Por Miguel Eduardo Décima
25 Noviembre 2013
LA MÁS CLARA. Nicolás Caprio sigue la pelota con la mirada. El balón se fue pegado al palo derecho tras un remate de Silba.
Cuando un equipo no puede y el otro no quiere, es medio complicado que pueda observarse un buen encuentro. Eso es lo que ocurrió anoche en La Ciudadela, donde San Jorge y San Martín igualaron 0 a 0 en un partido para el olvido y en el que a los protagonistas no se les cayó una idea como para justificar la obtención de los tres puntos.
Los "santos" manejaron la pelota en gran parte del encuentro, pero carecieron de la inteligencia para que esa superioridad en la posesión del balón se viera reflejada en el área contraria. El "expreso", por su parte, fue a La Ciudadela con un planteo conservador del que no se apartó a lo largo del cotejo y al final le dio el resultado esperado.
Lo llamativo fue lo acelerados que los jugadores de ambos equipos entraron al campo de juego. La falta de un futbolista pensante hizo que el partido se tornara aburrido y que la pelota estuviera, especialmente en el primer tiempo, lejos de los marcos de Pave y Caprio.
Esta vez, la tarea de Albano Becica no tuvo el brillo de otras jornadas. Esto le quitó a San Martín la usina excluyente de fútbol que tiene, y vaya si su equipo lo sintió. Es que el jugador oriundo de Villa de María (Córdoba) nunca encontró los espacios para hacer prevalecer su juego.
Esto hizo que San Martín mostrara una orfandad futbolística que facilitó la tarea de la zaga de San Jorge, al que le bastó jugar concentrado los 90 minutos para bajarle la persiana a la valla defendida por el correcto Nicolás Caprio.
En cierto momento de la brega, especialmente luego de la reanudación del encuentro, que fue suspendido momentáneamente a los 14' del complemento por la lluvia, quedó la sensación de que si San Jorge se animaba un poco podía complicar a los "santos". Pero eso ocurrió en esporádicas ocasiones, pues la visita se aferró con todas sus armas a cosechar el punto, lo cual generó distintas sensaciones al momento en que Ariel Montero decretó el final. El "santo" se fue masticando bronca y San Jorge festejó.
Los "santos" manejaron la pelota en gran parte del encuentro, pero carecieron de la inteligencia para que esa superioridad en la posesión del balón se viera reflejada en el área contraria. El "expreso", por su parte, fue a La Ciudadela con un planteo conservador del que no se apartó a lo largo del cotejo y al final le dio el resultado esperado.
Lo llamativo fue lo acelerados que los jugadores de ambos equipos entraron al campo de juego. La falta de un futbolista pensante hizo que el partido se tornara aburrido y que la pelota estuviera, especialmente en el primer tiempo, lejos de los marcos de Pave y Caprio.
Esta vez, la tarea de Albano Becica no tuvo el brillo de otras jornadas. Esto le quitó a San Martín la usina excluyente de fútbol que tiene, y vaya si su equipo lo sintió. Es que el jugador oriundo de Villa de María (Córdoba) nunca encontró los espacios para hacer prevalecer su juego.
Esto hizo que San Martín mostrara una orfandad futbolística que facilitó la tarea de la zaga de San Jorge, al que le bastó jugar concentrado los 90 minutos para bajarle la persiana a la valla defendida por el correcto Nicolás Caprio.
En cierto momento de la brega, especialmente luego de la reanudación del encuentro, que fue suspendido momentáneamente a los 14' del complemento por la lluvia, quedó la sensación de que si San Jorge se animaba un poco podía complicar a los "santos". Pero eso ocurrió en esporádicas ocasiones, pues la visita se aferró con todas sus armas a cosechar el punto, lo cual generó distintas sensaciones al momento en que Ariel Montero decretó el final. El "santo" se fue masticando bronca y San Jorge festejó.