27 Mayo 2014
Sin él, es difícil que las personas puedan entenderse entre sí. Está íntimamente relacionado al respeto por las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. La tolerancia es una de las mejores aliadas del diálogo que es siempre la llave para acercar las posiciones opuestas. En su peregrinación por Tierra Santa el papa Francisco convocó a los presidentes de Palestina e Israel a elevar una intensa oración pidiendo por la paz. Al iniciar su segundo día de gira con una misa para más de 8.000 fieles en Belén donde nació Jesús, según los católicos, afirmó que “construir la paz es difícil, pero vivir sin ella es un tormento”, al iniciar .
En un gesto inesperado, el pontífice invitó a los líderes a reunirse en fecha próxima en El Vaticano para hablar de paz. “Suplico a todos, especialmente a los que están al servicio de los pueblos, que intenten todo para que israelíes y palestinos puedan convivir y retomar sin descanso el camino del diálogo y la reconciliación... El Estado de Israel tiene derecho a existir y gozar de paz y seguridad dentro de unas fronteras. Palestina tiene derecho a una patria soberana y a circular libremente”, dijo y pidió que la solución de los dos Estados se convierta en una realidad y no se quede en un sueño.
Consecuente con su pensamiento, Francisco les dijo a niños refugiados palestinos, que con carteles pedían el cese de la ocupación de Palestina, que no dejaran nunca que el pasado les determinara la vida. “Miren siempre adelante, trabajen y luchen por lograr lo que ustedes quieren... Sepan que la violencia no se vence con la violencia. La violencia se vence con la paz, con el trabajo y la dignidad de llevar la patria adelante”, les aconsejó a los chicos. El sábado, en Betania, el Pontífice fustigó el tráfico de armas e instó a la paz en Siria. “Que cese la violencia y se respete el derecho humanitario, garantizando la necesaria asistencia a la población que sufre. Que nadie se empeñe en que las armas solucionen los problemas y todos vuelvan a la senda de las negociaciones. La solución, de hecho, sólo puede venir del diálogo y de la moderación, de la compasión por quien sufre, de la búsqueda de una solución política y del sentido de la responsabilidad hacia los hermanos”, aseveró.
A lo largo de más de medio siglo, el conflicto en Medio Oriente ha transcurrido sin que nunca se haya podido sellar la paz. Las razones son diversas y aunque hubo varios intentos de llegar a un acuerdo definitivo, este no se concretó. Es, sin duda, una actitud positiva del ex cardenal Jorge Bergoglio de mediar en esta disputa que y ha dejado como saldo miles de víctimas.
El encuentro en El Vaticano tal vez constituya un punto de partida para dialogar en otro marco y llegar al objetivo de alcanzar la paz. En toda negociación, las partes tienen que estar dispuestas a ceder algo para arribar a buen puerto. Hasta ahora ello no ha sido posible porque alguna de ellas ha violado algún punto de lo acordado o porque la intransigencia no ha podido ser doblegada. Es necesario quizá un sinceramiento si verdaderamente hay un interés de conciliación. “La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla”, afirmaba el humanista español Juan Luis Vives. Si a ello le sumamos el diálogo sin condiciones es posible avanzar. “Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”, sostenía Isaac Newton. Las manos tendidas son una invitación al abrazo.
En un gesto inesperado, el pontífice invitó a los líderes a reunirse en fecha próxima en El Vaticano para hablar de paz. “Suplico a todos, especialmente a los que están al servicio de los pueblos, que intenten todo para que israelíes y palestinos puedan convivir y retomar sin descanso el camino del diálogo y la reconciliación... El Estado de Israel tiene derecho a existir y gozar de paz y seguridad dentro de unas fronteras. Palestina tiene derecho a una patria soberana y a circular libremente”, dijo y pidió que la solución de los dos Estados se convierta en una realidad y no se quede en un sueño.
Consecuente con su pensamiento, Francisco les dijo a niños refugiados palestinos, que con carteles pedían el cese de la ocupación de Palestina, que no dejaran nunca que el pasado les determinara la vida. “Miren siempre adelante, trabajen y luchen por lograr lo que ustedes quieren... Sepan que la violencia no se vence con la violencia. La violencia se vence con la paz, con el trabajo y la dignidad de llevar la patria adelante”, les aconsejó a los chicos. El sábado, en Betania, el Pontífice fustigó el tráfico de armas e instó a la paz en Siria. “Que cese la violencia y se respete el derecho humanitario, garantizando la necesaria asistencia a la población que sufre. Que nadie se empeñe en que las armas solucionen los problemas y todos vuelvan a la senda de las negociaciones. La solución, de hecho, sólo puede venir del diálogo y de la moderación, de la compasión por quien sufre, de la búsqueda de una solución política y del sentido de la responsabilidad hacia los hermanos”, aseveró.
A lo largo de más de medio siglo, el conflicto en Medio Oriente ha transcurrido sin que nunca se haya podido sellar la paz. Las razones son diversas y aunque hubo varios intentos de llegar a un acuerdo definitivo, este no se concretó. Es, sin duda, una actitud positiva del ex cardenal Jorge Bergoglio de mediar en esta disputa que y ha dejado como saldo miles de víctimas.
El encuentro en El Vaticano tal vez constituya un punto de partida para dialogar en otro marco y llegar al objetivo de alcanzar la paz. En toda negociación, las partes tienen que estar dispuestas a ceder algo para arribar a buen puerto. Hasta ahora ello no ha sido posible porque alguna de ellas ha violado algún punto de lo acordado o porque la intransigencia no ha podido ser doblegada. Es necesario quizá un sinceramiento si verdaderamente hay un interés de conciliación. “La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla”, afirmaba el humanista español Juan Luis Vives. Si a ello le sumamos el diálogo sin condiciones es posible avanzar. “Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”, sostenía Isaac Newton. Las manos tendidas son una invitación al abrazo.
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