02 Junio 2013
POLIFUNCIONAL. César Matteucci comparte su amor por el fútbol con la docencia. Es profesor de Educación Física en colegios de Delfín Gallo y El Colmenar. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
César Agustín Matteucci es un optimista de la vida y tiene motivos para serlo. A los 12 años, cuando fichó en las divisiones formativas de Tucumán Central, no imaginó que a esta altura de la vida estaría celebrando la alegría más grande que le dio el fútbol: el ascenso con Amalia al Argentino B. Por capacidad de juego, y por ser uno de los referentes del plantel, el volante terminó siendo determinante en la consagración de los "villeros" que llenó de orgullo al sur capitalino.
"Este logro me enorgullece porque, aunque tuve la dicha de conseguir un título liguista también con Amalia, esta satisfacción sobrepasa todos los planes que teníamos cuando empezamos este proyecto. Haber contribuido para que este grupo le brinde esta alegría a la hinchada es algo que nunca olvidaré. Además, vivo a pocas cuadras del estadio", cuenta.
Más allá de los méritos deportivos, Matteucci dice que el mayor obstáculo que hay en esta clase de torneos no es tanto el rival sino el pésimo estado de los campos de juego. "Recuerdo que cuando fuimos a jugar a Monte Quemado nos encontramos con una cancha sin césped; era imposible dar dos pases seguidos. Al final, ese tipo de escenario terminan siendo determinantes en la resolución de los partidos", acotó.
Matteucci confirmó que ya tiene todo arreglado para continuar en los "villeros". "Estoy cómodo en el club. Por eso, cuando me ofrecieron seguir no lo dudé. Ahora los desafíos serán mayores, por eso debemos prepararnos para estar a la altura de las circunstancias. El hincha no se conformará sólo con participar en el Argentino B, querrá que seamos protagonistas. Eso tienen que comprender los directivos, para la conformación del plantel", pidió el futbolista que es profesor de educación física y actualmente ejerce en un colegio de Delfín Gallo y en otro de El Colmenar.
Frustrado
Pero no todas fueron rosas en la carrera futbolística de Matteucci. "A los 17 años me fui a Buenos Aires, a probarme a Vélez. Luego de una serie de tests quedé para jugar en Cuarta. Allí estuve un año y medio. Cuando me anunciaron que me iban a rescindir el contrato me sentí frustrado. Me había ilusionado en poder jugar en Primera y de pronto me quedé con las manos vacías. Como tenía la posibilidad de que mi representante me ubicara en All Boys, me quedé una semana más. Pero me enfermé, y mi viejo me fue a buscar", comentó.
A su regreso al "Jardín de la República", Matteucci consiguió una chance de probarse en Atlético. "Mi intención fue ingresar directamente al plantel del Argentino A, pero los directivos querían que primero hiciera méritos en el equipo liguista. Esa oportunidad me llegó antes de lo pensado. Un día hicimos un partido de práctica contra el plantel profesional y allí tuve la posibilidad que me vieran y me promovieran", relató.
Pero esa experiencia en los "decanos" sólo duró una temporada y media. "Me tuve que ir porque Andrés Rebottaro no me tenía en cuenta. Lo mismo pasó con César Montiglio. Los dos nos fuimos a La Florida, pero él volvió a Atlético a la semana siguiente y vaya si acertó Rebottaro en esa", concluyó.
"Este logro me enorgullece porque, aunque tuve la dicha de conseguir un título liguista también con Amalia, esta satisfacción sobrepasa todos los planes que teníamos cuando empezamos este proyecto. Haber contribuido para que este grupo le brinde esta alegría a la hinchada es algo que nunca olvidaré. Además, vivo a pocas cuadras del estadio", cuenta.
Más allá de los méritos deportivos, Matteucci dice que el mayor obstáculo que hay en esta clase de torneos no es tanto el rival sino el pésimo estado de los campos de juego. "Recuerdo que cuando fuimos a jugar a Monte Quemado nos encontramos con una cancha sin césped; era imposible dar dos pases seguidos. Al final, ese tipo de escenario terminan siendo determinantes en la resolución de los partidos", acotó.
Matteucci confirmó que ya tiene todo arreglado para continuar en los "villeros". "Estoy cómodo en el club. Por eso, cuando me ofrecieron seguir no lo dudé. Ahora los desafíos serán mayores, por eso debemos prepararnos para estar a la altura de las circunstancias. El hincha no se conformará sólo con participar en el Argentino B, querrá que seamos protagonistas. Eso tienen que comprender los directivos, para la conformación del plantel", pidió el futbolista que es profesor de educación física y actualmente ejerce en un colegio de Delfín Gallo y en otro de El Colmenar.
Frustrado
Pero no todas fueron rosas en la carrera futbolística de Matteucci. "A los 17 años me fui a Buenos Aires, a probarme a Vélez. Luego de una serie de tests quedé para jugar en Cuarta. Allí estuve un año y medio. Cuando me anunciaron que me iban a rescindir el contrato me sentí frustrado. Me había ilusionado en poder jugar en Primera y de pronto me quedé con las manos vacías. Como tenía la posibilidad de que mi representante me ubicara en All Boys, me quedé una semana más. Pero me enfermé, y mi viejo me fue a buscar", comentó.
A su regreso al "Jardín de la República", Matteucci consiguió una chance de probarse en Atlético. "Mi intención fue ingresar directamente al plantel del Argentino A, pero los directivos querían que primero hiciera méritos en el equipo liguista. Esa oportunidad me llegó antes de lo pensado. Un día hicimos un partido de práctica contra el plantel profesional y allí tuve la posibilidad que me vieran y me promovieran", relató.
Pero esa experiencia en los "decanos" sólo duró una temporada y media. "Me tuve que ir porque Andrés Rebottaro no me tenía en cuenta. Lo mismo pasó con César Montiglio. Los dos nos fuimos a La Florida, pero él volvió a Atlético a la semana siguiente y vaya si acertó Rebottaro en esa", concluyó.