Una noche de pasión

A los ballets estables les sobró corazón en el homenaje al centenario de la revolucionaria obra.

LA GACETA / DIEGO ARAOZ LA GACETA / DIEGO ARAOZ
Pasión. Esa es la clave para bailar y para gozar "La consagración de la primavera". Sin pasión, la genial obra de Igor Stravinsky corre el riesgo de diluirse. Pues bien, a la puesta que asumieron los cuerpos estables –los ballets Clásico y Contemporáneo- le sobra corazón, entrega, energía. "Queremos mostrar un trabajo digno", había anticipado Patricia Sabbag, la directora general. Más que digna, esta versión del clásico es intensa y plenamente disfrutable.

La elección de la obra no fue caprichosa. Están cumpliéndose 100 años del estreno de "La consagración…". Desde entonces, coreógrafos de todo el mundo han ideado infinidad de cuadros y reinterpretado la creación de Stravinsky. El primero fue Vaslav Nijinsky. Sabbag tomó la posta con la certeza de que debía conferirle tucumanidad a su propuesta. Eligió la naturaleza para enmarcarla, por medio de imágenes proyectadas en el fondo del escenario. Mucho verde, color que remite a nuestros cerros. Algún lapacho en flor. Se inspiró además en un poema de Eduardo Galeano para contar la historia.

"La consagración…" está dividida en dos partes (El beso de la Tierra y El gran sacrificio), usualmente presentadas con un intervalo. Sabbag unió esa trama, aunque se encargó de aportar un elemento de ruptura: el ingreso de una embarazada, con su portentoso vientre como símbolo del ciclo de la vida y de la fertilidad. Los bailarines aceptaron el reto y se mantienen activos en escena durante 45 minutos. Terminan agotados, pero felices.

Una tarima –la montaña de la que desciende Gastón Gutiérrez, uno de los protagonistas- rompe el plano del escenario. Las luces aportan el clima. Y en acción, una sucesión de solos, dúos, tríos y movimientos grupales que suben y bajan su fervor en función de la intrincada partitura de Stravinsky. Gutiérrez brilla, aunque Marta Diez se roba las ovaciones. Imponente en su desnudez, la elegida para el sacrificio (la "excluida", al decir de Sabbag) desata un dramático frenesí en el clásico desenlace.

El San Martín (al 85% de su capacidad) aplaudió largamente a las compañías. Hubo flores y algunos vítores. Dos inquietudes quedan. Una: ¿cuándo se reprograma "La consagración…"? Porque un esfuerzo de dos meses para una sola función es excesivo. Dos: queda para el futuro el valor de montar esta clase de obras con la orquesta en el foso. Un valor agregado excepcional.

Galería 24 fotos Técnica y corazón. Son los elementos imprescindibles para bailar "La consagración de la primavera" y los integrantes de los ballets estables -el Clásico y el Contemporáneo- los desplegaron en el teatro San Martín. LA GACETA / Foto de Diego Aráoz (Prohibida su reproducción)
La puesta de Patricia Sabbag homenajeó el clásico de Igor Stravinsky, a 100 años de su estreno. Revolucionaria, esta obra fue clave para el nacimiento de la danza moderna. LA GACETA / Foto de Diego Aráoz (Prohibida su reproducción)
Fueron 35 los bailarines en escena. Confluyeron en una serie de solos, dúos, tríos y movimientos grupales coreografiados por Sabbag. El vestuario aludió a los colores primarios. . LA GACETA / Foto de Diego Aráoz (Prohibida su reproducción)
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Originalmente la obra tiene dos partes (El beso de la Tierra y El gran sacrificio), pero esta versión unió ambos cuadros. El punto de ruptura fue el ingreso al escenario de una embarazada, símbolo de la fertilidad. LA GACETA / Foto de Diego Aráoz (Prohibida su reproducción)
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Entre los protagonistas sobresalieron Marta Diez, quien desarrolló el papel de la sacrificada (la excluida), y Gastón Gutiérrez, el hombre que baja de la montaña y se mezcla con los grupos sociales. LA GACETA / Foto de Diego Aráoz (Prohibida su reproducción)
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Las compañías fueron ovacionadas al cabo de los 45 minutos que duró el espectáculo. Hubo flores para Diez y para Sabbag. En el saludo final se unieron todos los que trabajaron durante dos meses para hacer realidad la puesta. LA GACETA / Foto de Diego Aráoz (Prohibida su reproducción)
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