Por Alberto Horacio Elsinger
23 Septiembre 2013
IMPECABLE. En 2011 decidieron remodelar y restaurar la sala del ex Gran Avenida y ex Metro de la Sociedad Española pero el cine no volvió más. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ
"No desprecies el recuerdo del camino recorrido. Ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta"
sabía predicar el Papa 262 de la Iglesia católica y soberano de Ciudad del Vaticano, Pablo VI (Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, 1897-1978). Y en la ciudad del citrus y de los talleres ferroviarios -que fueron los más grandes de Sudamérica-, los ámbitos cinematográficos siguen vigentes en la memoria de adultos y mayores, que alguna vez disfrutaron de ellos.
Entre la segunda mitad de la década del 40 -del siglo pasado- y de los 50, se sumaron (al biógrafo Centenario, Teatro Popular Obrero -del club Talleres-, Petit -del centro- y a la paqueta sala del hotel París) los cines Gran Avenida, Alberdi y Sociedad Antoniana. Aunque, al ingresar a la década del 60, sólo estos últimos tres (más el Petit convertido en Petit Palais) continuaron funcionando. Pero de este cuarteto, el de la Antoniana, que operaba al aire libre, fue el primero en desertar. Después fue el turno de la sala de Alem 283, a la par de un conocido comercio de calzados con casa central en la capital tucumana.
El auge de la TV
Los últimos "mohicanos" taficeños del séptimo arte fueron los cines de las sociedades española e italiana. Aún más: ambos, que habían cambiado de denominación (por Metro y Regina, respectivamente), no lograron sobrevivir al arrollador auge de la TV, el video y las sofisticadas y masivas herramientas tecnológicas como el cable, el DVD, la TV satelital y digital, etcétera.
Incluso en los albores del actual siglo, el Metro recuperado y rebautizado como cine teatro Sociedad Española apostó a la resurrección con el estreno del largometraje bélico de Steve Spelberg Rescatando al Soldado Ryan. Pero, el intento resultó fallido. Antes, cuando el réquiem de las salas cinematográficas era inexorable, hubo otro cambio de estrategia para reactivarlos. Fue en los primeros años del gobierno de Raúl Alfonsín, cuando el "destape nacional" llegó a Tafí Viejo con las famosas películas XXX (triple equis), condicionadas o más conocidas en la jerga popular como "pornos".
Por entonces el Alberdi de la Italiana, transmutado en Regina, estrenó Calígula, pero su predecesora Garganta Profunda fue más convocante y osada.
"La cola de autos que venían de la capital era impresionante. Y los curiosos pululaban por toda la Alem para descubrir quienes eran los que asistían a ver ese tipo de películas. El fenómeno se repitió en el Ambassador de la ciudad Banda del Río Salí, donde también se exhibieron ambos filmes. Cabe recordar que dichos títulos no se habían autorizados para pasarlos en las salas céntricas capitalinas", evocó el cinéfilo y melómano Alberto Agüero.
Al aire libre
En Bartolomé Mitre 364 funciona la Sociedad Antoniana. Se denomina así en homenaje a su patrono San Antonio Padua, que a partir del 25 de julio de 1952 se erigió también en patrono del municipio taficeño. Es una de las más antiguas instituciones de esa ciudad. Fue fundada en 1924 y a partir de 1957 comenzó a exhibir cine al aire libre en su sede social.
La premier de la Antoniana fue la película Quo Vadis. Un filme estadounidense de 1951, del género histórico, basado en la novela del mismo título de Henryk Sienkiewicz y dirigido por Mervyn LeRoy. Si bien la película fue candidata a ocho premios Oscar -entre ellos estaba nominado Peter Ustinov, por su interpretación de Nerón- no obtuvo ninguna estatuilla. También actuaban Robert Taylor, Deborah Kerr, Leo Genn, Patricia Laffan y Finlay Currie.
Las nacionales
Las películas nacionales protagonizadas por Lolita Torres, Luis Sandrini, Sandro, Palito Ortega, eran del Alberdi, que funcionaba en la sede de la Sociedad Italiana taficeña, fundada el 28 de julio de 1929. La sala cinematográfica de Alem 261 era muy similar en su distribución y estructura a la del ex cine Splendid, de esta capital: plateas, tertulia y palcos. Funcionó entre la década del 50 hasta el 80. Hasta que en el 84 después del ciclo de cine condicionado bajó el telón pero con el nombre de Regina. En la actualidad la sala, que fue achicada está destinada a una casa de juegos electrónicas con apuestas
De Renzi al teatro
En la segunda mitad de la década del 40 la Compañía Cinematográfica del Norte explotaba las proyecciones cinematográfica en la Sociedad Española, entidad que fue creada el 24 de mayo de 1931. La entidad había construido un teatro cine. La filial Tafí Viejo de la entidad de los inmigrantes ibéricos después le confió esa sala a Contino, Juárez y Cía, que la trabajaron como Avenida. Incluso en 1958, un año después de que Gargiulo, Gómez e Ibiris -administradores del Petit Papais- le cambiarán el nombre de Avenida por Metro, abrieron en la zona donde hoy se encuentran las canchas de paddle un cine al aire libre denominado Gran Avenida, que estrenó el viernes 14 de noviembre de 1958 El cielo fue testigo con Debora Kerr y Robert Mitchum. Completo el programa doble, La Ley del látigo, con Maureen O´Hara y Peter Lawford.
MEMORIOSO.- "En el alberdi recuerdo que disfruté de un ciclo de Sir Alfred Joseph Hitchcock. Allí pude deleitarme con Psicosis, La ventana indiscreta, Spelbeund, Náufragos, Rebeca, por la que fue candidato al Oscar como mejor director. También Los Pájaros, Pánico en la escena, entre otras", contó Tito Agüero (foto izquierda).
RECUERDOS.- Genaro Marcilli, recordó que en la sala del Avenida pudo deleitarse con Ben Hur encarnado por Charlton Heston, Posesión Satánica, Violetas Imperiales con Sara Montiel, y Sin novedades en el frente, una película estadounidense de 1930, del género cine bélico, dirigida por Lewis Milestone. Protagonizada por Louis Wolheim, Lew Ayres, John Wray, Arnold Lucy, Ben Alexander, y Scott Kolk en los papeles principales. Basada en la novela homónima de Erich María Remarque".
CAPACIDAD.- El Alberdi alojaba a más de 700 espectadores entre la platea, la tertulia y los palcos. En cambio el Avenida tenía una capacidad para 926 espectadores, que después se redujo a 330 cuando se remodeló la sala en 2011.
SOPORTE.- Otra de las reliquias que se pueden apreciar en el otrora cine Avenida y también Metro, son los soportes de los proyectores. Tanto el N°1 como en l N° 2 están intactos, en la sala de proyección. Asimismo los proyectores todavía se encuentran en ese ámbito ((foto izquierda abajo)
sabía predicar el Papa 262 de la Iglesia católica y soberano de Ciudad del Vaticano, Pablo VI (Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, 1897-1978). Y en la ciudad del citrus y de los talleres ferroviarios -que fueron los más grandes de Sudamérica-, los ámbitos cinematográficos siguen vigentes en la memoria de adultos y mayores, que alguna vez disfrutaron de ellos.
Entre la segunda mitad de la década del 40 -del siglo pasado- y de los 50, se sumaron (al biógrafo Centenario, Teatro Popular Obrero -del club Talleres-, Petit -del centro- y a la paqueta sala del hotel París) los cines Gran Avenida, Alberdi y Sociedad Antoniana. Aunque, al ingresar a la década del 60, sólo estos últimos tres (más el Petit convertido en Petit Palais) continuaron funcionando. Pero de este cuarteto, el de la Antoniana, que operaba al aire libre, fue el primero en desertar. Después fue el turno de la sala de Alem 283, a la par de un conocido comercio de calzados con casa central en la capital tucumana.
El auge de la TV
Los últimos "mohicanos" taficeños del séptimo arte fueron los cines de las sociedades española e italiana. Aún más: ambos, que habían cambiado de denominación (por Metro y Regina, respectivamente), no lograron sobrevivir al arrollador auge de la TV, el video y las sofisticadas y masivas herramientas tecnológicas como el cable, el DVD, la TV satelital y digital, etcétera.
Incluso en los albores del actual siglo, el Metro recuperado y rebautizado como cine teatro Sociedad Española apostó a la resurrección con el estreno del largometraje bélico de Steve Spelberg Rescatando al Soldado Ryan. Pero, el intento resultó fallido. Antes, cuando el réquiem de las salas cinematográficas era inexorable, hubo otro cambio de estrategia para reactivarlos. Fue en los primeros años del gobierno de Raúl Alfonsín, cuando el "destape nacional" llegó a Tafí Viejo con las famosas películas XXX (triple equis), condicionadas o más conocidas en la jerga popular como "pornos".
Por entonces el Alberdi de la Italiana, transmutado en Regina, estrenó Calígula, pero su predecesora Garganta Profunda fue más convocante y osada.
"La cola de autos que venían de la capital era impresionante. Y los curiosos pululaban por toda la Alem para descubrir quienes eran los que asistían a ver ese tipo de películas. El fenómeno se repitió en el Ambassador de la ciudad Banda del Río Salí, donde también se exhibieron ambos filmes. Cabe recordar que dichos títulos no se habían autorizados para pasarlos en las salas céntricas capitalinas", evocó el cinéfilo y melómano Alberto Agüero.
Al aire libre
En Bartolomé Mitre 364 funciona la Sociedad Antoniana. Se denomina así en homenaje a su patrono San Antonio Padua, que a partir del 25 de julio de 1952 se erigió también en patrono del municipio taficeño. Es una de las más antiguas instituciones de esa ciudad. Fue fundada en 1924 y a partir de 1957 comenzó a exhibir cine al aire libre en su sede social.
La premier de la Antoniana fue la película Quo Vadis. Un filme estadounidense de 1951, del género histórico, basado en la novela del mismo título de Henryk Sienkiewicz y dirigido por Mervyn LeRoy. Si bien la película fue candidata a ocho premios Oscar -entre ellos estaba nominado Peter Ustinov, por su interpretación de Nerón- no obtuvo ninguna estatuilla. También actuaban Robert Taylor, Deborah Kerr, Leo Genn, Patricia Laffan y Finlay Currie.
Las nacionales
Las películas nacionales protagonizadas por Lolita Torres, Luis Sandrini, Sandro, Palito Ortega, eran del Alberdi, que funcionaba en la sede de la Sociedad Italiana taficeña, fundada el 28 de julio de 1929. La sala cinematográfica de Alem 261 era muy similar en su distribución y estructura a la del ex cine Splendid, de esta capital: plateas, tertulia y palcos. Funcionó entre la década del 50 hasta el 80. Hasta que en el 84 después del ciclo de cine condicionado bajó el telón pero con el nombre de Regina. En la actualidad la sala, que fue achicada está destinada a una casa de juegos electrónicas con apuestas
De Renzi al teatro
En la segunda mitad de la década del 40 la Compañía Cinematográfica del Norte explotaba las proyecciones cinematográfica en la Sociedad Española, entidad que fue creada el 24 de mayo de 1931. La entidad había construido un teatro cine. La filial Tafí Viejo de la entidad de los inmigrantes ibéricos después le confió esa sala a Contino, Juárez y Cía, que la trabajaron como Avenida. Incluso en 1958, un año después de que Gargiulo, Gómez e Ibiris -administradores del Petit Papais- le cambiarán el nombre de Avenida por Metro, abrieron en la zona donde hoy se encuentran las canchas de paddle un cine al aire libre denominado Gran Avenida, que estrenó el viernes 14 de noviembre de 1958 El cielo fue testigo con Debora Kerr y Robert Mitchum. Completo el programa doble, La Ley del látigo, con Maureen O´Hara y Peter Lawford.
MEMORIOSO.- "En el alberdi recuerdo que disfruté de un ciclo de Sir Alfred Joseph Hitchcock. Allí pude deleitarme con Psicosis, La ventana indiscreta, Spelbeund, Náufragos, Rebeca, por la que fue candidato al Oscar como mejor director. También Los Pájaros, Pánico en la escena, entre otras", contó Tito Agüero (foto izquierda).
RECUERDOS.- Genaro Marcilli, recordó que en la sala del Avenida pudo deleitarse con Ben Hur encarnado por Charlton Heston, Posesión Satánica, Violetas Imperiales con Sara Montiel, y Sin novedades en el frente, una película estadounidense de 1930, del género cine bélico, dirigida por Lewis Milestone. Protagonizada por Louis Wolheim, Lew Ayres, John Wray, Arnold Lucy, Ben Alexander, y Scott Kolk en los papeles principales. Basada en la novela homónima de Erich María Remarque".
CAPACIDAD.- El Alberdi alojaba a más de 700 espectadores entre la platea, la tertulia y los palcos. En cambio el Avenida tenía una capacidad para 926 espectadores, que después se redujo a 330 cuando se remodeló la sala en 2011.
SOPORTE.- Otra de las reliquias que se pueden apreciar en el otrora cine Avenida y también Metro, son los soportes de los proyectores. Tanto el N°1 como en l N° 2 están intactos, en la sala de proyección. Asimismo los proyectores todavía se encuentran en ese ámbito ((foto izquierda abajo)