16 Diciembre 2013
DETENIDA. Gómez llegó por su cuenta y se entregó. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Ema Hortensia Gómez se entregó a la Justicia luego de haber sido condenada a cadena perpetua por la Corte Suprema. Alrededor de las 11 se presentó espontáneamente en la Sala I de la Cámara Penal.
Tal fue la sorpresa que provocó la presencia de Ema Gómez, condenada a prisión perpetua por la Corte luego de considerar que actuó con alevosía en el homicidio del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz, que ni siquiera el juez Pedro Roldán Vázquez -vocal de la Sala I- estaba en su despacho para recibirla.
Gómez se presentó sin su abogado, Mario Mirra. La ex agente llegó a la sede judicial acompañada sólo por algunos de sus familiares y por su hijo, un bebé que todavía carga en sus brazos. Debido al inesperado accionar de Gómez el juez Roldán Vázquez tuvo que prolongar el cuarto intermedio del juicio en que estaba participando como vocal para volver a su despacho y ocuparse de la presentación de la condenada.
En principio, según fuentes judiciales, luego de ser entrevistada por el magistrado Gómez bajo arresto domiciliario debido a que, por la corta edad de su hijo, ella debe estar con el niño para cuidarlo. Sin embargo, aún no se dieron mayores detalles acerca de su situación procesal. Con su hijo en brazos, el pelo teñido de rojo y lentes para el sol salió del edificio ubicado en Lamadrid al 400 sin dar declaraciones, a pesar de que LA GACETA intentó entrevistarla.
El ex policía Darío Pérez, el otro condenado a perpetua por la Corte, continúa prófugo.
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