27 Julio 2013
Wolverine: Pierde el pelo pero no las garras
Wolverine salva a un soldado de la muerte durante el bombardeo de Nagasaki en 1945. Años después debe volver a Tokio para reencontrarse con el hombre (un próspero industrial), que está al borde de la muerte. Un juego de intereses y ambiciones lo precipitará en una lucha sin cuartel contra sanguinarios ninjas y los mafiosos de la yakuza.
Esta nueva aventura del mutante de las garras metálicas no agrega demasiado a lo que ya se ha visto en la pantalla, pero tampoco defrauda a quienes quieren volver a ver a Wolverine en acción. Después de un prólogo en el que se asiste al estallido de la bomba atómica sobre Nagasaki en el final de la Segunda Guerra Mundial (allí el protagonista salva la vida de un soldado japonés), la acción se traslada a la época actual. Una enigmática joven oriental lleva al mutante a Japón, porque aquel soldado salvado del holocausto nuclear es ahora un poderoso empresario que está al borde de la muerte. Lo que iba a ser una emotiva despedida entre viejos camaradas deriva en una sucesión de secuestros, asesinatos, persecuciones y peleas cuerpo a cuerpo, que en definitiva constituyen la verdadera razón de ser de este género de filmes. Por cierto que las escenas de acción están magníficamente logradas y que las coreografías de las peleas están sabiamente subrayadas por un encuadre y un montaje de enorme calidad.
Como detalle adicional, la trama suma una serie de disquisiciones alrededor de la inmortalidad (o tal vez más precisamente sobre la muerte). A través de recurrentes sueños del protagonista (oportunidad para hacer aparecer en pantalla a la doctora Jane Gray, ya fallecida) se presenta el tema de la maldición que implica la certeza de que Wolverine no morirá, como ocurre con el resto de los seres humanos. Entonces, la trama busca algo de aire fresco a través del planteo de que tal vez esto pueda no ser así en esta oportunidad. Las ambiciones, las intrigas, las traiciones y las lealtades están presentes y, por sobre todas las cosas, hay peleas y persecuciones de tanto en tanto.
Como siempre en este tipo de películas, hay un remate después de los títulos que anticipa lo que vendrá; en este caso, se convierte en una de las escenas más jugosas, por la presencia de dos "pesos pesados" de la saga y porque certifica que vienen más aventuras de los mutantes, para alegría de los fanáticos.
Como detalle adicional, la trama suma una serie de disquisiciones alrededor de la inmortalidad (o tal vez más precisamente sobre la muerte). A través de recurrentes sueños del protagonista (oportunidad para hacer aparecer en pantalla a la doctora Jane Gray, ya fallecida) se presenta el tema de la maldición que implica la certeza de que Wolverine no morirá, como ocurre con el resto de los seres humanos. Entonces, la trama busca algo de aire fresco a través del planteo de que tal vez esto pueda no ser así en esta oportunidad. Las ambiciones, las intrigas, las traiciones y las lealtades están presentes y, por sobre todas las cosas, hay peleas y persecuciones de tanto en tanto.
Como siempre en este tipo de películas, hay un remate después de los títulos que anticipa lo que vendrá; en este caso, se convierte en una de las escenas más jugosas, por la presencia de dos "pesos pesados" de la saga y porque certifica que vienen más aventuras de los mutantes, para alegría de los fanáticos.
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