Lago, cascada y valle, todo a un paso de la ciudad

Descubrí San Javier, más allá del Cristo Bendicente. Armá tu paseo como más te guste: opciones hay de sobra. Podés ir a la Ciudad Universitaria, al río Noque o La Sala. Disfrutá de paisajes inigualables. Podés pasar el día o acampar. Eso sí, llevate las provisiones porque casi no hay servicios. Grupos de aventuras.

ESPECTACULAR. En medio de la selva, como salida de una postal, aparece la cascada del río Noque. ESPECTACULAR. En medio de la selva, como salida de una postal, aparece la cascada del río Noque.
27 Julio 2013

Llegó el fin de semana, tenés tiempo libre y no sabés que hacer. Estar entre cuatro paredes ya te aburrió. A pesar del frío, te merecés salir y saborear un día distinto. ¿A dónde ir? Opciones tenés muchas. El cerro San Javier es una de ellas. Pero no te quedés sólo en el sector del Cristo Bendicente. Hoy te alentamos a que vayás algunos kilómetros más allá, por la ruta 340, y descubras cautivantes rincones de la reserva natural "Parque Sierra de San Javier", que pertenece a la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y que cuenta con 14.174 hectáreas protegidas.

Detrás de los viejos monoblocks de la Ciudad Universitaria (proyecto que se inició en los '40 y se paralizó en los '50) se encuentra el lago San Javier. Decenas de árboles, una brisa fría y un puñado de patos decoran el sosegado paisaje verde.

En el predio funciona un camping que depende del parque. La entrada vale $ 10. Cuenta con asadores, merenderos, quinchos y sanitarios, según contó Santiago Ayala, cobrador del lugar. También hay una cancha de fútbol y senderos internos, lo que convierte al lugar en una alternativa ideal para pasar el día en familia.

Si te gusta la vida al aire libre, tenés la posibilidad de llevar una carpa y pasar la noche en el lugar.

La más buscada
Unos kilómetros hacia el norte se oculta una joya que seduce los sentidos. Bajo el vasto manto verde se destaca la cascada del río Noque, una majestuosa caída de agua que empapa de sensaciones el alma. Un vistoso letrero de madera a la vera del asfalto (a unos 12 kilómetros del Cristo) revela el inicio de una senda autoguiada. Los primeros 200 metros son de descenso, hasta el curso del río. Aguas arriba, tras una caminata de 320 metros, se alcanza el estupendo chorro de agua que se cuela entre las resbaladizas rocas y desemboca en un cristalino espejo de agua. Una postal inmejorable que no podés dejar de contemplar.

Aunque el sector es agreste, es perfecto para tomar mate, leer un libro o simplemente reposar con los sonidos de la naturaleza. También es posible acampar y hacer fuego, pero sólo en los sectores delimitados.

Continuando por la ruta 340, camino a Raco, se encuentra el valle de La Sala, donde se respira sólo tranquilidad en medio de horizontes irregulares. En la zona hay un camping privado con merenderos, asadores, quinchos, agua y baños.

Además, hay grupos de aventura que parten de a pie desde allí por senderos hacia viejos edificios de la Ciudad Universitaria o la cumbre del cerro Taficillo.

Ya sabés, si querés cambiar los colores grises de la ciudad por el verde del cerro, recorré San Javier a tu manera. Sólo necesitás cargarte de ganas de conocer.

 Llegaron dos tucanes a la reserva de Horco Molle

La familia de la Reserva Experimental de Horco Molle se agrandó hace un mes: dos tucanes se sumaron al área protegida a cargo de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). "Las aves fueron incautadas de una casa de familia por personal de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos de la Provincia ya que está prohibido tener este tipo de animales", explicó la guardafauna Silvia Olmos. Los tucanes, únicos en la reserva, están actualmente en exhibición, aunque se encuentran asistidos ya que fueron criados en cautiverio.

Además de las aves, un gran número de fauna autóctona se encuentra dispersa en 18 de las 200 hectáreas que conforman la reserva, ubicada en Yerba Buena.

Algunos animales están en jaulas especialmente acondicionadas para ellos, pero la mayoría se encuentra a cielo abierto y no revisten peligro para chicos ni grandes.

El tapir está en peligro de extinción por lo que es el ejemplar más valioso. En el predio también hay una pareja de pumas, monos carayá, entre otros animales autóctonos y exóticos.

Se puede visitar la reserva todos los días, incluidos los feriados, de 9 a 19. Para tener en cuenta: a las 17.30 sale la última visita guiada junto a un guardafauna. Además de disfrutar de la fauna, la reserva cuenta con asadores y merenderos para pasar el día. Todos los servicios están incluidos en la entrada, que tiene un valor de $ 8 para niños, de entre 4 de 12 años, y de $ 10 para mayores. A partir de agosto se incrementarán los precios a $10 y $15, respectivamente.

SERVICIOS
¿Qué me lleva?

Lo recomendable es ir con movilidad propia. Pero también podés ir en colectivo. Te lleva la línea 118 y tiene paradas en casi todo San Javier. El boleto cuesta $11.

Equipá bien el auto
Antes de subir a San Javier, pasá por una estación de servicio. Arriba no hay dónde cargar combustible.

Todo para el asado
Los asadores del camping del parque cuentan con parrilla. Debés solicitarlas en la despensa, sin cargo, con tu DNI.

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LO BUENO

PAZ Y RELAX
Disfrutá del verde que te rodea para romper con la rutina y despejarte.

MUY CERCA
San Javier está a sólo 25 kilómetros de la capital. El camino más corto es a través de la ruta 340.

HISTORIA
El "Bosque de La Memoria" está junto al camping de la Ciudad Universitaria. Fue creado en 1996 para recordar a los desaparecidos del último gobierno militar.

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LO MALO

FALTAN GUÍAS
Sería interesante que hubiese guías en el parque para conocer la historia del trunco proyecto de la Ciudad Universitaria.

LA TEMPERATURA 
No te confíes. Aunque haya sol, tenés que ir bien abrigado. Podés pasar frío en la sombra, en especial durante la tarde.

POCO CONTROL
Hay senderos que son recorridos aunque no están abiertos al público. Respetá la señalización.

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