10 Diciembre 2013
Dos ex funcionarios declararon que sólo fueron “a mirar” el lugar donde hallaron a Paulina
Pablo Baillo, Eduardo Di Lella y Nicolás Barrera dieron testimonio en el juicio por la adulteración del hallazgo del cuerpo. Los testigos no pudieron explicar por qué pensaron que podía tratarse de la joven, si supuestamente no había datos del cadáver.
Tres ex autoridades de la seguridad de Tucumán declararon ayer en el juicio que se sigue contra tres ex policías, acusados de haber falseado el acta del hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos, ocurrido el 10 de marzo de 2006. El ex ministro de Seguridad Ciudadana Pablo Baillo, el ex secretario de esa área Eduardo Di Lella y el ex subjefe de Policía, Nicolás Barrera, explicaron cuál fue su intervención ese día.
Baillo afirmó que no fue al kilómetro tres de la ruta 341, en Tapia, donde se produjo el hallazgo. “La tarde del 10 de marzo me llamó Di Lella para contarme que habían encontrado un cuerpo. No me dijo si era de hombre o de mujer”, comentó el ex ministro. A la noche se contactó con el entonces jefe de Policía Hugo Sánchez, quien le contó que al día siguiente se iban a realizar las pericias.
“No estuve nunca en el lugar. A los días había renunciado, pero el gobernador José Alperovich me ratificó y Alberto Lebbos (que era subsecretario de la Juventud) renunció por eso”, comentó Baillo. Dos días más tarde, el testigo dejó el ministerio definitivamente.
Di Lella, por su parte, declaró que recibió un llamado a las 19 del 10 de marzo de 2006. “Me dijeron que habían hallado un cuerpo. Me comuniqué con el ministro y me pidió que fuera al lugar”, afirmó el ex secretario. Sin embargo, cuando Baillo habló ante los jueces Carlos Caramuti, Dante Ibáñez y Emilio Páez de la Torre, desmintió que le hubiera dado esa instrucción a su funcionario.
El ex secretario de Seguridad también contradijo a todos los testigos que habían declarado antes (incluso a los imputados), quienes afirmaron que cuando llegaron al lugar, el ex jefe de la Regional Norte Héctor Rubén Brito, les dijo que Di Lella ya había dado las instrucciones de cómo debían preservar el lugar. Esa afirmación la había realizado hasta el ex jefe de Policía Sánchez, que declaró el viernes.
“La única observación que hice a Brito es que esté atento a la circulación de autos para evitar accidentes. Esa es toda la injerencia que tuve, no ordené ningún otro tipo de recaudo”, afirmó Di Lella.
En el mismo sentido declaró Barrera, quien se encuentra detenido por el presunto encubrimiento del crimen de Paulina. Hay tres preguntas de los camaristas que los testigos no supieron responder de manera clara. El primer interrogante de los jueces es por qué le dieron aviso al fiscal Alejandro Noguera, que investigaba la búsqueda de Paulina, y no a la fiscala de Instrucción Adriana Reinoso Cuello, que se encontraba de turno.
Además, los jueces trataron de saber por qué se movilizaron las principales autoridades de seguridad, si supuestamente no había ninguna pista que indicara que se trataba del cuerpo de Paulina.
Por último, los ex funcionarios no pudieron precisar por qué el ex comisario Enrique García (acusado en este juicio), fue ascendido dos años más tarde, en contraposición a los otros ex policías imputados por la falsificación de las actas (Manuel Yapura y Roberto Lencina), quienes fueron cesanteados de la fuerza policial.
Baillo afirmó que no fue al kilómetro tres de la ruta 341, en Tapia, donde se produjo el hallazgo. “La tarde del 10 de marzo me llamó Di Lella para contarme que habían encontrado un cuerpo. No me dijo si era de hombre o de mujer”, comentó el ex ministro. A la noche se contactó con el entonces jefe de Policía Hugo Sánchez, quien le contó que al día siguiente se iban a realizar las pericias.
“No estuve nunca en el lugar. A los días había renunciado, pero el gobernador José Alperovich me ratificó y Alberto Lebbos (que era subsecretario de la Juventud) renunció por eso”, comentó Baillo. Dos días más tarde, el testigo dejó el ministerio definitivamente.
Di Lella, por su parte, declaró que recibió un llamado a las 19 del 10 de marzo de 2006. “Me dijeron que habían hallado un cuerpo. Me comuniqué con el ministro y me pidió que fuera al lugar”, afirmó el ex secretario. Sin embargo, cuando Baillo habló ante los jueces Carlos Caramuti, Dante Ibáñez y Emilio Páez de la Torre, desmintió que le hubiera dado esa instrucción a su funcionario.
El ex secretario de Seguridad también contradijo a todos los testigos que habían declarado antes (incluso a los imputados), quienes afirmaron que cuando llegaron al lugar, el ex jefe de la Regional Norte Héctor Rubén Brito, les dijo que Di Lella ya había dado las instrucciones de cómo debían preservar el lugar. Esa afirmación la había realizado hasta el ex jefe de Policía Sánchez, que declaró el viernes.
“La única observación que hice a Brito es que esté atento a la circulación de autos para evitar accidentes. Esa es toda la injerencia que tuve, no ordené ningún otro tipo de recaudo”, afirmó Di Lella.
En el mismo sentido declaró Barrera, quien se encuentra detenido por el presunto encubrimiento del crimen de Paulina. Hay tres preguntas de los camaristas que los testigos no supieron responder de manera clara. El primer interrogante de los jueces es por qué le dieron aviso al fiscal Alejandro Noguera, que investigaba la búsqueda de Paulina, y no a la fiscala de Instrucción Adriana Reinoso Cuello, que se encontraba de turno.
Además, los jueces trataron de saber por qué se movilizaron las principales autoridades de seguridad, si supuestamente no había ninguna pista que indicara que se trataba del cuerpo de Paulina.
Por último, los ex funcionarios no pudieron precisar por qué el ex comisario Enrique García (acusado en este juicio), fue ascendido dos años más tarde, en contraposición a los otros ex policías imputados por la falsificación de las actas (Manuel Yapura y Roberto Lencina), quienes fueron cesanteados de la fuerza policial.