11 Mayo 2014
El juicio por el crimen de Sénneke se hará en julio
El joven de 19 años fue asesinado cuando lo asaltaron para quitarle la mochila. Su madre escribió una conmovedora carta. El inicio del debate, previsto para la semana pasada, tuvo que suspenderse porque cambió la Fiscalía de Cámara que realizará la acusación.
IVÁN SÉNNEKE. Cumpliría 22 años mañana.
Los 30 meses que pasaron desde que Mauro Iván Sénneke fue asesinado en la esquina de su casa para robarle la mochila fueron dolorosos para Silvia Jiménez, su madre.
Ella aún no comenzó a hacer el duelo por la muerte de su hijo, contó, a la espera de que los sospechosos de haberlo asesinado sean juzgados y condenados. La semana pasada recibió con pesar la noticia de que el juicio una vez más había sido postergado, al haber cambiado el fiscal de Cámara encargado de la acusación.
El abogado de la familia Sénneke, Sebastián Herrera Prieto, comentó que el debate oral comenzaría la última semana de julio, según le informaron en los tribunales penales, y que la semana pasada fue designada la fiscala de Cámara Estela Giffoniello en reemplazo de Manuel López Rougés, quien se encontraba de licencia.
Sénneke tenía 19 años y trabajaba en una farmacia del barrio Tarcos II, en Camino del Perú al 1.600. La noche del 10 de noviembre de 2011 regresaba del trabajo y se detuvo a conversar con Fátima, una amiga, en la esquina de Delfín Gallo y Rivadavia, a 50 metros de su casa.
Dos hombres se acercaron en ese momento y le preguntaron por una calle. Fátima se dio cuenta de que los estaban por asaltar y gritó. “Corré”, le dijo Sénneke, quien forcejeó con uno de los ladrones que intentaba quitarle la mochila.
Sin embargo, el joven cedió y entregó la mochila, según relató un vecino que presenció la escena, y estaba arrodillado cuando le dispararon en la cabeza. Murió a las 8 del día siguiente en el hospital Padilla.
La Policía detuvo a tres personas, acusadas de haber participado del robo y homicidio. Pero el sospechoso de haber realizado el disparo mortal estuvo prófugo durante varios meses. José Manuel “Loly” Correa fue atrapado en junio de 2012 en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, donde permanecía oculto. Recién entonces la fiscala Mariana Rivadeneira logró cerrar la causa y elevarla a juicio.
Compensación
El expediente llegó a la Sala VI de la Cámara Penal, integrada por Stella Maris Arce, Marta Cavallotti y Alicia Freidenberg. La primera fiscala de Cámara iba a ser Juana Prieto de Sólimo, según explicó el querellante, pero finalmente la acusación recayó en el fiscal de Cámara López Rougés.
El inicio del debate oral había sido fijado para el 8 de mayo, pero hubo dos hechos que obligaron al cambio del fiscal de Cámara. Por un lado, López Rougés se encontraba de licencia por enfermedad (se reintegró el 30 de abril). Pero además la causa pasó a la fiscalía de Cámara a cargo de Giffoniello en “compensación”.
Sucede que esta fiscala tuvo que inhibirse en varias causas en las que había actuado cuando era defensora Oficial, y esos expedientes habían pasado en subrogancia a López Rougés, contó una fuente del Ministerio Público. Tras un acuerdo entre fiscales, se resolvió que la acusación de la causa Sénneke quede en manos de Giffoniello. Para que tuviera tiempo de estudiar el expediente, el juicio fue suspendido.
Una carta
Silvia Jiménez, la madre de Sénneke, sintió decepción cuando supo que postergaban la fecha de juicio. Mañana su hijo cumpliría 22 años y ella esperaba regalarle la sentencia. Por eso decidió escribirle una carta que envió a LA GACETA. “Hoy la palabra justicia no dice nada y al mismo tiempo lo esconde todo. Se me hace cada día más fácil hablar de justicia incorrecta, inexplicable, vergonzosa, ya que estoy luchando día a día contra ella”, reflexionó Jiménez.
La mujer contó que siente que hay muchos rodeos en la Justicia para resolver estos casos. “Los jueces, fiscales y abogados también son seres humanos y no están exentos de que la tragedia toque a sus puertas, como me pasó a mí para decirme que le habían pegado un tiro a mi ‘cabezón’ para robarle”, dijo.
Jiménez se enteró el última día de abril de que el juicio iba a ser postergado. La noticia le llegó por rumores, lo que la fastidió. Había testigos de otras provincias que tenían todo previsto para viajar, y hubo que avisarles que cambiaran de planes. “Pero no hubo comunicaciones formales de la Justicia”, afirmó la madre de Sénneke.
Los cuatro acusados por el crimen de Sénneke se encuentran detenidos en Villa Urquiza. Tres de ellos ya tienen vencido el plazo máximo de la prisión preventiva (dos años), en tanto que “Loly” cumplirá ese plazo en junio. Los defensores podrían plantear la libertad, ya que no tienen impedimentos legales para obtenerla.
La querella confía en que el debate se realice antes de que eso suceda. Mientras Silvia Jiménez aguarda que juzguen a los presuntos responsables de matar a Iván Sénneke, para que en su próximo cumpleaños pueda regalarle justicia.
Ella aún no comenzó a hacer el duelo por la muerte de su hijo, contó, a la espera de que los sospechosos de haberlo asesinado sean juzgados y condenados. La semana pasada recibió con pesar la noticia de que el juicio una vez más había sido postergado, al haber cambiado el fiscal de Cámara encargado de la acusación.
El abogado de la familia Sénneke, Sebastián Herrera Prieto, comentó que el debate oral comenzaría la última semana de julio, según le informaron en los tribunales penales, y que la semana pasada fue designada la fiscala de Cámara Estela Giffoniello en reemplazo de Manuel López Rougés, quien se encontraba de licencia.
Sénneke tenía 19 años y trabajaba en una farmacia del barrio Tarcos II, en Camino del Perú al 1.600. La noche del 10 de noviembre de 2011 regresaba del trabajo y se detuvo a conversar con Fátima, una amiga, en la esquina de Delfín Gallo y Rivadavia, a 50 metros de su casa.
Dos hombres se acercaron en ese momento y le preguntaron por una calle. Fátima se dio cuenta de que los estaban por asaltar y gritó. “Corré”, le dijo Sénneke, quien forcejeó con uno de los ladrones que intentaba quitarle la mochila.
Sin embargo, el joven cedió y entregó la mochila, según relató un vecino que presenció la escena, y estaba arrodillado cuando le dispararon en la cabeza. Murió a las 8 del día siguiente en el hospital Padilla.
La Policía detuvo a tres personas, acusadas de haber participado del robo y homicidio. Pero el sospechoso de haber realizado el disparo mortal estuvo prófugo durante varios meses. José Manuel “Loly” Correa fue atrapado en junio de 2012 en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, donde permanecía oculto. Recién entonces la fiscala Mariana Rivadeneira logró cerrar la causa y elevarla a juicio.
Compensación
El expediente llegó a la Sala VI de la Cámara Penal, integrada por Stella Maris Arce, Marta Cavallotti y Alicia Freidenberg. La primera fiscala de Cámara iba a ser Juana Prieto de Sólimo, según explicó el querellante, pero finalmente la acusación recayó en el fiscal de Cámara López Rougés.
El inicio del debate oral había sido fijado para el 8 de mayo, pero hubo dos hechos que obligaron al cambio del fiscal de Cámara. Por un lado, López Rougés se encontraba de licencia por enfermedad (se reintegró el 30 de abril). Pero además la causa pasó a la fiscalía de Cámara a cargo de Giffoniello en “compensación”.
Sucede que esta fiscala tuvo que inhibirse en varias causas en las que había actuado cuando era defensora Oficial, y esos expedientes habían pasado en subrogancia a López Rougés, contó una fuente del Ministerio Público. Tras un acuerdo entre fiscales, se resolvió que la acusación de la causa Sénneke quede en manos de Giffoniello. Para que tuviera tiempo de estudiar el expediente, el juicio fue suspendido.
Una carta
Silvia Jiménez, la madre de Sénneke, sintió decepción cuando supo que postergaban la fecha de juicio. Mañana su hijo cumpliría 22 años y ella esperaba regalarle la sentencia. Por eso decidió escribirle una carta que envió a LA GACETA. “Hoy la palabra justicia no dice nada y al mismo tiempo lo esconde todo. Se me hace cada día más fácil hablar de justicia incorrecta, inexplicable, vergonzosa, ya que estoy luchando día a día contra ella”, reflexionó Jiménez.
La mujer contó que siente que hay muchos rodeos en la Justicia para resolver estos casos. “Los jueces, fiscales y abogados también son seres humanos y no están exentos de que la tragedia toque a sus puertas, como me pasó a mí para decirme que le habían pegado un tiro a mi ‘cabezón’ para robarle”, dijo.
Jiménez se enteró el última día de abril de que el juicio iba a ser postergado. La noticia le llegó por rumores, lo que la fastidió. Había testigos de otras provincias que tenían todo previsto para viajar, y hubo que avisarles que cambiaran de planes. “Pero no hubo comunicaciones formales de la Justicia”, afirmó la madre de Sénneke.
Los cuatro acusados por el crimen de Sénneke se encuentran detenidos en Villa Urquiza. Tres de ellos ya tienen vencido el plazo máximo de la prisión preventiva (dos años), en tanto que “Loly” cumplirá ese plazo en junio. Los defensores podrían plantear la libertad, ya que no tienen impedimentos legales para obtenerla.
La querella confía en que el debate se realice antes de que eso suceda. Mientras Silvia Jiménez aguarda que juzguen a los presuntos responsables de matar a Iván Sénneke, para que en su próximo cumpleaños pueda regalarle justicia.
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