04 Mayo 2014
TORRES DAÑADAS. La caída de mampostería, el martes, detonó la inquietud en la sociedad, pero desde hace tiempo se proyectaban arreglos integrales. Ahora se pondrán en marcha.
Cuando un trozo de moldura del frente de la Iglesia Catedral se desprendió el martes sobre la vereda, en el Arzobispado nadie se sorprendió. Ya el año pasado, la jerarquía eclesiástica había alertado sobre la necesidad de restaurar con urgencia el edificio de la Iglesia Matriz, que sufre problemas estructurales en las dos torres del campanario y que presenta grietas en las naves laterales.
Para concretar la puesta en valor de la Catedral, se habían gestionado fondos de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación. Aunque el 27 de septiembre de 2013 se había firmado el convenio entre el Gobierno y la Iglesia para la restauración de la Iglesia Catedral, en estos meses no había noticias sobre el inicio de la obra. Al parecer, el desprendimiento de la moldura, junto con la promesa del papa Francisco de que vendrá a Tucumán en 2016, surtieron efectos colaterales positivos: ayer, Marcelo Barrionuevo, párroco de la Catedral y secretario de la Comisión organizadora del Congreso Eucarístico 2016, le dijo a LA GACETA que entre mañana y el martes comenzará la primera etapa del ambicioso plan de puesta en valor de la iglesia más antigua de la Capital tucumana. El primer paso es el estudio de suelos, para hacer un diagnóstico del estado del templo, que arrancará entre mañana y el martes, destacó el sacerdote. Añadió que la puesta en valor se realizará con fondos de la Nación que serán administrados por el Poder Ejecutivo Provincial a través de la Secretaría de Obras Públicas.
El sacerdote anticipó que el concepto es jerarquización de la Catedral en su totalidad, en el marco de las actividades del Bicentenario y del Congreso Eucarístico.
Entre los puntos más débiles están la estructura de techos y las distintas grietas; pero también se renovará la iluminación, se restaurarán las imágenes y altares y se recuperarán los frescos. Se contempla asimismo la puesta en valor del arte litúrgico así como la recuperación del baptisterio, la recuperación de los vitrales y la restauración del campanario y del reloj.
Estudio previo
La propuesta que ahora empieza a concretarse no es producto de la improvisación: ya en febrero de 2013, monseñor Alfredo Zecca le había encomendado a Barrionuevo un estudio de todas las áreas.
Para el diagnóstico trabajaron expertos del Instituto de Estructura de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT, a quienes se les pidió un estudio de las grandes grietas y lugares de dilatación estructural del edificio. También aportaron para el plan de recuperación integral expertos en artes, en historia, en luminotecnia, en imaginería y en refrigeración.
“Ahora comienza un estudio de suelo y de cubiertas para implementar nuevos ductos de los techos; la idea es que sean externos, y no internos. Hay que hacer la licitación de la obra: recimentar las dos torres que se encuentran agrietadas e inclinadas y unificar el frontispicio, que por su inclinación tiene fisuras. Lo que se sabrá con el estudio de suelos es que el calor de este verano y la humedad han generado nuevas grietas”, concluyó el padre Barrionuevo.
HISTORIA
La iglesia más antigua de la capital tucumana
La Catedral ocupa el lugar en el que estaba emplazada la antigua Iglesia Matriz, que fue parte de la ciudad desde su segunda fundación, en 1685. Sobre diseño del ingeniero francés Pedro Dalgare Etcheverry, su construcción actual se inició en 1848, por disposición del gobernador Celedonio Gutiérrez, y se inauguró en 1856. Carlos Paéz de la Torre(h) destacó en una de sus crónicas la importancia de la figura de Juan Manuel Terán para la concreción de esa obra de estilo neoclásico, tanto en la compra de materiales como en la recolección de los donativos y dirección económica del emprendimiento. En el año 1941 la Catedral fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Para concretar la puesta en valor de la Catedral, se habían gestionado fondos de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación. Aunque el 27 de septiembre de 2013 se había firmado el convenio entre el Gobierno y la Iglesia para la restauración de la Iglesia Catedral, en estos meses no había noticias sobre el inicio de la obra. Al parecer, el desprendimiento de la moldura, junto con la promesa del papa Francisco de que vendrá a Tucumán en 2016, surtieron efectos colaterales positivos: ayer, Marcelo Barrionuevo, párroco de la Catedral y secretario de la Comisión organizadora del Congreso Eucarístico 2016, le dijo a LA GACETA que entre mañana y el martes comenzará la primera etapa del ambicioso plan de puesta en valor de la iglesia más antigua de la Capital tucumana. El primer paso es el estudio de suelos, para hacer un diagnóstico del estado del templo, que arrancará entre mañana y el martes, destacó el sacerdote. Añadió que la puesta en valor se realizará con fondos de la Nación que serán administrados por el Poder Ejecutivo Provincial a través de la Secretaría de Obras Públicas.
El sacerdote anticipó que el concepto es jerarquización de la Catedral en su totalidad, en el marco de las actividades del Bicentenario y del Congreso Eucarístico.
Entre los puntos más débiles están la estructura de techos y las distintas grietas; pero también se renovará la iluminación, se restaurarán las imágenes y altares y se recuperarán los frescos. Se contempla asimismo la puesta en valor del arte litúrgico así como la recuperación del baptisterio, la recuperación de los vitrales y la restauración del campanario y del reloj.
Estudio previo
La propuesta que ahora empieza a concretarse no es producto de la improvisación: ya en febrero de 2013, monseñor Alfredo Zecca le había encomendado a Barrionuevo un estudio de todas las áreas.
Para el diagnóstico trabajaron expertos del Instituto de Estructura de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT, a quienes se les pidió un estudio de las grandes grietas y lugares de dilatación estructural del edificio. También aportaron para el plan de recuperación integral expertos en artes, en historia, en luminotecnia, en imaginería y en refrigeración.
“Ahora comienza un estudio de suelo y de cubiertas para implementar nuevos ductos de los techos; la idea es que sean externos, y no internos. Hay que hacer la licitación de la obra: recimentar las dos torres que se encuentran agrietadas e inclinadas y unificar el frontispicio, que por su inclinación tiene fisuras. Lo que se sabrá con el estudio de suelos es que el calor de este verano y la humedad han generado nuevas grietas”, concluyó el padre Barrionuevo.
HISTORIA
La iglesia más antigua de la capital tucumana
La Catedral ocupa el lugar en el que estaba emplazada la antigua Iglesia Matriz, que fue parte de la ciudad desde su segunda fundación, en 1685. Sobre diseño del ingeniero francés Pedro Dalgare Etcheverry, su construcción actual se inició en 1848, por disposición del gobernador Celedonio Gutiérrez, y se inauguró en 1856. Carlos Paéz de la Torre(h) destacó en una de sus crónicas la importancia de la figura de Juan Manuel Terán para la concreción de esa obra de estilo neoclásico, tanto en la compra de materiales como en la recolección de los donativos y dirección económica del emprendimiento. En el año 1941 la Catedral fue declarada Monumento Histórico Nacional.