Los chicos, la web y los pedófilos

Un niño de ocho años vuelve del colegio a su casa. Entra desesperado. Está ansioso. Corre hasta sus padres y dice que quiere tener su muro de Facebook. Los padres se miran de reojo sin saber qué responder. En un primer instante, el papá y la mamá parecen quedarse sin reacción. Después hablamos de eso, dice el padre para intentar descomprimir la situación.

Más tarde, en la cocina, la madre se cierra en que todavía es muy chico para usar Facebook. Tiene ocho años, le repite al padre con el ceño fruncido como si el papá no supiera la edad de su propio hijo. El debate queda planteado en la pareja, que enfrenta un problema complejo y novedoso por la influencia de las redes sociales en la vida cotidiana.

Con el correr de los días, el padre parece más permisivo, pero mantiene las dudas sobre el ok final.

Si nosotros lo controlamos no tiene por qué haber problemas, dice, mientras su esposa prepara el almuerzo sin decir nada. Escucha en silencio y corta los tomates sobre una tabla. Al no haber acuerdo, los padres deciden esperar un tiempo más. Apuestan a que el niño se olvide del tema y vuelva a los juegos "típicos" y tradicionales para su edad. Sin embargo, la incidencia de las nuevas tecnologías en la vida de los adultos no es la misma que en la rutina de los chicos. 

En la escuela, los niños hablan de Facebook como algo cotidiano. Se saben de memoria cómo abrir y cerrar una cuenta de Facebook, cómo administrar "pestañas" para el chat, cómo enviar y recibir mensajes privados, cómo subir fotos. Inclusive hay quienes también saben subir sus propios videos a Youtube. Aquí es donde el problema adquiere mayor relevancia. Los padres, muchas veces, no conocen el lenguaje de las redes sociales, ni saben cómo se puede crear un canal personal de videos. Ante esa situación salen consultar a otros padres, aunque no siempre encuentran una respuesta. Para colmo, cada día que pasa, el chico regresa de la escuela con la novedad de que otro compañerito ya tiene Facebook. ¿Por qué yo no puedo?, es la pregunta que suelen hacer. Vale aclarar que Facebook no permite crear cuentas a menores de 13 años. Pero todos, en todo el mundo, saben que hay formas de eludir ese control. Los usuarios descubrieron que con sólo cargar una fecha de nacimiento falsa se puede quebrar ese impedimento.

Más tiempo, más problemas

A esta altura, muchos padres acceden a crear un muro de Facebook para sus hijos. Controlo todo lo que hace, suelen decir para justificar su decisión. Sin embargo, en el uso de las nuevas tecnologías los chicos corren como liebres. El enemigo es el tiempo. A mayor tiempo de uso de internet, y sin control de los adultos, aparecen los problemas más graves.

Los "nativos digitales", término creado por el autor estadounidense Marc Prensky en 2001, son los niños que llegaron al mundo en medio de la explosión tecnológica. Ellos no saben lo que es un cassette TDK, pero saben a la perfección cómo chatear en la computadora. Y, muchas veces, los padres no tienen ni la menor idea de quién está del otro lado de la red. Así es cómo los chicos empiezan a convertirse en las nuevas víctimas de la pedofilia. Esta semana se conoció el caso de un profesor tucumano, que vive en La Ciudadela, sospechado de pedófilo. Lo descubrió el FBI por los rastros que dejó en su computadora. Acumulaba fotos de las redes sociales, y de otras páginas y, de esa manera armaba un archivo que después compartía a través del sitio web que había creado.

Darles acceso a internet es una decisión compleja para los padres. Y cada vez hay más chicos que vuelven de la escuela pidiendo su propio espacio en la web.

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