María José se acordó de México

COMO UNA PELICULA DE TERROR. María José nunca imaginó que iba a vivir algo así.  la gaceta / foto de analía jaramillo COMO UNA PELICULA DE TERROR. María José nunca imaginó que iba a vivir algo así. la gaceta / foto de analía jaramillo
15 Diciembre 2013

Cuando oyó el primer disparo, se acordó de aquella vez en la casa de Acapulco. Ahí había aprendido a no tener miedo. Y a no cerrar nunca los ojos de la nuca en ciertas calles. Pero anoche, cuando sonó el escopetazo, olvidó lo aprendido. Y tuvo miedo.


María José Soler está sentada en una confitería de Yerba Buena, ciudad distante a unos 11 kilómetros de la capital provincial, al pie de la cadena montañosa del cerro San Javier. Ahí, como en el resto de Tucumán, una provincia situada al norte de la Argentina, respirar se ha vuelto peligroso. El día anterior estalló una revuelta policial, seguida de saqueos a tiendas y a supermercados. Como los policías no querían salir de su cuartel, hasta que el Gobierno les aumentara el salario, la gente se armó para defenderse de los oportunistas. A los hombres se los veía en las esquinas, con las armas por delante del cuerpo. Las calles eran trincheras.

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María José separa su taza del plato, sorbe un trago y vuelve a depositarla en la porcelana. Lleva 10 minutos aquí, y en todo este tiempo no ha parado de hablar. Primero dice que todo comenzó cuando oscureció: entonces comenzaron a escucharse los tiros y las sirenas. Después cuenta que los varones salieron a las calles y colocaron cajones, cartones y troncos, a los que les prendieron fuego. Mientras eso ocurría -relata- ella permanecía en su casa, con sus dos hijos pequeños. Los más grandes, en cambio, estaban afuera, con el marido.

- Cuando estuve en México vivía aterrorizada. Allá los robos y los secuestros eran frecuentes. En cualquier lugar uno tenía que tirarse cuerpo a tierra porque había quedado en medio de una balacera. Me volví para estar segura. Nunca imaginé que iba a pasar por esto.

***
María José -44 años, ojos vivaces, cuatro hijos-, vive en el Barrio Viajantes, al norte del municipio. Esta mañana los policías sublevados han regresado a sus puestos, y el Gobierno nacional ha enviado gendarmes. La ciudad va recobrando su ritmo, aunque todavía parece mortalmente tranquila. De la avenida no llega el ruido de los ómnibus, de ordinario fragorosos a esta hora. De a poco, los comerciantes suben sus persianas.

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- Lo ocurrido ha dejado mucha gente con odio, con impotencia y con bronca. No está mal que se sientan así.. Pero lo que deben pensar es que no todos tuvimos las mismas oportunidades -evalúa.

En seguida suena su teléfono celular. Interrumpe su relato porque del otro lado de la línea se halla su hermano mayor, el tucumano Juan Soler, una de las figuras de Telemundo, la cadena de televisión estadounidense que transmite en español. Desde hace más de una década, el actor vive en el exterior. Juan pide hablar con la cronista; quiere dar su opinión. El también estuvo desesperado.

- En uno de las comunicaciones telefónicas, María José me contó que había disparos en la esquina de su casa. Entonces pensé que estaban a 50 metros de ellos, y tuve miedo. Después, cuando todo acabó, me sobrevino una sensación de indignación. Tucumán se había hecho famosa, pero por un hecho triste -dice Juan.
- ¿Qué sentiste cuando veías las imágenes por televisión?
- A la distancia uno magnifica las cosas. Todo se vuelve más terrible. Tuve impotencia y preocupación. No quería que tocaran a mi familia, pero no podía hacer nada por ellos. Pensaba en mi hija Valentina, en mis hermanos y en mis sobrinos.
- ¿Cuál es tu opinión de lo que ha ocurrido?
- Ahora siento enojo, porque son los ciudadanos los que se han dividido, y se han puesto de un lado o del otro. Es la gente contra la gente. Pienso que no todos los que salieron a robar son delincuentes. Ahí también había pobres que simplemente vieron la ocasión y aprovecharon, porque creen que les pertenecen o les debieran pertenecer esas cosas. No hay parámetro de lo que es la Justicia.
- ¿Cómo ves a la Argentina, desde el exterior?
- Creo que ahí es mucho más fácil ser un ladrón que un buen señor. Era previsible que pasara esto, porque no hay sanciones ni castigos.

***
María José se despide de su hermano. Termina su café. Nunca más quiere pasar por esto, dice.
Nadie estaba preparado para lo que se vivió. Nadie vio llegar eso que nadie esperaba.

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