Un repaso exhaustivo sobre la vida de la única reina argentina

Los hechos que llevaron a un insospechado destino encontrado en una fiesta en Sevilla.

LA BODA, EN FEBRERO DE 2002. El entonces príncipe Guillermo sostiene la mano de su flamante esposa, que deja escapar una lágrima, durante la fiesta de casamiento a la que asistieron 1.750 invitados. REUTERS (ARCHIVO) LA BODA, EN FEBRERO DE 2002. El entonces príncipe Guillermo sostiene la mano de su flamante esposa, que deja escapar una lágrima, durante la fiesta de casamiento a la que asistieron 1.750 invitados. REUTERS (ARCHIVO)
22 Septiembre 2013

BIOGRAFÍA

MÁXIMA, UNA HISTORIA REAL

GONZALO ALVAREZ GUERRERO Y SOLEDAD FERRARI

(Sudamericana - Buenos Aires)

Episodios comunes, que ocurren todos los días, pueden tener derivaciones impensadas. En el caso de Máxima Zorreguieta hay dos hechos que modificaron su vida por completo.

Uno ocurre cuando, siendo agente de inversiones en Nueva York y Bruselas -dedicación que inicia luego de graduarse en Economía en la Universidad Católica Argentina-, recibe la oferta de sumarse al plantel ejecutivo de una empresa multinacional. Analiza el tema y opta por la negativa. Casi simultáneamente deja sus anteriores actividades.

El otro, poco después, fue aceptar la invitación de su amiga Cynthia Kaufmann (compañera de secundaria, en el exclusivo colegio porteño Northlands), para que viajara a España con la idea de asistir, juntas, a una fiesta en Sevilla. Allí conoció a Guillermo de Orange, príncipe heredero de la corona holandesa.

Gonzalo Alvarez Guerrero (Bariloche, 1969) y Soledad Ferrari (Buenos Aires, 1975) son los autores de esta biografía de Máxima, una de las más exhaustivas y detalladas de las varias que se han publicado. Ambos ya tenían experiencia en el género: Ferrari, un libro sobre la familia Blaquier, y Alvarez Guerrero el volumen titulado El Coti, biografía no autorizada de Enrique Nosiglia

Cuento de hadas

Este emprendimiento conjunto que, a instancias del matiz de cuento de hadas de su desarrollo, arranca con la expresión clásica, "Había una vez…", comienza con la historia de la familia Zorreguieta, sus ancestros vascos y los primeros pasos que el grupo da en el país; luego, el casamiento fallido del padre de Máxima, Jorge, su separación y su nuevo vínculo, en Paraguay, con quien sería su madre, María del Carmen Cerruti.

El extenso desarrollo de la vida familiar narra la intimidad puertas adentro, pero también aspectos de significativas etapas políticas del país, desde el tercer gobierno de Perón hasta el golpe de las Fuerzas Armadas, en 1976, y la vuelta a la democracia con Raúl Alfonsín.

Pero esos años previos, cuando el rumbo estuvo en manos del Ejército, mucho después de la normalización política iban a producir un sobresalto dramático en el "sueño azul" que vivía Máxima. Su padre ejerció varios cargos oficiales durante el gobierno de facto, entre ellos, el de ministro de Agricultura. Fue el motivo por el que la monarquía parlamentarista holandesa rechazó su presencia en la boda de su hija con el príncipe Guillermo. Resultó particularmente conmovedor ver el llanto de Máxima, evocando sin duda a sus padres, mientras se ejecutaba el tema que había elegido para la ceremonia, "Adiós, Nonino", de Astor Piazzolla.

Con la abdicación de la reina Beatriz en favor de su hijo Guillermo, a comienzos de este año, Máxima se convirtió, en abril último, en reina consorte. Ya dos años antes, las encuestas la daban como favorita de los holandeses entre la familia real. Las tres hijas de la pareja, Catalina, Alexia y Ariadna, ponen un marco que realza aún más los dones naturales de una mujer de indiscutible carisma y simpatía. Y que un día, tal vez se siente a contarles a sus nietos una historia real. Seguramente comenzará diciendo: "Había una vez…".

© LA GACETA

Publicidad

Willy Boullion

Comentarios