19 Diciembre 2013
MULTAS DIARIAS. De las 5.000 actas que se labran por día, unas 3.500 son por infracciones de tránsito. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso (archivo)
La última vez que se designaron jueces en el Tribunal de Faltas de la Capital fue en 1997, durante la intendencia del bussista Oscar Paz. Y durante 16 años, el órgano encargado de aplicar las multas en la ciudad funcionó, a media máquina, con sólo cinco magistrados. En la sesión del Concejo prevista para hoy, a partir de las 9, los ediles avalarán la designación de cinco nuevos jueces y se dará cobertura a la totalidad de los cargos (son 10 los juzgados).
El 16 de diciembre ingresaron desde el Departamento Ejecutivo municipal los decretos con las designaciones -deben contar con el acuerdo de los concejales- de los abogados María Luciana Estofán, Jorge Washington González, Juan Domingo Vega, Jorge Adrián Díaz y Vicente Bellomío, quienes cubrirán los juzgados de la IIª, IIIª, VIIIª, IVª, Vª, respectivamente.
Entre los cinco letrados que procuran ser designados, dos tienen directa relación con el poder político y judicial. Estofán es sobrina del actual vocal de la Corte Suprema de Justicia, Antonio Estofán, y Bellomío es hermano del secretario de Economía y Hacienda municipal, Silvio Bellomío.
No es la primera vez que la cobertura de cargos judiciales en la Municipalidad está ligada a los padrinazgos y a las relaciones políticas. Desde el retorno de la democracia, en 1983, los jueces de Faltas que fueron designados casi siempre respondieron al signo del partido gobernante o bien primaron los lazos de consanguinidad. En la década del 80, cuando la UCR gobernaba la capital fueron designados los radicales Juan Carlos Ghiringhelli, Eudoro Aráoz y Estela Martínez de Chehuan. En los 90, durante la intendencia de Paz, el bussismo también designó a jueces de Faltas afines. Es el caso de los magistrados Marcos Alzabé (sobrino del intendente Paz), Eduardo Poliche (yerno del por entonces presidente del Concejo Deliberante, Roberto Lix Klett) y Juan Manuel Paz (primo del intendente Paz). El ex concejal Leonardo Maloberti fue presidente del bloque de FR y luego, durante la intendencia de Raúl Topa, también fue designado juez de Faltas.
Para poder nominar a los nuevos magistrados municipales, el intendente, Domingo Amaya, tuvo que derogar un artículo del decreto reglamentario firmado por Topa en 2001, por el que se impedía la subrogancia de los jueces. Precisamente, el artículo 8 del decreto firmado por el ex vicegobernador de Antonio Bussi expresa: “los jueces de Faltas no podrán ser reemplazados bajo ningún concepto, como así tampoco podrán asignarse las funciones que hubieran estado cumpliendo a un agente de inferior nivel jerárquico o categoría, siendo personalmente responsable el funcionario que obrare en contraposición a lo dispuesto por el presente artículo”. Con esta modificación, Amaya procedió a redactar los instrumentos de designación correspondientes.
Actualmente, un promedio de 5.000 actas por diversas infracciones llegan por mes al órgano municipal. De ese número, 3.500 corresponden a infracciones de tránsito. Desde el municipio sostienen que con los nuevos jueces, el trabajo en la repartición se agilizará.
El 16 de diciembre ingresaron desde el Departamento Ejecutivo municipal los decretos con las designaciones -deben contar con el acuerdo de los concejales- de los abogados María Luciana Estofán, Jorge Washington González, Juan Domingo Vega, Jorge Adrián Díaz y Vicente Bellomío, quienes cubrirán los juzgados de la IIª, IIIª, VIIIª, IVª, Vª, respectivamente.
Entre los cinco letrados que procuran ser designados, dos tienen directa relación con el poder político y judicial. Estofán es sobrina del actual vocal de la Corte Suprema de Justicia, Antonio Estofán, y Bellomío es hermano del secretario de Economía y Hacienda municipal, Silvio Bellomío.
No es la primera vez que la cobertura de cargos judiciales en la Municipalidad está ligada a los padrinazgos y a las relaciones políticas. Desde el retorno de la democracia, en 1983, los jueces de Faltas que fueron designados casi siempre respondieron al signo del partido gobernante o bien primaron los lazos de consanguinidad. En la década del 80, cuando la UCR gobernaba la capital fueron designados los radicales Juan Carlos Ghiringhelli, Eudoro Aráoz y Estela Martínez de Chehuan. En los 90, durante la intendencia de Paz, el bussismo también designó a jueces de Faltas afines. Es el caso de los magistrados Marcos Alzabé (sobrino del intendente Paz), Eduardo Poliche (yerno del por entonces presidente del Concejo Deliberante, Roberto Lix Klett) y Juan Manuel Paz (primo del intendente Paz). El ex concejal Leonardo Maloberti fue presidente del bloque de FR y luego, durante la intendencia de Raúl Topa, también fue designado juez de Faltas.
Para poder nominar a los nuevos magistrados municipales, el intendente, Domingo Amaya, tuvo que derogar un artículo del decreto reglamentario firmado por Topa en 2001, por el que se impedía la subrogancia de los jueces. Precisamente, el artículo 8 del decreto firmado por el ex vicegobernador de Antonio Bussi expresa: “los jueces de Faltas no podrán ser reemplazados bajo ningún concepto, como así tampoco podrán asignarse las funciones que hubieran estado cumpliendo a un agente de inferior nivel jerárquico o categoría, siendo personalmente responsable el funcionario que obrare en contraposición a lo dispuesto por el presente artículo”. Con esta modificación, Amaya procedió a redactar los instrumentos de designación correspondientes.
Actualmente, un promedio de 5.000 actas por diversas infracciones llegan por mes al órgano municipal. De ese número, 3.500 corresponden a infracciones de tránsito. Desde el municipio sostienen que con los nuevos jueces, el trabajo en la repartición se agilizará.