La madre de Pablo Escobero llegó de Colombia

Isabel Peñaranda Mejía es la progenitora del personaje central de la serie El Porrón del Mal, que se difunde a través de LAGACETA.com. Video.

CARACTERIZADA. Peñaranda Mejía comparte escena con Miguel Martín. la gaceta / foto de franco vera CARACTERIZADA. Peñaranda Mejía comparte escena con Miguel Martín. la gaceta / foto de franco vera
15 Mayo 2014
Estaba tan enamorada que armó las valijas y dejó el mar caribe de Colombia para llegar a Tucumán. En Cartagena de Indias había conocido a un tucumano y el flechazo fue tan grande y obstinado como los amores que nacían en los tiempos del cólera.

Con apenas 17 años, Isabel Peñaranda Mejía se subió a un avión que hizo escala en Bogotá, después siguió a Buenos Aires y terminó su itinerario en el aeropuerto Benjamín Matienzo. A pesar de la oposición de su familia, la joven estaba decidida a seguir los pasos de su novio tucumano. Nadie pudo frenar su recorrido de más de 6.000 kilómetros de distancia uniendo cuatro aeropuertos. Se instaló en la tierra de la caña de azúcar y de las plantaciones de citrus. Pero el tiempo pasó rápido en la vida de Isabel. El amor se apagó con el paso de los meses y surgieron otros demonios, que hicieron terminar la relación.

El fin del noviazgo no le hizo bajar los brazos. Era muy joven, pero en Tucumán conoció a una familia que le abrió las puertas de su hogar. Quería estudiar, se inscribió en la carrera de psicología en la Unsta y cursó con disciplina hasta recibir -hace una semana- el título de licenciada.

El asado con amigos
Durante estos seis años, Isabel Peñaranda saboreó las milanesas, se enamoró de las empanadas, quedó atrapada por el ritual de la amistad tucumana celebrada con asados. Pero nunca se olvidó de las arepas de huevo. Así agrandó su círculo de amigos.

Mientras cursaba en la universidad, una amiga la invitó a sumarse como colaboradora de una fundación de ayuda al niño con cáncer. Aceptó la propuesta y se integró al equipo de la Fundación Natalí Dafne Flexer.

Una vez a la semana iba al Hospital de Niños para compartir su tiempo con los pequeños pacientes. “Los lunes eran mis días de hospital. Estaba unas cuatro horas, les daba el desayuno, jugaba con los niños y sus acompañantes, que podían ser la madre o el padre”, detalló.

El trabajo en la fundación incluía la organización de eventos de recaudación, de bancos de sangre, de médula ósea, cenas para juntar fondos, con la participación de 500 o 600 personas. Esas actividades se realizan todo el año, pero en especial cada 15 de febrero, Día Internacional del Cáncer Infantil. “Siempre he tenido una cierta trayectoria con el tema de los voluntariados, la cuestión social me gusta mucho”, recordó.

En ese interín conoció a Miguel Martín, el famoso humorista tucumano, que también prestó su colaboración con la fundación. Una mañana, Miguel Martín se presentó ante ella con un celular en la mano listo para grabarla.

- Decime algo bien tucumano.

- ¿Algo como qué?

- Como pedir una milanesa con mucho picante.

- ¿Y tú para qué quieres eso?

- Quiero grabar un video.

Martín se fue sin decir ni media palabra. El actor y humorista tenía en la cabeza la idea de personificar a “Pablo Escobero” en la serie El Porrón del Mal. Buscaba alguien que tuviera la mezcla perfecta entre tucumano y colombiano. Después volvió a buscar a Isabel y le habló del proyecto.

“Me divertí mucho. El personaje de la madre de Escobero ha significado algo importante, porque muestra otro perfil de mi personalidad. Pero creo que ya estaba incorporado. Era como ponerme los zapatos, la peluca y que saliera a escena”, explicó.



Tiempos violentos
El día en que mataron al narco Pablo Escobar Gaviria, el 2 de diciembre de 1993, Isabel Peñaranda tenía tres años. Ella considera que no es la persona más indicada para hablar de aquellos tiempos violentos. Sin embargo, en su adolescencia tomó dimensión del tema por el impacto que dejó Escobar.

Después, en la universidad, preparó un informe sobre la violencia en Colombia y recopiló informes oficiales y documentales. “Me queda como un sinsabor. No le deja una buena imagen a Colombia y hubo mucha gente que se vio perjudicada por esa maldad”, dijo.

Todavía no se sabe qué pasará con su participación en la serie El Porrón del Mal. Después de la entrevista, Isabel Peñaranda comenzó el camino a la inversa. En el aeropuerto de Tucumán subió ayer a un avión con destino a Buenos Aires, después hará conexión con Bogotá para aterrizar en Cartagena, donde volverá a sentir el olor de la guayaba, la brisa del mar en el rostro y el sabor de la arepa en el desayuno.

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