02 Octubre 2013
DURO MOMENTO. Unos 800.000 empleados públicos recibieron la orden de quedarse en sus casas. REUTERS
WASHINGTON, Estados Unidos.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decidió cancelar un viaje que tenía previsto la semana próxima a Malasia, anunció hoy el primer ministro Najib Razak. Al parecer, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, será el encargado de sustituir a Obama en esta cita, de acuerdo con los medios de comunicación malasios.
Obama llamó por teléfono a primera hora para comunicar su decisión de no trasladarse a Kuala Lumpur el 11 de octubre y dijo lamentarlo, pero prometió realizar el viaje más adelante, indicó a la prensa Najib.
El presidente estadounidense enfrenta una crisis en su país debido al bloqueo del presupuesto en el Congreso, lo que ha obligado al gobierno a cerrar gran parte de la administración pública por falta de fondos.
Estaba previsto que este 1 de octubre el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración pública. Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar el límite de endeudamiento público hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de los nuevos presupuestos generales.
Obama llamó por teléfono a primera hora para comunicar su decisión de no trasladarse a Kuala Lumpur el 11 de octubre y dijo lamentarlo, pero prometió realizar el viaje más adelante, indicó a la prensa Najib.
El presidente estadounidense enfrenta una crisis en su país debido al bloqueo del presupuesto en el Congreso, lo que ha obligado al gobierno a cerrar gran parte de la administración pública por falta de fondos.
Estaba previsto que este 1 de octubre el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración pública. Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar el límite de endeudamiento público hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de los nuevos presupuestos generales.
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