario. Mucha música y cargadas al por mayor ("Gonza" no dibujó nada: ante todo, en el plantel reina la buena onda). "Listo", dice el DT, el mismo que desde que llegó por cuarta vez a La Ciudadela nunca dejó pasar el tema emocional y psicológico de su plantel. Es que se encontró con un equipo dolido y decaído en todas sus caras, pero con charlas y atención supo levantarlo y darle esperanzas, las que hasta hoy siguen vivas. "Todo lo que se menciona son temas en los que trabajamos", devela Roldán y pone el acento en el pedido: hacer bien las cosas porque la suerte no ayuda. "Y claro, la suerte no existe. Existe más el trabajo, el compromiso, la concentración, el sacrificio y fundamentalmente existe la confianza en uno mismo. A partir de eso trabajamos", recalca el técnico.

"Aquí, ante los problemas o errores, nadie busca la salida rápida. Si no estamos preparados psicológicamente, mentalmente y emocionalmente, va a ser difícil que nuestro carácter tenga esa sensación positiva que tiene que tener ante cualquier situación que se atraviese", aclara el entrenador. Roldán es la voz cantante aquí, y por detrás enfila todo un grupo que a pesar de las malas promete nunca bajar los brazos.

Roldán agotará los días para fabricar el próximo 11 titular 

El lunes aún está lejos del calendario. Carlos Roldán lo sabe, por eso se permite seguir probando. Las piezas del equipo para enfrentar a Juventud Unida de San Luis están en la mente del DT, que ayer trabajó con sus muchachos en el complejo. Paró un primer equipo y a partir de allí intensificó trabajos de pelota parada y dirigió fútbol entre suplentes. De este último lado hubo nombres que supieron estar en la lista oficial y que reaparecieron luego de mucho tiempo, como Gustavo Balvorín Héctor López (recuperados). Alejandro Rébola, que ya cumplió las tres fechas de suspensión, está para volver, pero Roldán mantuvo a Gonzalo Cáceres en su lugar. Del mismo lado que el cordobés estuvieron Esteban Goicoechea (suspendido) yRubén Molina, que sigue relegado por el buen momento de Patricio Rodríguez (metió un gol en el miniduelo contra el equipo de La Liga). 

Los primeros titulares de la semana fueron los mismos que se repitieron en los últimos partidos con dos modificaciones obligadas: Mario Vera por el herido Rolando Serrano y Facundo Ermini por el suspendido Gustavo Ibáñez.

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PUNTO DE VISTA

Una lectura psicológica  de la crisis

Lic. Silvia Carbone - Psicóloga clínica - Mat. Prof. 1409


Hace un buen tiempo que se manifiesta y se observa en el grupo de jugadores una serie de conductas propias de un perfil que describió Freud como "los que fracasan al triunfar"; si bien se refería a un perfil de carácter construido en el sujeto como base de una estructuración psíquica, en este caso considero interesante elaborar una breve aplicación del concepto, ya que el equipo representa, como grupo constituido, varios elementos de dicho rasgo, principalmente el de inhibiciones que perjudican, obstaculizan y paralizan el trabajo en equipo.

Se trata de situaciones en las cuales los sujetos que alcanzan éxitos parciales o están a punto de hacerlo experimentan un fracaso emocional y psicológico, en nuestro caso, producido fundamentalmente por un conjunto de desmotivaciones. Este es un rasgo basado en una dinámica inconsciente que tiene que ver con la posición de ese futuro "saboteador" en la situación edípica; este marco teórico se recrea en la vida institucional por la permanente acefalía o pasividad de quienes debieron actuar como cabeza directriz. En la lectura psicológica ese "padre ausente" o "pasivo" provoca una sensación de abandono y desaprobación; si a esto le sumamos la falta de reconocimiento económico, tenemos un panorama completo.

Mientras la gente busca tener logros por sus consiguientes sentimientos de satisfacción y placer, lejos de producir alegría, algunas personas, una vez obtenida la realización de sus deseos, comienzan a sentir ansiedad, se desorganizan o bien se enferman somáticamente y no se tranquilizan hasta haber hecho añicos tales logros.

Como profesional de la psicología, en el trabajo de la clínica de la escucha, propongo ir más allá de la queja, de la pasividad y de la sensación de "hacer bien las cosas pero la suerte no ayuda...". El abordaje terapéutico puede pensarse como una reeducación del sujeto, desde un modo eficaz adherido a todas las encrucijadas en las que el grupo vino a caer al enredarse en las exigencias de lo social comunitario y en su complejidad y diferencia.

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