El Súper fue Pezzella

En una chata definición, el “millonario” venció a San Lorenzo por el gol del defensor y festejó.

El Súper fue Pezzella
Germán Pezzella, noble potrillo, hizo que River lograra otro título, por una cabeza. Así, dejó a San Lorenzo sin cupón de Copa Sudamericana y se lo llevó a Núñez.

Pese a la conclusión, en el primer tiempo sopló fuerte el “ciclón” (campeón del Incial); le sopló la pelota a River (campeón del Final). Por momentos hasta lo arrinconó, siempre con más punch que otra cosa. Porque no le sobró más. Pero la pared para las chances serias fue Marcelo Barovero, “San Trapito”, estirando siempre la vida de un “millonario” hasta ahí sin ambición, pobre de peligro para hacerse valer en el área rival.

Párrafo aparte para el pésimo suelo puntano, que se encargó de destruir más de un intento serio por fabricar una opción que pedía arco. Y florecieron los errores.

El comienzo de complemento fue de cero riesgo. Sin chances de un lado, sin chances del otro; como para mantener bajo el termómetro que llegaba desde San Luis informando los 8°C. Sólo a los 20’ salió fuego de los botines de Ángel Correa, pero Barovero otra vez puso las manos para congelar el intento quemarropa del delantero.

El alargue se avecinaba como condena para los ojos futboleros, una verdadera injusticia para una cita con mote de Súper Final. Pero... Pezzella se vistió de redentor, puso la cabeza en un tiro libre modelo de Manuel Lanzini, y cuando su pelota tocó la red, salvó a todos de la debacle. En realidad salvó a River el pibe, que temprano había reemplazado al golpeado Jonatan Maidana. Su destino, el del 1-0, estaba escrito.

Después del gol nada más que defender la ventaja le importó al “millonario”. Una tras otras bombas de San Lorenzo desactivaron en equipo, resguardando bien a Barovero. El tiempo corrió en su favor y así el plan salió rendondito.

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