"La Iglesia debe despojarse de lo mundano"

El Papa se emocionó en la ciudad en la que vivió San Francisco. Habló ante pobres y enfermos. El templo de San Francisco le abrió las puertas a todas las mascotas.

PASIÓN POPULAR. El Papa abandona la basílica de San Francisco y saluda a la multitud que lo aclama. REUTERS PASIÓN POPULAR. El Papa abandona la basílica de San Francisco y saluda a la multitud que lo aclama. REUTERS
05 Octubre 2013

A lo largo de su vida sacerdotal en Buenos Aires, Jorge Bergoglio seguramente vio de todo: pobreza extrema, violencia, dolor, tristeza... Pero lo que presenció ayer en Asís lo impactó tanto que le hizo olvidar que llevaba un discurso escrito y lo empujó a improvisar. "Es ridículo que un cristiano verdadero, un obispo, un cardenal, un Papa, vayan por el camino de la mundanidad, que mata el alma, que mata la Iglesia", afirmó el Papa ante un grupo de pobres, desocupados y sin techo que lo escuchaban en la ciudad en la que vivió San Francisco, el santo que lo inspiró para elegir su nombre de pontífice. 


Francisco llegó ayer a la histórica ciudad italiana con una agenda cargadísima. En cuanto se bajó del helicóptero que lo había traído desde Roma se dirigió al Instituto Seráfico, un centro que atiende a chicos y a jóvenes discapacitados, a quienes saludó uno por uno.

En ese espacio, donde se escuchaban gritos y sonidos guturales producidos por algunos de los internados, Francisco se mostró sumamente emocionado. "Aquí está Jesús, escondido en estos chicos. El cristiano debe reconocer las llagas de Jesús, tenemos que escuchar las llagas de Jesús. Lo que da esperanza es que Jesús está entre ustedes: cuando Jesús resucitó era lindísimo, ya no tenía señales de la flagelación, sólo quiso conservar las llagas, que se llevó al cielo", dijo en voz baja y generó lágrimas entre los presentes, consignó La Nación.

Más tarde visitó la iglesia de San Damián, que el santo de Asís reconstruyó y donde recibió el llamado de Cristo. Luego celebró una misa multitudinaria frente a la Basílica de San Francisco, pero antes rezó concentrado ante la tumba del santo.

"Hay un peligro que amenaza a todos en la Iglesia, a todos nosotros. El peligro de lo mundano. Nos lleva a la vanidad, a la arrogancia y al orgullo. Esta es una buena ocasión para invitar a la Iglesia a despojarse de lo mundano. Todos somos Iglesia y todos debemos hacer el camino de Jesús, que ha hecho un camino de despojo", afirmó, según reprodujo la agencia Reuters.

Alrededor de 100.000 peregrinos llegaron a Asís para presenciar la visita de Francisco, quien también se refirió a las víctimas del naufragio que se produjo cerca de la isla de Lampedusa. En ese hecho murieron más de 110 inmigrantes que intentaban llegar a Italia. "Hoy es un día de lágrimas. Al mundo no le importa si la gente debe huir del hambre o de la esclavitud buscando la libertad", lamentó.

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Alexis recibió una bendición especial

Alexis está enfermo, pero aún así, con el suero colgando y los ojos tristes, fue a recibir la bendición. Seguramente estará mejor después de que el fraile Marcos Porta, el guardián del templo de 25 de Mayo y San Martín, le imponga sus manos invocando al protector de los animales y la naturaleza en general, San Francisco de Asís (foto).

Ya es una tradición. Ayer, como todos los 4 de octubre, día de San Francisco, los amos llevan a sus mascotas a recibir la bendición.

"El Papa nos entregó una gran responsabilidad al elegir el carisma de San Francisco de Asís. La paz, el respeto por toda la Creación y el amor hacia los pobres son los tres grandes eje de su prédica. Estas ideas que nos deja Francisco a la Humanidad no son ninguna novedad para la iglesia y para el mundo, por el contrario, lo que hizo Francisco es volver a la fuentes, porque no hizo otra cosa que vivir el Evangelio", explica fray Porta.

San Francisco fue proclamado patrono de la ecología por el papa Juan Pablo II, hoy beato. "Él tuvo en gran aprecio todas las obras del Creador y, con inspiración casi sobrenatural, compuso aquel bellísimo 'Cántico de las Criaturas', a través de las cuales, especialmente del hermano sol, la hermana luna y las estrellas, rindió al Omnipotente y Buen Señor la debida alabanza, gloria, honor y toda bendición", dijo el beato aquel 29 de noviembre de 1979.

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