El pasado conquista el presente

Viajar en el tiempo está al alcance de cualquiera: colores, sabores y diseños nuevos inspirados en lo viejo.

Súbete a mi barco vida mía... Un barco que avanza hacia el pasado, que vuelve, se cambia de ropa y transita caminos ya recorridos. Así es el paseo que propone la "industria retro", una enorme maquinaria que abarca casi todas las áreas de consumo y que apela a la nostalgia como una emoción deseable y... vendible.

Que la moda que vestimos siempre vuelve al pasado no es novedad. Pero en estos tiempos, los amantes de los colores, los sonidos, las texturas, las formas, la diversión y hasta los sabores de otras épocas pueden disfrutar de un presente que cada vez está siendo más conquistado por el pasado: vuelven las golosinas de la infancia, vuelven los muebles que usaban los abuelos y los discos de vinilo miran por encima del hombro al pequeño CD. No hablamos ya de coleccionistas que atesoran objetos, sino de objetos nuevos que se inspiran en el pasado. Una clara muestra de esta tendencia fue la última feria tecnológica de IFA, en Berlín (Alemania), en la que se presentaron decenas de aparatos con diseños que creíamos enterrados.

"Lo que vemos es una reminiscencia, un reinventar de lo antiguo, principalmente de las décadas del 50 y del 60. Fueron tiempos de corrientes estéticas muy marcadas, que han pegado mucho y que fueron y siguen siendo muy atractivas. Objetos de grandes diseñadores como Charles Eames (1907 - 1978) resurgen, reinventados", ensaya Omar Farhat, un diseñador de interiores tucumano que intuye que toda esta movida comenzó con la ropa. "Las ferias europeas en las que la gente se saca de encima lo que ya no usa pueden haber sido el puntapie de estos nuevos gustos por lo retro. Lo curioso es que la gente que más lo consume es joven, personas que no lo han palpado, pero que se sienten atraídos por los diseños: bases geométricas, el art decó y el art nuveau... cosas que ya eran demodé, eso llama más la atención", dijo.

¿Por qué vende la nostalgia? ¿En qué momento el marketing nos convenció de que se trata de algo bueno y no de algo que querríamos evitar? Hugo Denett es profesor de Comercialización en la UNSTA y tiene una respuesta. "¿Te acordás de la publicidad del año pasado de Coca Cola? -recuerda-. Era un compilado de situaciones positivas registradas por las cámaras de seguridad de distintas ciudades del mundo, con la canción 'Give a little bit' de Supertramp de fondo, un tema del año 77. Esa publicidad fue un combo muy bueno de un concepto nuevo como son las cámaras de seguridad con algo del pasado, la canción. Es un cóctel que atrae porque emociona. La nostalgia es efectiva porque te provoca una emoción, es muy difícil que no te produzca nada", explicó. A modo de ejemplo, Denett propone: "pensá en tu primera novia. De seguro te saca una sonrisa, alguna neurona te dispara. Te emociona. A eso se apunta, a rescatar una emoción del pasado en el presente". Denett coincide con Farhat en que son los jóvenes quienes más se inclinan por lo "retro": "creo que lo que les atrae es conocer qué veían, qué consumían y que usaban sus padres o sus abuelos", opinó.

Si toda esta fiebre por lo retro tuvo sus primeros picos de calor en la industria textil, la socióloga Susana Saulquin, especialista en moda, encuentra explicaciones al fenómeno. Suele decirse que desde el 2000 la moda vuelve en forma constante hacia el pasado, y es así como vemos nuevas colecciones inspiradas en las décadas del 60, 70, 80 y 90.

"Frente al comienzo del siglo XXI y frente a los lógicos temores sobre los cambios que se avecinaban -explica la autora de "La muerte de la moda, el día después"-, se produce un movimiento hacia el pasado buscando la seguridad de lo conocido. En realidad esa vuelta se encuentra en el contexto de la posmodernidad: sabemos que mientras la modernidad transcurre (1860 a 1960) con la mirada puesta en el futuro y en el progreso, con el comienzo de la posmodernidad hay una vuelta hacia la seguridad de lo conocido, una mirada al pasado. Esa tendencia se ha afirmado, sobre todo hasta mediados de la primera década del siglo (2005/6) cuando comienzan grandes cambios de la mano de las redes sociales y comportamientos más individualistas. Sin embargo la industria del retro se alimenta con mezclas de estilos de décadas diferentes y con la 'ilusión' de que los productos del pasado tenían una mayor calidad", concluyó.

Por seguridad, por curiosidad o por la discutible convicción de que todo pasado fue mejor, la industria de la nostalgia está conquistando el presente y seguramente tendrá acciones compradas en el futuro. En cualquier caso, podemos estar seguros de que el pasado está bien lejos de ser pisado.

Los discos de vinilo están más vivos que nunca

Si las calles de la ciudad parecían habernos mostrado todo en lo que venta ambulante se refiere, llegaron José Luis Rojas y Omar Almeida. El primero es de Colombia, el segundo de Venezuela, y están en Tucumán con un camino en común: venden victrolas restauradas por ellos mismos. No hay nadie que no se detenga en la esquina de Córdoba y 25 de Mayo a preguntarles de qué se trata su oferta. José Luis le da vueltas a la manija y el aparato comienza a girar un disco de pasta y a escupir un foxtrot latoso que nos lleva a la década del 20. "¡Qué belleza!", exclaman los transeúntes, pero siguen camino cuando se enteran del precio: $2.500 "negociables". "Tienen todo original. Lo único que mandamos a arreglar con carpinteros son las cajas de madera, que suelen ser la parte que más se arruina", contó José Luis mientras ofrecía su Victrola RCA en la esquina del Correo.

Los discos de pasta de 78 RPM están muertos y sepultados desde fines de los 50. Quien quiera escuchar uno no tiene más remedio que recurrir al baúl de los recuerdos o la colección heredada. El que está más vivo que nunca, en cambio, es el disco de vinilo.

A pesar de que no se fabrican en el país, algunas bandas editan sus álbumes en vinilo, como un mimo para los fans. Así, Charly García, que editó su último disco triple "60x60", lo hizo en CD, DVD y en vinilo. También grupos de menor envergadura, como la banda de rock indie "El mató a un policía motorizado", se dan el lujo de sacar LPs. "En realidad, el vinilo nunca dejó de venderse en el mundo, pero a los argentinos nos resultan muy caros porque no se fabrican en el país. Casi todos los álbumes en CD también se graban en vinilo", contó Ramiro Rodríguez, encargado de El Ateneo. En esa tienda se pueden encontrar vinilos de Los Beatles, Norah Jones, Iron Maiden y Génesis, entre otros. Los precios arrancan en los $ 290 y llegan hasta los $ 500. "Hay un público definido, generalmente de gente grande, que ya tiene sus equipos. Difícilmente alguien joven se anime a arrancar de cero en esto", opinó. Para Víctor Chocobar, abogado y músico fanático de Los Beatles, el principal atractivo del vinilo es poder apreciar el arte de disco a gran escala. "Es una experiencia completa, donde lo visual también entra en juego. Sin embargo, el sonido que nos ofrecen los CDs difícilmente se pueda superar", dijo.

Según Rodríguez, lo que atrae del vinilo es precisamente este sonido "menos perfectito" que el de los CDs. "Es audio analógico, más aproximado al sonido real. Pero también entra en juego el poder disfrutar del arte del disco, sin dudas", destacó.

Quienes piensen que las bandejas giradiscos se encuentran sólo en los lugares de antigüedades, están equivocados. Todavía se fabrican y se cotizan muy bien: arriba de los $ 3.500.

Aperitivos

Sabores inmigrantes

"Hace cinco años en el bar usábamos una botella de Campari por semana. Hace dos años pasamos a una caja y hoy estamos en tres cajas", contó Matías Jurisich, bartender rosarino, fundador del Club del vermut. El grupo difunde la cultura del aperitivo en el país y cada vez tiene más socios. Según Jurisich, este resurgimiento del aperitivo, entre ellos del Campari, el Aperol, el Cinzano, el Cynar y el Martini, entre otros, responde a la tendencia del gusto por lo retro. "Pero hay muchos otros factores; los límites a las importaciones nos hicieron producir los aperitivos en el país, la mayoría eran italianos", señaló. La última iniciativa del Club es "La Ruta del aperitivo", que promete llegar a fin de año a Tucumán. Más datos en www.elclubdelvermut.com.ar.

Tecnología

Diseño viejo, sonido nuevo

La Philips Original Radio ORT7500 fue presentada en la reciente feria IFA de Berlín. Combina el diseño de la radio típica de los años 50 con moderna tecnología, terminación y conexión bluetooth para reproducir música del iPhone.

Golosinas

¡Vuelven los corazoncitos Dorin's!

Los corazoncitos Dorin's, unas adorables pastillas con formas de corazón y sabor a limón, mandarina, naranja y frutilla salieron al mercado en 1950 y se mantuvieron por más de 30 años. Ahora, hace un año y medio, Molino Nuevo los volvió a producir, aunque no se consiguen en Tucumán. "Comenzamos de a poco, vendiéndolos en Buenos Aires, Rosario y depués algo en Catamarca. Estamos en tratativas para que se distribuyan en Tucumán, en poco tiempo van a estar ahí también", prometió Germán Tuma, gerente comercial de Molino Nuevo. Las Dorin's iniciaron un proceso de regreso a las golosinas de la infancia; a esta ola se subió, por ejemplo, el ochentoso alfajor Suchard, que volvió al mercado en marzo.

Comentarios