En 2014, el déficit financiero sería récord

La consultora Economía y Regiones proyectó que el rojo en las cuentas públicas nacionales superaría los $ 112.000 millones

12 Enero 2014
BUENOS AIRES.- El déficit financiero nacional sería este año superior a los $ 112.000 millones. De este modo, alcanzaría un nivel récord para el Gobierno, en términos del Producto Bruto Interno (PBI), según un estudio de la consultora Economía y Regiones (E&R). En el informe también se criticó que el Poder Ejecutivo aumente impuestos para contrarrestar el desequilibrio fiscal, y se remarcó que la Argentina es el país de mayor presión impositiva de la región.

“Para 2014, el escenario prevé que el déficit financiero se ubique por arriba de los $ 112.000 millones. De esta forma alcanzará un 3,2% del PBI, lo que sería un récord para la gestión kirchnerista”, se proyectó. Además, la consultora aclaró que detrás de esta proyección subyace un crecimiento recaudatorio del 29%. “Esta cifra podría revisarse a la baja, de mantenerse la pobre performance los últimos meses”, subrayó el estudio privado.

Sobre los niveles de recaudación, E&R calculó que por cada punto menos que crezcan los ingresos tributarios, “la caja nacional se verá resentida en casi $ 9.000 millones anuales”. “Las cuentas públicas confirman un creciente desequilibrio fiscal que luce insostenible y empieza a preocupar a la administración actual”, recalcó.

Presión en aumento
El reporte cuestionó que en “respuesta al avance del rojo fiscal”, el Gobierno incremente la presión tributaria mediante la implementación de nuevos impuestos y alícuotas o en las bases imponibles existentes. “Esto ocurrió con el gravamen sobre los vehículos de alta gama, el incremento del anticipo del Impuesto a las Ganancias para los exportadores agrícolas, y con la eventual modificación en el tributo a los Bienes Personales”, observó.

La presión tributaria en la Argentina se expandió de manera sucesiva, afirma la consultora, hasta alcanzar el 33%. Por último, la consultora enumeró las consecuencias de un incremento en la presión de impuestos. “Podría inducir a la evasión, desalentar la inversión y el consumo, reducir la rentabilidad, afectar al mercado de trabajo y, sobre todo, puede afectar la competitividad de los sectores exportadores”, concluyó. (DyN)

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