Por Miguel Eduardo Décima
16 Junio 2013
RODEADO. Facundo Ermini busca escapar a la marca de Mazzina y Medina. San Martín luchó mucho, pero no le alcanzó.
En la practicidad y la contundencia de Juan Manuel Aróstegui estuvo la clave del triunfo que Sportivo Belgrano consiguió ayer en La Ciudadela frente a San Martín por 2 a 0. El equipo de San Francisco quedó en inmejorable condiciones de convertirse en uno de los finalistas del Argentino A. La revancha se jugará el viernes en el estadio "Oscar Boero". Los cordobeses, que tienen ventaja deportiva, llegarán a la final hasta perdiendo por 2 a 0.
En el fútbol hay partidos en que los merecimientos que uno u otro realiza a través de los 90 minutos, poco tienen que ver con el resultado final del encuentro. Los "santos", con más ganas que fútbol, crearon en la segunda parte, situaciones propicias para llegar, por lo menos, al empate. Pero cada una de sus posibilidades de marcar chocaron con su ineficacia ofensiva y otras, con la notable tarea de Rodrigo Barucco -el mejor arquero de la categoría-. En contrapartida, la visita demostró porque ostenta la chapa de gran candidato: aprovechó dos de las pocas opciones que se le presentaron para vulnerar el arco defendido por Gonzalo Ojeda.
A los 12 minutos, Ojeda no logró retener un remate de Ezequiel Barrionuevo y Aróstegui atento, lo canjeó por gol. A los 18' estuvo cerca de estirar la ventaja, pero el golero "santo" estuvo acertado ante otra intervención del "9".
Con una aceleración que le hacia perder eficacia a su juego, San Martín empezó a buscar la valla de Barucco. Pero le faltó luces para desequilibrar a un equipo que cuando tuvo la pelota, fue temible. A los 45', el arquero visitante se lució ante un cabezazo de Molina, que tenía destino de red.
En el complemento, el "albirrojo" salió a jugársela todo, ante un rival que le cedió el terreno. A los 11', un disparo de Roldán volvió a exigir a Barucco. A los 17', Max remató y la pelota se estrelló en el ángulo. Cuando se moría el partido, llegó la segunda conquista de la visita. Un perfecto contragolpe que inició Zampedri, posibilitó que Aróstegui facturara por partida doble. Fue un culto a la eficacia.
En el fútbol hay partidos en que los merecimientos que uno u otro realiza a través de los 90 minutos, poco tienen que ver con el resultado final del encuentro. Los "santos", con más ganas que fútbol, crearon en la segunda parte, situaciones propicias para llegar, por lo menos, al empate. Pero cada una de sus posibilidades de marcar chocaron con su ineficacia ofensiva y otras, con la notable tarea de Rodrigo Barucco -el mejor arquero de la categoría-. En contrapartida, la visita demostró porque ostenta la chapa de gran candidato: aprovechó dos de las pocas opciones que se le presentaron para vulnerar el arco defendido por Gonzalo Ojeda.
A los 12 minutos, Ojeda no logró retener un remate de Ezequiel Barrionuevo y Aróstegui atento, lo canjeó por gol. A los 18' estuvo cerca de estirar la ventaja, pero el golero "santo" estuvo acertado ante otra intervención del "9".
Con una aceleración que le hacia perder eficacia a su juego, San Martín empezó a buscar la valla de Barucco. Pero le faltó luces para desequilibrar a un equipo que cuando tuvo la pelota, fue temible. A los 45', el arquero visitante se lució ante un cabezazo de Molina, que tenía destino de red.
En el complemento, el "albirrojo" salió a jugársela todo, ante un rival que le cedió el terreno. A los 11', un disparo de Roldán volvió a exigir a Barucco. A los 17', Max remató y la pelota se estrelló en el ángulo. Cuando se moría el partido, llegó la segunda conquista de la visita. Un perfecto contragolpe que inició Zampedri, posibilitó que Aróstegui facturara por partida doble. Fue un culto a la eficacia.