22 Junio 2013
MINISTRO. Rossi criticó el fallo de la Corte contra la elección popular. DYN (ARCHIVO)
BUENOS AIRES.- Un día después de las críticas de la presidenta, Cristina Fernández, a la Justicia, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, acusó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación de quedarse "en el pasado". En contraste, el diputado radical Ricardo Alfonsín denunció que el Gobierno Nacional quiere "manejar" ese poder con "imposturas".
El jueves último, la mandataria redobló sus ataques a la Justicia y, en tono irónico, evaluó que "no sería extraño" que "venga una cautelar y no nos dejen votar al Presidente y los legisladores". Cristina agregó que en 2015 quiere "ser jueza" para "firmar cautelares y (decir) qué me importa lo que vota la gente y los senadores y diputados".
"Es feo"
El ministro cuestionó a la Corte Suprema nacional por haber declarado la inconstitucionalidad de la elección por voto popular de los miembros del Consejo de la Magistratura.
"Cada día estoy más convencido de que el fallo de la Corte no tiene una mirada de contundencia jurídica", consideró Rossi. A la vez, manifestó que desde el Gobierno se lamentó "muchísimo" la postura que tomó el Alto Tribunal, ya que cuando "tuvo que decidir, se quedó en el pasado". Rossi sostuvo que el fallo "está analizado en esta lógica 'oficialismo y oposición', pero es feo para la democracia que la cabeza del Poder Judicial diga que le da mayor validez y jerarquía a la legalidad corporativa, por encima de la legitimidad popular en la democracia".
"Cinismo"
Alfonsín replicó los dichos presidenciales y afirmó que el Gobierno busca "investir de dignidad democrática lo que no es otra cosa que la intención de manejar" el Poder Judicial "con una mezcla de imposturas, sofismas y cinismo". Alfonsín recordó que "en los 90, utilizaba los mismos argumentos para justificar la subordinación Judicial al Gobierno. La mayoría de los oficialistas 'K' eran oficialismo (durante el menemismo)", aseveró.
"Poder absoluto"
También se sumó a la polémica el consejero de la Magistratura, Alejandro Fargosi, quien acusó a Cristina de estar "sembrando una especie de golpe de Estado contra la Justicia" y le atribuyó una "vocación de poder absoluto". Es "decepcionante, triste y preocupante, porque la función de un Presidente debe ser respetar a los otros Poderes: no agraviarlos y no ironizar". (DyN)
El jueves último, la mandataria redobló sus ataques a la Justicia y, en tono irónico, evaluó que "no sería extraño" que "venga una cautelar y no nos dejen votar al Presidente y los legisladores". Cristina agregó que en 2015 quiere "ser jueza" para "firmar cautelares y (decir) qué me importa lo que vota la gente y los senadores y diputados".
"Es feo"
El ministro cuestionó a la Corte Suprema nacional por haber declarado la inconstitucionalidad de la elección por voto popular de los miembros del Consejo de la Magistratura.
"Cada día estoy más convencido de que el fallo de la Corte no tiene una mirada de contundencia jurídica", consideró Rossi. A la vez, manifestó que desde el Gobierno se lamentó "muchísimo" la postura que tomó el Alto Tribunal, ya que cuando "tuvo que decidir, se quedó en el pasado". Rossi sostuvo que el fallo "está analizado en esta lógica 'oficialismo y oposición', pero es feo para la democracia que la cabeza del Poder Judicial diga que le da mayor validez y jerarquía a la legalidad corporativa, por encima de la legitimidad popular en la democracia".
"Cinismo"
Alfonsín replicó los dichos presidenciales y afirmó que el Gobierno busca "investir de dignidad democrática lo que no es otra cosa que la intención de manejar" el Poder Judicial "con una mezcla de imposturas, sofismas y cinismo". Alfonsín recordó que "en los 90, utilizaba los mismos argumentos para justificar la subordinación Judicial al Gobierno. La mayoría de los oficialistas 'K' eran oficialismo (durante el menemismo)", aseveró.
"Poder absoluto"
También se sumó a la polémica el consejero de la Magistratura, Alejandro Fargosi, quien acusó a Cristina de estar "sembrando una especie de golpe de Estado contra la Justicia" y le atribuyó una "vocación de poder absoluto". Es "decepcionante, triste y preocupante, porque la función de un Presidente debe ser respetar a los otros Poderes: no agraviarlos y no ironizar". (DyN)