06 Septiembre 2013
ANTES Y DESPUÉS. Roland Misch en 2005 y mientras era guardaespaldas de Hitler. FOTO TOMADA DE TN.COM.AR
BERLÍN.- El último testigo superviviente de los últimos días de Adolf Hitler en el búnker de Berlín y que siempre se ha referido al dictador nazi como "el Jefe", el exSS Roland Misch, falleció en su casa a los 96 años.
Misch había tenido recientemente un ataque al corazón, del que no se había recuperado por completo, y murió ayer rodeado por su familia en la modesta casa al sur de Berlín donde vivía desde 1938.
Misch, quien trabajó como guardaespaldas, operador telefónico y mensajero del dictador nazi, aseguró en una entrevista concedida en 2007 que historiadores, cineastas y periodistas se habían equivocado al describir el estado de ánimo en el búnker durante la aproximación final de las tropas soviéticas. Misch se mostró crítico con la película "La caída", que le parecía una opereta dramática, por mostrar a Hitler gritando enloquecido. Según él era una visión americanizada y exagerada de los hechos y en el búnker no se vivía en plena histeria sino que la procesión iba por dentro.
En los últimos días del régimen nazi, dijo Misch, la vida en el búnker durante los últimos días de Hitler "era bastante normal" y Hitler "estaba muy tranquilo" la mayor parte del tiempo, informó la agencia Europa Press.
"Lo peor -explicó- era el silencio. Todo el mundo estaba susurrando y nadie sabía por qué. Eso es por lo que se sentía como el búnker de la muerte". Hasta su muerte, el anciano mantuvo una posición neutral sobre Hitler.
Misch consideraba que el momento más feliz de su vida lo había pasado en la residencia de verano de Hitler en Berghof, Baviera. "La historia es historia, es como es y nadie debería mentir sobre ella", señalaba.
Misch era la única persona autorizada a llevar un arma en el búnker. Integraba las SS alemanas desde los 20 años y fue herido en 1939 en Polonia. Cuando se recuperó, el soldado fue reasignado en la cancillería de Hitler.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Misch fue capturado y pasó nueve años en cárceles soviéticas. Cuando regresó a Alemania fundó un negocio de pintura de casas. (DPA - Télam)