21 Mayo 2013
Las diferencias políticas entre el intendente de Yerba Buena, Daniel Toledo, y algunos representantes del oficialismo en el Concejo Deliberante superaron las "charlas de café" y se instalaron en el recinto.
Los ediles intentan minimizar los desacuerdos para no hablar de fracturas, pero reconocen que -en el Concejo- el peronismo está dividido en tres bloques. Por un lado están Marcelo Albaca y Antonio Pisano (Partido de los Trabajadores), y Mauricio Marcoccia (Corriente Popular). Estos, según dijeron, ya no integran el "toledismo". Del otro lado permanecen Antonio Caferro, Luciano Villegas y Rolando Canseco, quienes continúan respondiendo al intendente. "Ya no respondemos a Toledo. Por el lugar que ocupamos estamos en mayor contacto con la gente y sabemos que hay muchos reclamos. Dialogamos con el intendente, pero como no logramos zanjar las diferencias decidimos dejar de integrar ese espacio", aseguró Albaca.
Tal parece ser el distanciamiento entre los bloques oficialistas que, el jueves 9 en una sesión extraordinaria, iban a revisar una ordenanza sobre el acceso a la información pública y discutir el cupo de empleados del Concejo, restringido por Toledo al comienzo de su gestión. Sin embargo, esa sesión no se llevó a cabo porque el propio toledismo no dio quórum para que se realice. "Toledo ha perdido el (control del) Concejo. Indudablemente hay una interna en el peronismo de Yerba Buena. Y el detonante de este problema son los empleados que el Concejo le cedió al municipio", aseveró Marcoccia.
Según explicaron los ediles, el año pasado Toledo les pidió que mermaran el número de empleados -tenían siete y se quedaron sólo con dos- para abaratar costos. Sin embargo, afirmaron no saber cuál fue el destino de ese dinero que, en total, ascendería a unos $ 2,5 millones. A pesar del distanciamiento con el jefe municipal, los ediles aclararon que continúan alineados con el alperovichismo.
En tanto, el edil Mariano Campero (UCR) dio otra versión. "Hay diferencias en el oficialismo. Incluso los ediles firmaron proyectos que molestaron al Ejecutivo, al punto de que este presionó impidiendo la sesión prevista para el 9 de mayo. Esa deliberación extraordinaria fue solicitada por concejales oficialistas que, a 'último momento', decidieron no dar quórum", relató el opositor. El jueves hay reunión ordinaria y se trataría el Presupuesto 2013, lo que subiría aún más la temperatura del conflicto.
Los ediles intentan minimizar los desacuerdos para no hablar de fracturas, pero reconocen que -en el Concejo- el peronismo está dividido en tres bloques. Por un lado están Marcelo Albaca y Antonio Pisano (Partido de los Trabajadores), y Mauricio Marcoccia (Corriente Popular). Estos, según dijeron, ya no integran el "toledismo". Del otro lado permanecen Antonio Caferro, Luciano Villegas y Rolando Canseco, quienes continúan respondiendo al intendente. "Ya no respondemos a Toledo. Por el lugar que ocupamos estamos en mayor contacto con la gente y sabemos que hay muchos reclamos. Dialogamos con el intendente, pero como no logramos zanjar las diferencias decidimos dejar de integrar ese espacio", aseguró Albaca.
Tal parece ser el distanciamiento entre los bloques oficialistas que, el jueves 9 en una sesión extraordinaria, iban a revisar una ordenanza sobre el acceso a la información pública y discutir el cupo de empleados del Concejo, restringido por Toledo al comienzo de su gestión. Sin embargo, esa sesión no se llevó a cabo porque el propio toledismo no dio quórum para que se realice. "Toledo ha perdido el (control del) Concejo. Indudablemente hay una interna en el peronismo de Yerba Buena. Y el detonante de este problema son los empleados que el Concejo le cedió al municipio", aseveró Marcoccia.
Según explicaron los ediles, el año pasado Toledo les pidió que mermaran el número de empleados -tenían siete y se quedaron sólo con dos- para abaratar costos. Sin embargo, afirmaron no saber cuál fue el destino de ese dinero que, en total, ascendería a unos $ 2,5 millones. A pesar del distanciamiento con el jefe municipal, los ediles aclararon que continúan alineados con el alperovichismo.
En tanto, el edil Mariano Campero (UCR) dio otra versión. "Hay diferencias en el oficialismo. Incluso los ediles firmaron proyectos que molestaron al Ejecutivo, al punto de que este presionó impidiendo la sesión prevista para el 9 de mayo. Esa deliberación extraordinaria fue solicitada por concejales oficialistas que, a 'último momento', decidieron no dar quórum", relató el opositor. El jueves hay reunión ordinaria y se trataría el Presupuesto 2013, lo que subiría aún más la temperatura del conflicto.
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