Preocupan el clima y lo complicado de la campaña

Los productores tucumanos se encuentran muy preocupados. Entre ellos reina la incertidumbre ya que el año no viene pintando como la mayoría esperaba, y las condiciones climáticas actuales y las que se dieron en los últimos meses llevan a que los ánimos no sean del todo buenos.

No es una simple apreciación, ya que si analizamos rápidamente lo que viene sucediendo en las diferentes actividades agroproductivas tucumanas, las proyecciones no son halagüeñas para la mayoría de los productores.

Climáticamente hablando, después de más de dos años consecutivos con falta casi permanente de lluvias adecuadas y la presencia de fuertes heladas, muchos de los cultivos sintieron los efectos, por lo que los rendimientos logrados en esos ciclos fueron malos y pocos lograron recuperar lo invertido. Ahora se suma el clima que, durante abril y lo que va de mayo, registra muchas lluvias y bastantes días muy nublados. El sol apareció muy poco y la humedad actual complica a todas las actividades.

Si observamos lo que pasó en los últimos ciclos de la producción de granos, el sector viene de pasar dos campañas difíciles, con pérdidas que superaron más del 50%, y están en el comienzo de una nueva trilla que se vislumbra muy irregular. Es que el comportamiento climático estival que se dio durante el ciclo de cultivo de los granos, genera problemas por los actuales excesos de humedad, que no permiten trillar adecuadamente y que, además, daña los granos ya terminados.

Actividad azucarera

Con respecto a la producción azucarera que padece similares tropezones por aquellos problemas climáticos, más el “plus” que sumó debido al bajo precio que registró el azúcar en las zafras pasadas, su situación es que el tiempo incidió en el desarrollo normal del cultivo. Hoy hay cañas con un potencial de rendimiento disminuido por la falta de crecimiento, y la maduración es menor a la normal para la época, por la presencia de muchos días con lluvias y otros nublados. Los diferentes análisis prezafra que se dieron a conocer días pasados afirman este comportamiento de los cañaverales. Se suma a esta situación, que todavía la zafra no arranca a pesar de los anuncios que hicieron las fábricas de acuerdo con sus programas, y no se sabe qué es lo que sucederá con el suministro energético para los ingenios.

En la citricultura, el clima fue determinante para que se encuentre, hoy, una situación de falta de producción, que se estima caerá más del 50%, por los efectos de las sequías y de las heladas pasadas.

No cabe dudas que los fenómenos climáticos ocurridos, en general, forman parte de los riesgos productivos, y los hombres de campo lo saben y pueden “tolerar” esas situaciones que dependen pura y exclusivamente de la naturaleza.

Pero lo que genera más tensión son los aspectos relacionados con la pérdida total de competitividad de prácticamente todas las actividades, que se vienen dando en los últimos años.

Se destaca, en primer término, la alta incidencia del proceso inflacionario, que ha ido sistemáticamente distorsionando los precios internos y externos, al encontrarse la economía y las exportaciones pesificadas, a pesar de la devaluación de enero pasado. Otro aspecto que perjudica a todos los productores por igual, sea sojero, cañero o citricultor es el alto valor del costo laboral, que tiene sus fluctuaciones de acuerdo con la carga de mano de obra que tiene la actividad desarrollada, pero que permanentemente avanza con la inflación y, por ende, suma más peso sobre la falta de competitividad.

Finalmente, la presión fiscal no solo nacional sino la sumatoria de ésta con la creciente presión provincial, asfixia aún más a todos los productores.

Mayo es un mes en la cual las actividades productivas entran en movimiento, con una gran distribución de la riqueza debido al trabajo que proporciona a toda la provincia. Pero hoy la situación es diferente. Sólo se esperan rendimientos promedios de 20 a 23 quintales en soja. Se estima que la producción total de limones apenas pueda llegar a las 600.000 toneladas, lo que es menos de la mitad de lo que se produce normalmente.

Todavía no está claro cuál será la estimación final azucarera, que se obtendrá del estudio que lleva adelante la Eeaoc sobre la superficie total de caña plantada en la provincia y sus posibles rendimientos culturales. Pero, sin lugar a dudas, será menor a lo que se logró el año pasado, y si ocurren heladas hasta podría llegar a faltar azúcar.

Perspectivas

Realmente, la situación y las perspectivas que se avizoran en el corto plazo para la provincia no son buenas y habrá que esperar a ver cómo se desarrollan las diferentes actividades. Queda claro que los ingresos al productor, y por ende a la provincia, serán bastantes más bajos a los esperados. Por lo pronto, habrá que ser lo más eficiente posible en realizar todas las labores y actividades relacionadas con la cosecha, industrialización, empaque y comercialización de los productos que se logren obtener y, de esa manera, sentir con menor ímpetu los resultados agronómicos y fabriles de una campaña agrícola complicada.

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