Olimpo: la casa es chica, pero el riesgo es grande

Las dimensiones del estadio "Roberto Carminatti" en Bahía Blanca son de las más pequeñas en Argentina y en Atlético lo tomaron en cuenta."Cualquier rechazo o hasta un saque de arco puede terminar en una chance de gol", explicó Diego Barrado, quien jugó allí. El viento será otro factor.

13 Mayo 2013

El estadio "Roberto Carminatti", escenario del partido entre Atlético y Olimpo esta tarde, es, de por sí, un tema de preocupación y estudio por parte de los que lo visitan. Sin dejar de lado que los que lo utilizan cada dos semanas están terceros, tienen la valla menos vencida y están asegurándose uno de los ascensos a Primera, sus pequeñas dimensiones han instalado el tema desde que el equipo bahiense se hizo un lugar en los primeros planos de la B Nacional.

"Hay que jugar tipo fútbol 5", le dijo Marcos Aguirre, jugador de Lanús, en 2010 a "Olé". Sin sonar tan peyorativos, los jugadores "decanos" también se refirieron a los escasos 90 metros de largo del campo de juego. "Es chiquita, cualquier saque de arco o rebote se puede convertir en una jugada de peligro para el contrario. Hay que estar preparados", dice Diego Barrado, que jugó una temporada allí y conoce los secretos.

Sin embargo, la ventaja de la rapidez en la transición defensa-ataque, por el tamaño de la cancha, de la que habla el volante que será titular hoy a las 17, no parece haber sido equitativa: en 32 partidos que van de la temporada, Olimpo ha recibido sólo 19 goles, menos que cualquier otro equipo en el campeonato. Es decir, el visitante sabe que su arquero puede transformarse en un asistidor, pero no le es tan fácil conseguir goles.

Claro, de esos 32, 16 los jugó allí y la repetición hace al maestro. Algunos equipos como ese Lanús de Aguirre o el Vélez de Ricardo Gareca, tratando de tener al menos una semana de adaptación, entrenaron en la previa acortando las medidas de su propia cancha, como para empezar a sentirse en el "Carminatti". Este no fue el caso de Ricardo Rodríguez, que dejó al Monumental como estaba en los ensayos futbolísticos: con sus 105 metros de largo (15 más que el Carminatti) y 70 de ancho.

"RR" le dedicó lo suyo al espacio y sabe que una pelota parada podría abrir y cerrar el partido en un santiamén, aunque también tiene en mente otro factor más propio de la ciudad que del estadio: el viento. Ante Instituto, el último partido que Olimpo jugó como local, las brisas llegaron a correr a más de 30 km/h y casi que definieron quién atacaría en cada tiempo: los locales en el primero (un gol) y los visitantes en el segundo (un gol).

"Es una época del año donde te puede perjudicar. El que sepa usar a su favor un tiro libre o una pelota de media distancia, sacará ventajas", dice el entrenador. Para mañana se espera una velocidad similar a la hora del partido y, si a los delanteros el área les queda más a mano que de costumbre, con el viento, la entrega de la pelota a la red puede ser inmediata.

"Los pateadores van a tener el arco más cerca", advierte Barrado, que podría ser uno de ellos, pero la frase apunta más que nada a Luis Rodríguez, el goleador de este campeonato con varios goles desde afuera del área y uno de ellos, justamente, fue contra Olimpo en el Monumental (con la ayuda de un desvío en Iván Furios).

Sería un error creer que el contexto es más importante que el juego en sí, pero en situaciones como esta, Atlético también fallaría si se olvida de lo que lo rodea. El plato principal es Olimpo, pero deberán tener cuidado con la guarnición.

Están obligados a dejar sin nada al rival

Independientemente del viento, las dimensiones de la cancha y cualquier otro factor externo o interno a la cuestión llamada Olimpo-Atlético, este partido no es uno más para ninguno de los dos comensales, en lo que será un lunes a puro fútbol.

Ambos necesitan la victoria como el aire mismo que respiran. Es imprescindible sumar de a tres, sobre todo para el anfitrión que, en esta recta final parece haber amagado con hipotecar el tercer lugar de la tabla de posiciones y, claro, el tercer ascenso disponible a Primera. Sarmiento hoy, lo acecha a cuatro puntos.

En Atlético, más allá del deseo de todavía mantener vivo el fuego sagrado de colarse en la elite del fútbol argentino, el triunfo lo ayudaría a dejar en jaque su objetivo: ascendería a 47 puntos y quedaría a tres de alcanzar la marca de 50, lo mínimo e indispensable para no sufrir en demasía con el promedio la temporada que viene.

Ojo, el "decano" tampoco irá al palo por palo. El punto, en tierras hostiles, y depende cómo se de el encuentro, no será para nada bienvenido. Una clave hacia el camino del éxito puede estar en la pelota parada, un recurso que Atlético últimamente no utilizó. En cancha, "Pulguita", Barrado y Bustamante son opciones. En el banco, Gabriel Méndez espera su chance.

Está todo dicho, entonces.

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