Afirman que el consumo dejó de ser el motor de la actividad

La aceleración inflacionaria y el estancamiento en la generación de empleo atentan contra la expansión, según un informe de Finsoport

30 Abril 2014
El consumo dejó de ser el motor de la economía nacional debido al estancamiento del empleo y la aceleración de la inflación. Así lo advirtió un informe dado a conocer ayer por la consultora Finsoport.

“Indudablemente, el principal factor que afecta negativamente al consumo es la combinación entre el estancamiento del empleo y la creciente disminución en los salarios reales, iniciada a finales de 2013, como consecuencia de la aceleración en la tasa de inflación”, evaluó. A su vez, la consultora consideró que el techo salarial parcialmente respetado y que el Gobierno pretende imponer en las paritarias, y el retraso en la resolución de las mismas tienden a profundizar ese efecto, consignó la agencia DyN.

El informe indicó que luego de un segundo semestre de 2013 en el que el consumo privado resultó “dinamizado” por el aumento del gasto público en la forma de subsidios y otras transferencias -asociadas, a su vez, al proceso eleccionario-, esa variable se “relantizó sensiblemente” durante el primer trimestre de 2014.

Precisó que las ventas reales en los supermercados pasaron de expandirse de una tasa interanual de 3,6% en el último trimestre de 2013, a incrementarse a un ritmo de solo un 1,6% durante los primeros tres meses de este año.

Asimismo, puntualizó que la tasa de crecimiento interanual de las compras reales en los shoppings se desaceleró desde 5,2% en el segundo semestre de 2013, a 1,9% en el lapso enero-marzo de 2014.

“Se observa una dinámica de notable desaceleración en el consumo privado, tanto en las compras masivas (en supermercados) como en la demanda suntuaria (shoppings), a la que se suma la caída de un 25% en las ventas internas de automotores en el transcurso de 2014”, destacó el trabajo.

La consultora estimó que la tasa de inflación convergería en un 40% para diciembre; mientras que las subas salariales promediarían un 30%, con lo cual se producía “una sensible caída” en los salarios reales que afectará a la dinámica del consumo privado.

Según el análisis, la intención del Gobierno de poner “límites” a las paritarias resulta “claramente contradictoria” con la idea de sostener una tasa elevada de crecimiento económico. “De ese modo, la caída de las remuneraciones reales propiciada por el Gobierno, ha terminado de erosionar la dinámica del consumo masivo (...) Paradójicamente, la propia inflación y la falta de creación de alternativas de ahorro han fomentado en el pasado el consumo de bienes durables y de artículos suntuarios, cuya sobredemanda, incluso, contribuyó a debilitar el saldo de la balanza comercial como resultado de un crecimiento excesivo de las importaciones”, dijo el estudio.

Finsoport sostuvo que “demanda y oferta privados permanecen deprimidos”, y prevé que el panorama no parece modificarse en los meses por delante.

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