31 Enero 2014
Los técnicos de la Eeaoc consideran necesario que esta nueva plaga, que amenaza los cultivo de granos del país, debe ser combatida mediante un sistema integrado de control para el género helicoverpa, pero con especial énfasis en la especie armiguera. En Brasil hay antecedentes de este manejo, en el cual se resaltan algunos aspectos técnicos relacionados a las medidas para el control de esta plaga.
Se considera que el aumento de los niveles poblacionales correspondientes al genero helicoverpa, fue consecuencia de una serie de modificaciones en los sistemas agrícolas. Especialistas mencionan, principalmente, a la siembra sucesiva de especies vegetales que hospedan esta plaga como la soja, el maíz y el algodón en áreas muy extensas. Esta situación llevó a que prolifere el alimento que necesita el insecto, al igual que los sitios propicios para su multiplicación durante el año.
A estas modificaciones en el agrosistema debe agregarse el uso inadecuado de diversos insecticidas, que pueden contribuir, entre otros factores, al crecimiento poblacional de la plaga. Lo cierto es que el control de la helicoverpa armiguera se basa, principalmente, en el uso adecuado de insecticidas, ya que existen muchos ejemplos en el mundo de resistencia de esta plaga a piretroides, carbamatos, organofosforados y endosulfan.
Esto se dio por el uso continuo e indiscriminado de estos insecticidas y que, además, crearon problemas de salud al medio ambiente. Sin dudas la capacidad de esta plaga de migrar hacia otros lugares hizo que se transfiera el gen de resistencia a estos insecticidas. En lo referente al control biológico, se detectaron 30 parasitoides, 23 predadores y nueve patógenos, con porcentajes de parasitismo que van del 5% al 70%, dependiendo del cultivo y del ciclo de vida de la plaga.
Se considera que el aumento de los niveles poblacionales correspondientes al genero helicoverpa, fue consecuencia de una serie de modificaciones en los sistemas agrícolas. Especialistas mencionan, principalmente, a la siembra sucesiva de especies vegetales que hospedan esta plaga como la soja, el maíz y el algodón en áreas muy extensas. Esta situación llevó a que prolifere el alimento que necesita el insecto, al igual que los sitios propicios para su multiplicación durante el año.
A estas modificaciones en el agrosistema debe agregarse el uso inadecuado de diversos insecticidas, que pueden contribuir, entre otros factores, al crecimiento poblacional de la plaga. Lo cierto es que el control de la helicoverpa armiguera se basa, principalmente, en el uso adecuado de insecticidas, ya que existen muchos ejemplos en el mundo de resistencia de esta plaga a piretroides, carbamatos, organofosforados y endosulfan.
Esto se dio por el uso continuo e indiscriminado de estos insecticidas y que, además, crearon problemas de salud al medio ambiente. Sin dudas la capacidad de esta plaga de migrar hacia otros lugares hizo que se transfiera el gen de resistencia a estos insecticidas. En lo referente al control biológico, se detectaron 30 parasitoides, 23 predadores y nueve patógenos, con porcentajes de parasitismo que van del 5% al 70%, dependiendo del cultivo y del ciclo de vida de la plaga.
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