“Los corruptos deberán rendirle cuentas a Dios”

Tras dos días de indisposiciones, Francisco retomó el contacto con los fieles. Atacó la trata de personas y la esclavitud

JORNADA INTENSA. A pesar del intenso calor, Francisco recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil. reuters JORNADA INTENSA. A pesar del intenso calor, Francisco recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil. reuters
12 Junio 2014
El papa Francisco clamó ayer contra los que se dejan corromper, contra quienes viven de la trata de personas, de la esclavitud y de la fabricación de armas, temas que lo preocupan desde sus tiempos como cardenal de Buenos Aires. Les dijo que tendrán que hacer cuentas con Dios. Lo hizo ante miles de fieles durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro,

El Papa reapareció en buen estado de salud luego de la ligera indisposición que lo obligó a anular algunas audiencias durante los últimos dos días. Ayer volvió a subir a su papamóvil, como es tradicional, para saludar a los creyentes. De todos modos, a causa del intenso calor romano, la cantidad de personas que se reunió en el Vaticano fue menor a la que habitualmente acude a escucharlo.

Jorge Bergoglio dedicó su catequesis a la expresión “temor de Dios”, de la que dijo que no significa tener miedo sino que es una alarma ante la persistencia del pecado, reprodujo la agencia Télam.

También se refirió a aquellos que tienen responsabilidades y se dejan corromper, a los individuos que viven de la trata de personas y del trabajo esclavo, y a los que fabrican armas, y que son mercantes de muerte.

“Un día, todo terminará y en el más allá tendrán que hacer cuentas con Dios por todo el mal cometido. Además, no se podrán llevar a la otra parte el fruto de su corrupción: dinero, poder y orgullo”, agregó.

Sin felicidad
El pontífice argentino aseguró que estas personas no son felices, que tienen el corazón roto y que así es difícil que se acerquen a Dios, porque no tienen a Dios en el corazón.

“¿Quiénes de los que estamos aquí es fabricante de armas? ¡Ninguno! porque los mercaderes de muerte no están aquí, porque no vienen a oír la palabra de Dios”, exclamó ante las decenas de miles de fieles que llenaban la Plaza de San Pedro.

Al final de la audiencia y después de los saludos a los fieles, el Papa hizo un llamamiento contra la explotación infantil al recordar que mañana, 12 de junio, se celebra el Día Mundial contra el trabajo infantil.

“Decenas de millones de niños, escuchen bien, decenas de millones de niños, están obligados a trabajar en condiciones degradantes, expuestos a formas de esclavitud y explotación, así como a los abusos, a los malos tratos y a la discriminación”, exclamó.

Niños sanos
Francisco también realizó un llamamiento para que la comunidad internacional amplíe la protección social de los menores para erradicar este flagelo de los niños. “Renovemos todos nuestro empeño, en particular las familias, para garantizar a cada niño y niña la salvaguardia de su dignidad y la posibilidad de un crecimiento sano. Una infancia serena permite a los niños mirar con confianza a la vida y el futuro”, concluyó.

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