Eduardo Ruíz Pesce - Candidato a rector
Lanzar una mirada sobre los comicios que conformaron los Consejos de facultades que elegirán rector y vice de la UNT implica reflexionar críticamente de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde queremos ir con la universidad fundada por Juan B. Terán en 1914; cuatro años después, la Reforma Universitaria de Córdoba protagonizó una “revolución en las conciencias” y fijó el norte para las universidades argentinas y latinoamericanas: “Desde hoy -decían- contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan”. Hoy, en cambio, la universidad pública tucumana está sumergida en la corrupción y la podredumbre. Tenemos dolores y vergüenzas del cohecho y compraventa de votos a cambio de “bolsones académicos” con los que se compran y se venden las conciencias y dignidades de rectores, decanos, docentes, estudiantes, egresados y no docentes. Esa corruptela está matando a la UNT. Y de la tragedia, como de los laberintos, sólo se sale por arriba; por el arriba de una revolución del diálogo y de la democratización. Esa revolución será posible el 16 de mayo si los universitarios reconquistamos la libertad que nos permita recrear una universidad pública digna, decente, apasionada por la verdad, comprometida con la salvaguarda de los bienes comunes y públicos, celebrando la creación de la belleza y consagrada al servicio del pueblo y la cultura.