Un goleador subido a la moto

EN ACCIÓN. Mono corre desde hace más de una década en distintos torneos. EN ACCIÓN. "Mono" corre desde hace más de una década en distintos torneos.
08 Agosto 2013

El enduro es hoy su pasión, su cable a tierra. Como lo fue en su juventud el fútbol, jugando para Jorge Newbery. Colgó los botines a los 27 años, y a los 30 se enganchó con la moto, siguiendo las huellas de las serranías. Por estos días, el aguilarense Luis "Mono" Reyes tiene en la mira el título de campeón Argentino en la categoría Master Juniors. Viene de ganar las dos fechas en Escaba y lidera el certamen. Y si este objetivo deportivo lo desvela, también lo hace mantener en pie la tradición familiar que le trasmitió su tío Hugo: dedicarse a la panadería. Tiene 50 años pero lo dice casi a regañadientes, explicación mediante: "yo vivo la vida biológica, no la necrológica. No me gusta decir mi edad. No sólo aparento tener diez años menos: tengo una vida muy ágil".

- Por los horarios, ¿es compatible ser endurista y panadero?

- Al negocio lo tengo hace 18 años, y cuento con mi hijo Álvaro que me da una gran mano: con él nos turnarnos en la atención. Esto ayuda para la preparación que encaro para la carreras. Tengo una agenda semanal, ya sea si voy a correr en el Provincial, o en el Argentino. De martes a viernes voy una hora y media al gimnasio a la tarde. También salgo a trotar. Y los fines de semana se arman salidas grupales de unas nueve horas al cerro. Entrenamos y conocemos lugares. Para ser endurista hay que estar muy bien en lo físico y yo soy grandote por naturaleza, muy fuerte. Y también me cuido en la comidas y me hago seguido controles médicos.

- ¿Cómo fue tu etapa como futbolista?

- Comencé en Newbery desde las categorías formativas. Y dejé a los 27. El fútbol me dio grandes amigos. Compartí plantel con jugadores como Renato Quinto Russo, Miguel Argüello, Alberto Cabrera, Hugo Abdo, "Mono" Pedraza. Para jugar en ese grupo, había que saber; estoy orgulloso de esa camada. También hice una gran amistad con Pedro Olalla, Barrionuevo y "Autito" Contreras, entre tantos. Y aunque ya no juego como en aquella época, igual lo hago con los amigos.

-¿Cuál fue tu primera moto?

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- Una legendaria XR 250. Era para ir hacer aventuras con los amigos. Cuando empecé a participar en carreras lo hice con una Yamaha 400. La primera fue 2003 en San Pedro de Colalao y gané. Y al final de esa temporada también logré el torneo. Todavía me río de una anécdota de ese tiempo: mis amigos enduristas de la capital decían que los sureños éramos excelentes pilotos, pero lentos. Con mi triunfo tuvieron que cambiar su forma de pensar. Yo empecé, pero con la idea de medirme, de probarme. Y mal no me fue. Después de tantos años sigo siendo competitivo, es algo que llevo en la sangre.

- ¿La del enduro es una familia?

- Sí, y es es inmensa, grande. Y a pesar que nos vemos pocas veces al año, cuando nos encontramos es una gran alegría. Eso lo valoro mucho.A veces analizo dejar de correr, pero pienso que voy a dejar de ver a los amigos y sigo.

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- ¿Y en la tuya hay quienes te siguen los pasos?

- Álvaro, mi hijo, jugó al tenis y al fútbol, pero no con pasión. Mi hija María José juega en las divisiones Intermedia y en Primera de Huirapuca, y además estudia Asistencia Social en la capital.

- ¿Va camino 2013 a ser tu mejor año?

- Ojalá. Entreno y me exijo mucho y la suerte me está acompañando. Ya tuve otros años buenos. En Master Seniors fui subcampeón argentino, hace siete u ocho años. Haber logrado un doblete en el Nacional en Jujuy y en Escaba fue como dar un golpe de nocaut, me alejó bastante en la punta. Sé que ahora tendré que ser un poco más conservador en las dos carreras que faltan, pero siempre siendo protagonista: por ejemplo en Chilecito, el 17 de agosto, voy a salir a ganar. En cuanto al Provincial, también soy puntero. Y es un torneo que no quiero perderme.

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