Replantear los límites

Por Martín Sirombra- Doctor en bosques ribereños.

12 Junio 2014
Al este de Bolivia, en el límite con Brasil, en El Pantanal, desembocan varios ríos que forman el Iguazú. Precipitaciones inusuales desbordaron el enorme pantano y los ríos crecieron a niveles nunca registrados. Es un fenómeno natural que va asociado a las crecidas naturales de los ríos. El problema es que el hombre interviene las márgenes con asentamientos, campos de cultivo y desmontes. Parece que estas fueran tragedias naturales, pero son producto del mal manejo de la cuenca y del constante avance sobre los sistemas naturales. La geografía de Cataratas contiene al Iguazú del desborde; el problema es río abajo, cuando alimenta al Paraná y pasa por Itaipú. Se ven obligados a abrir las compuertas cuando la excusa original de las represas era controlar las crecidas. Ahora hay que lamentar no solo el no ingreso de turistas a Cataratas sino el riesgo de pérdidas de vidas humanas, de cultivos y de animales. Es hora de decidir hasta dónde avanzamos, sobre todo los organismos que autorizan las acciones. Otro tema es el color rojizo del agua, que refleja indirectamente todos los desmontes asociados a la cuenca. En Google Maps se puede ver que en el Parque Nacional Iguazú, del lado de Brasil y de Paraguay, no se ve masa forestal. Si no se hubiera desmontado tanto el agua no tendría ese color de suelo lavado. Es momento ideal para replantear cuáles son los límites del hombre, y ver hasta dónde podemos llegar. Casualmente, en Misiones hoy se conmemora el Día de las Áreas Protegidas, y el Parque Nacional Iguazú fue la primera área protegida en Argentina.

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