11 Diciembre 2013
MASIVA CONCURRENCIA. Miles de sudafricanos se reunieron en un estadio de Johannesburgo para dar el último adiós a Nelson Mandela. reuters
JOHANNEBUSRGO.- Con una conmovedora ceremonia de despedida a la que, según el gobierno sudafricano, acudió el mayor número de jefes de Estado y de gobierno de la historia, fue honrada la memoria del luchador antiapartheid y primer presidente negro de Sudáfrica Nelson Mandela. Sudafricanos, familiares de Mandela y cerca de 90 jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, entre ellos el estadounidense Barack Obama y el cubano Raúl Castro -que se dieron un histórico apretón de manos- y la brasileña Dilma Rousseff asistieron a la ceremonia en el estadio FNB, en el suburbio de Soweto, donde la persistente lluvia hizo que acudiera menos gente de la esperada.
Numerosos ex presidentes, como los estadounidenses Jimmy Carter, Bill Clinton y George W. Bush, el último presidente blanco de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, y hasta estrellas del espectáculo como el líder de U2, Bono, la supermodelo Naomi Campbell y la actriz de Hollywood nacida en Sudáfrica Charlize Theron, asistieron a la ceremonia.
En un clima de paz y reconciliación, incluso la familia Mandela, dividida por diferencias a principios de este año cuando empeoró la salud del patriarca, se mostró unida sobre el escenario. Su viuda, Graca Machel, y su ex esposa Winnie Madikizela se abrazaron antes de que comenzara la ceremonia, las dos de riguroso luto. Fueron aplaudidas por la gente desde las gradas.
El funeral comenzó con Nkosi Sikelel’ Afrika, el himno del movimiento antiapartheid antes de convertirse en el himno de toda la nación cuando Mandela asumió la presidencia en 1994. Cyril Ramaphosa, vicepresidente del partido gobernante Congreso Nacional Africano y amigo del héroe que presidió el acto, dijo que el ex presidente convenció “a negros y blancos de embarcarse en un viaje de reconciliación, a olvidar las transgresiones pasadas, enterrar el odio, abrazar los derechos humanos, el no racismo, el no sexismo y comenzar la tarea y ardua odisea de convertirse en una nación de culturas distintas, religiones y razas distintas”.
La estrella de la jornada fue, sin embargo, el presidente estadounidense. Obama planteó que Mandela, que falleció el jueves a los 95 años, fue el último gran luchador por la libertad del siglo XX. Según el mandatario, la historia de Mandela -cuyos logros comparó con los de Mahatma Gandhi, Abraham Lincoln y Martin Luther King- fue la que le situó a él “en el viaje improbable” de convertirse en el primer presidente negro norteamericano.
“Aunque nunca alcanzaré el ejemplo de Madiba, me hace querer ser mejor hombre”, dijo. “La dignidad y la esperanza de ustedes se vieron reflejadas en su vida. La libertad y democracia son su preciada herencia”, agregó el estadounidense, que considera a Mandela, ícono nacional que hoy hace justo 20 años recogió el Premio Nobel de la Paz “un gigante de la historia”. “No era un busto de mármol, era carne y hueso”, añadió, refiriéndose a lo poco que le gustaba verse deificado. Obama viajó junto a su esposa, Michelle Obama. Llegó al estadio con dos horas de retraso debido a las medidas de seguridad.
Raúl Castro afirmó citando a su hermano Fidel que “Mandela pasará a la historia no por los 27 años consecutivos que pasó encarcelados, sin ceder jamás a sus ideas”, sino porque “fue capaz de arrancar de su alma todo el veneno que pudo crear tan injusto castigo, por la generosidad y la sabiduría con que en la hora de la victoria supo dirigir con gran talento a su heroico pueblo, conociendo que la nueva Sudáfrica no podría jamás construirse sobre cimientos de odio y vengaza”. Mandela tenía con Fidel Castro una “entrañable amistad, símbolo de la hermandad entre africanos y cubanos”, agregó. Y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hico hincapié en “la sangre africana” que corre por las venas de los brasileños. “Este gran líder tuvo sus ojos puestos en el futuro de su país, de su pueblo y de toda África, e inspiró la lucha en Brasil y en América del Sur”, dijo la mandataria. (DPA)
Numerosos ex presidentes, como los estadounidenses Jimmy Carter, Bill Clinton y George W. Bush, el último presidente blanco de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, y hasta estrellas del espectáculo como el líder de U2, Bono, la supermodelo Naomi Campbell y la actriz de Hollywood nacida en Sudáfrica Charlize Theron, asistieron a la ceremonia.
En un clima de paz y reconciliación, incluso la familia Mandela, dividida por diferencias a principios de este año cuando empeoró la salud del patriarca, se mostró unida sobre el escenario. Su viuda, Graca Machel, y su ex esposa Winnie Madikizela se abrazaron antes de que comenzara la ceremonia, las dos de riguroso luto. Fueron aplaudidas por la gente desde las gradas.
El funeral comenzó con Nkosi Sikelel’ Afrika, el himno del movimiento antiapartheid antes de convertirse en el himno de toda la nación cuando Mandela asumió la presidencia en 1994. Cyril Ramaphosa, vicepresidente del partido gobernante Congreso Nacional Africano y amigo del héroe que presidió el acto, dijo que el ex presidente convenció “a negros y blancos de embarcarse en un viaje de reconciliación, a olvidar las transgresiones pasadas, enterrar el odio, abrazar los derechos humanos, el no racismo, el no sexismo y comenzar la tarea y ardua odisea de convertirse en una nación de culturas distintas, religiones y razas distintas”.
La estrella de la jornada fue, sin embargo, el presidente estadounidense. Obama planteó que Mandela, que falleció el jueves a los 95 años, fue el último gran luchador por la libertad del siglo XX. Según el mandatario, la historia de Mandela -cuyos logros comparó con los de Mahatma Gandhi, Abraham Lincoln y Martin Luther King- fue la que le situó a él “en el viaje improbable” de convertirse en el primer presidente negro norteamericano.
“Aunque nunca alcanzaré el ejemplo de Madiba, me hace querer ser mejor hombre”, dijo. “La dignidad y la esperanza de ustedes se vieron reflejadas en su vida. La libertad y democracia son su preciada herencia”, agregó el estadounidense, que considera a Mandela, ícono nacional que hoy hace justo 20 años recogió el Premio Nobel de la Paz “un gigante de la historia”. “No era un busto de mármol, era carne y hueso”, añadió, refiriéndose a lo poco que le gustaba verse deificado. Obama viajó junto a su esposa, Michelle Obama. Llegó al estadio con dos horas de retraso debido a las medidas de seguridad.
Raúl Castro afirmó citando a su hermano Fidel que “Mandela pasará a la historia no por los 27 años consecutivos que pasó encarcelados, sin ceder jamás a sus ideas”, sino porque “fue capaz de arrancar de su alma todo el veneno que pudo crear tan injusto castigo, por la generosidad y la sabiduría con que en la hora de la victoria supo dirigir con gran talento a su heroico pueblo, conociendo que la nueva Sudáfrica no podría jamás construirse sobre cimientos de odio y vengaza”. Mandela tenía con Fidel Castro una “entrañable amistad, símbolo de la hermandad entre africanos y cubanos”, agregó. Y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hico hincapié en “la sangre africana” que corre por las venas de los brasileños. “Este gran líder tuvo sus ojos puestos en el futuro de su país, de su pueblo y de toda África, e inspiró la lucha en Brasil y en América del Sur”, dijo la mandataria. (DPA)