Salió todo redondito

San Jorge se fue feliz con el empate.

ALTERNÓ BUENAS Y MALAS. Jesús Soraire estuvo algo apagado. Demasiado retrasado, nunca gravitó en ofensiva. ALTERNÓ BUENAS Y MALAS. Jesús Soraire estuvo algo apagado. Demasiado retrasado, nunca gravitó en ofensiva.
25 Noviembre 2013
Tiene estudiado el libreto al pie de la letra; y se acostumbró a cumplirlo a la perfección. Su plan es simple: cerrarse atrás, poblar la mitad de cancha y dejar a sus delanteros en soledad para intentar aprovechar alguna falencia del rival. Y, en esta temporada, todo le viene saliendo redondo cuando enfrenta a San Martín.

El partido fue chato y con pocas luces. San Martín intentó pero falló y San Jorge se conformó con cuidar su arco. Por eso, el partido fue "tormentoso" para todos los que se llegaron por Bolívar y Pellegrini.

"Hicimos el negocio que vinimos a buscar. Nos faltó explotar mejor la contra, pero nos llevamos un punto y eso es muy bueno", dijo Franco Zambrano, dejando en claro que el plan ideado por Osvaldo Bernasconi salió como quería.

El "cacique" del fondo no come vidrio y, a pesar que consiguieron lo que fueron a buscar, es consciente que con eso solo no alcanza para meterse en zona de clasificación. "Debemos seguir trabajando, porque estamos en una etapa donde ganar se nos está haciendo muy difícil", firmó uno de los hombres de mejor rendimiento en el "expreso". El mal juego fue moneda corriente en la Ciudadela. Hubo pierna fuerte, rusticidad al por mayor y... hasta casi se viene el cielo abajo; de todo menos fútbol. "Tal cual, esa es la gran realidad", asintió Fernando Fontana, explicando que el miedo a perder resultó determinante. "Ellos tenían miedo de volver a caer y nosotros no íbamos a regalar nada", remató.

El capitán sabe que el punto suma, pero estar fuera del selecto grupo de los cuatro que avanzarán de ronda no le hace ninguna gracia. "Tenemos que seguir creciendo, y sobre todo comenzar a ganar. Es verdad que en algunos partidos no tuvimos suerte. Pero, también es cierto que a la suerte hay que ayudarla un poco".

Los "líricos" que hubo en cancha debieron conformarse con mirar pasar la pelota desde lejos. El balón vivió en el aire y, cuando suceden este tipo de cosas, ver buen juego se transforma en una misión imposible. "No salió un lindo partido; se jugó a muerte y fue demasiado trabado", admitió Jesús Soraire, el "cerebro" de San Jorge, que hizo su negocio y fue el gran ganador del domingo.

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