22 Mayo 2013
Hoy no importa nada más que sumar de a tres. Atlético está a esos puntos de cumplir el objetivo base de inicios de campaña, y Huracán será el escollo que debe sortear para lograr una felicidad parcial y tranquilizadora, pensando en la temporada 2013/14. Desde las 21.30, el "decano" plantará bandera contra un enemigo que viene golpeado, saltando entre actos felices y otros para el olvido, como cuando debió suspenderse este choque, válido por la fecha 30, debido al "apriete" sufrido por el plantel y por el ahora ex cuerpo técnico comandado por Juan Manuel Llop. Confianza sobra en 25 de Mayo y Chile, luego de que contra Instituto el grupo consumara su segundo éxito en fila en el Monumental. Esa fue la gran cuenta pendiente del equipo: ganar en casa. Hoy, casi sin chances de soplarle el tercer lugar a Olimpo, Atlético al menos pretende volver a convertir en una fortaleza el "José Fierro".
No habla de revancha, tampoco de segundas oportunidades. Gabriel Méndez prefiere hacerse cargo de su ausencia y no hablar demasiado de su presente, este que lo verá hoy dentro de los 11 titulares de Atlético que irán a cumplir con la misión de los 50 puntos ante Huracán. El volante intenta exprimir la experiencia de lo malo y no disfrutar del jugo de lo bueno. "De no convencer al técnico, culpa de mis lesiones, volví a estar en su consideración. Eso está bien. No es una revancha, quizás una satisfacción. No soy el Méndez que hubiese deseado traer a Atlético, pero bueno".
No es un acto de sinceridad, "Demonio" acusa la intermitencia de una temporada hasta ahora regular. Para él, para todos incluso, menos para Luis Rodríguez, el actual goleador del torneo (aunque de nada le sirve a "Pulguita" semejante título si el "decano" está fuera del tercer ascenso). "Casi", interrumpe Méndez. "Todavía no es imposible, hay puntos en juego y podemos acortar la distancia. Dependerá de nosotros, de ganarle a Huracán. Los de arriba no están sólidos y quién dice que se nos dé a nosotros". Esa luz de esperanza reproducida en la voz del embajador de Paso de los Libres (Corrientes) necesita encenderse con un triunfo hoy. De lo contrario, todo estará dicho.
"Sí, sí. A ganar, llegar a los 50 y de ahí vamos por todo. Cumplir el objetivo es un paso. Lástima los puntos que dejamos en el camino. Se puede ir por todo", insiste cual chico desesperado por abrir los regalos de Navidad.
Y de la motivación extrema, "Gaby" da vuelta la página del grupo y llega hasta la suya, la personal. Está en deuda, repite. "La segunda parte del torneo fue mejor que la primera. Jugué más partidos. Lo mismo, al balance lo voy a hacer después de que termine el torneo, para ver cómo termino acá. De hecho, no soy el Méndez que me hubiese gustado ser. Pensé que iba a andar un poco mejor, pero bueno. Por diferentes circunstancias esto se dio como se dio. Ya está...".
Ese dejo de silencio estira el tema al juego de comparaciones entre Gabriel Méndez y "Demonio" Méndez. ¿Faltó un poco del segundo? "No hice tantos goles como esperaba. Tuve momentos buenos y no tanto", se sincera quien hasta hace unos días lucía una cresta amarilla flúor. "Ah, ja, ja, ja. Esa fue una apuesta, una apuesta de un día. Ahora no me corto más el pelo, ja", revela, y prosigue.
"Mi mujer es hincha de Boca y yo le había jugado que no pasaban a Corinthians. Ganaron la serie y me tuve que pintar la cabeza un día. Un día nomás. Ya volví a la normalidad, por suerte, ja".
Antes de buscar la pared en el interrogatorio final, Méndez desnuda al rival, a Huracán. "Va a ser un partido duro. Ellos tienen gente de experiencia que sabe marcar y pelea mucho cada pelota. Si hacemos nuestro trabajo como contra Instituto, la victoria quedará en casa", confía y asume que Atlético será la kriptonita de un equipo intermitente y en llamas.
- ¿Qué le pedirías a la gente?
- Nada. Siempre apoyó y lo hará hasta el final. Creo que más no se le puede pedir.
- A los dirigentes...
- No habló con ellos, no tengo relación. Cada uno cumple una función, mal o bien.
- ¿Y a "Demonio" Méndez?
- Que trate de terminar bien el año, que deje una buena imagen. Hay mucho para dar.
- ¿Te queda alguna promesa por cumplir?
- Noooo, no hago más. A principios de año dije que iba a hacer dos goles y no hice ¡ni uno! No más promesas. Olvidate, ja.
No habla de revancha, tampoco de segundas oportunidades. Gabriel Méndez prefiere hacerse cargo de su ausencia y no hablar demasiado de su presente, este que lo verá hoy dentro de los 11 titulares de Atlético que irán a cumplir con la misión de los 50 puntos ante Huracán. El volante intenta exprimir la experiencia de lo malo y no disfrutar del jugo de lo bueno. "De no convencer al técnico, culpa de mis lesiones, volví a estar en su consideración. Eso está bien. No es una revancha, quizás una satisfacción. No soy el Méndez que hubiese deseado traer a Atlético, pero bueno".
No es un acto de sinceridad, "Demonio" acusa la intermitencia de una temporada hasta ahora regular. Para él, para todos incluso, menos para Luis Rodríguez, el actual goleador del torneo (aunque de nada le sirve a "Pulguita" semejante título si el "decano" está fuera del tercer ascenso). "Casi", interrumpe Méndez. "Todavía no es imposible, hay puntos en juego y podemos acortar la distancia. Dependerá de nosotros, de ganarle a Huracán. Los de arriba no están sólidos y quién dice que se nos dé a nosotros". Esa luz de esperanza reproducida en la voz del embajador de Paso de los Libres (Corrientes) necesita encenderse con un triunfo hoy. De lo contrario, todo estará dicho.
"Sí, sí. A ganar, llegar a los 50 y de ahí vamos por todo. Cumplir el objetivo es un paso. Lástima los puntos que dejamos en el camino. Se puede ir por todo", insiste cual chico desesperado por abrir los regalos de Navidad.
Y de la motivación extrema, "Gaby" da vuelta la página del grupo y llega hasta la suya, la personal. Está en deuda, repite. "La segunda parte del torneo fue mejor que la primera. Jugué más partidos. Lo mismo, al balance lo voy a hacer después de que termine el torneo, para ver cómo termino acá. De hecho, no soy el Méndez que me hubiese gustado ser. Pensé que iba a andar un poco mejor, pero bueno. Por diferentes circunstancias esto se dio como se dio. Ya está...".
Ese dejo de silencio estira el tema al juego de comparaciones entre Gabriel Méndez y "Demonio" Méndez. ¿Faltó un poco del segundo? "No hice tantos goles como esperaba. Tuve momentos buenos y no tanto", se sincera quien hasta hace unos días lucía una cresta amarilla flúor. "Ah, ja, ja, ja. Esa fue una apuesta, una apuesta de un día. Ahora no me corto más el pelo, ja", revela, y prosigue.
"Mi mujer es hincha de Boca y yo le había jugado que no pasaban a Corinthians. Ganaron la serie y me tuve que pintar la cabeza un día. Un día nomás. Ya volví a la normalidad, por suerte, ja".
Antes de buscar la pared en el interrogatorio final, Méndez desnuda al rival, a Huracán. "Va a ser un partido duro. Ellos tienen gente de experiencia que sabe marcar y pelea mucho cada pelota. Si hacemos nuestro trabajo como contra Instituto, la victoria quedará en casa", confía y asume que Atlético será la kriptonita de un equipo intermitente y en llamas.
- ¿Qué le pedirías a la gente?
- Nada. Siempre apoyó y lo hará hasta el final. Creo que más no se le puede pedir.
- A los dirigentes...
- No habló con ellos, no tengo relación. Cada uno cumple una función, mal o bien.
- ¿Y a "Demonio" Méndez?
- Que trate de terminar bien el año, que deje una buena imagen. Hay mucho para dar.
- ¿Te queda alguna promesa por cumplir?
- Noooo, no hago más. A principios de año dije que iba a hacer dos goles y no hice ¡ni uno! No más promesas. Olvidate, ja.