Las multas por mal estacionamiento

17 Mayo 2013
La transgresión a las normas tiene que ver con un espíritu de rebeldía pero también con una falta de respeto a los demás. Las leyes se hacen para ordenar la convivencia en una sociedad y para que todos la cumplan. De ese modo, se garantiza básicamente el funcionamiento armónico o, por lo menos, tolerable de una comunidad. Una buena parte de los tucumanos son proclives a violar las normas viales.

Una de las faltas más comunes es la de estacionar en lugares prohibidos, también en doble fila, en una ochava, sobre la vereda, en la zona peatonal, en las paradas de ómnibus y de taxis o en las salidas de los garajes. De acuerdo con la estadística de 2012 de la Dirección Municipal de Tránsito, que no incluye diciembre, se labraron 27.511 multas, muchas más que las 21.337 infracciones registradas en 2010, lo que representa un incremento del 23%. Se efectúan unas 80 multas por día por estas infracciones.

Mientras el director de Tránsito reclama más herramientas legales para combatir la rebeldía, un proyecto de ley presentado en la Legislatura local propone abolir el uso de los cepos porque impide la libertad de transitar. El autor sostiene que no es necesario inmovilizar el vehículo, porque ello implicaría un estacionamiento forzado por tiempo prolongado.

Una opinión diferente tiene el responsable de la Asociación Civil "Luchemos por la vida", quien le dijo a nuestro diario que hace unos años se eliminaron los cepos en Buenos Aires y la experiencia resultó negativa. Manifestó que estacionar mal es "sinónimo de acostumbrarse a no cumplir con las normas. Además, es la causa de muchos accidentes. Por un lado, porque los vehículos mal estacionados congestionan el tránsito, lo entorpecen y generan impaciencia en los conductores, que después pretenden recuperar el tiempo perdido. Por el otro, dificultan la visión de los conductores y de los peatones, y causan peligro", señaló.

Ello sucede, por ejemplo, con vehículos que estacionan en ochavas de calles estrechas, como la Chacabuco, pasando la San Lorenzo en dirección al sur: los choferes de ómnibus o camiones que doblan por allí se ven en aprietos a menudo por los autos que les impiden el paso; una situación parecida ocurre en San Martín, pasando la Monteagudo, frente a la comisaría primera.

Las multas por los estacionamientos prohibidos oscilan entre $60 y $300, y para destrabar el cepo, $200. El Tribunal de Faltas se ocupa de juzgarlas infracciones, puede autorizar el pago de la multa hasta en cinco cuotas mensuales y consecutivas.

En otras ocasiones, hemos señalado que para desalentar la transgresión o su reiteración podrían elevarse los montos en forma significativa, de modo que al infractor le "duela el bolsillo" o aplicar la probation. Basta recorrer a diario las peatonales para observar motos y bicicletas estacionadas, sin que ningún inspector municipal actúe.

Pero la sanción por sí sola difícilmente logrará un cambio de hábito, si no hay educación. Si en dos años hubo un incremento de un 23% sólo en la prohibición del estacionamiento, significa que los controles no son efectivos y la educación que reciben los ciudadanos a la hora de obtener la licencia de conducir es insuficiente. Si no se dictan cursos exigentes que incluyan evaluaciones con los aspirantes a sacar el carnet o a renovarlo, difícilmente se erradicará esta penosa mala costumbre de no respetar al prójimo.

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