16 Junio 2014
KIEV.- Ucrania no descarta cortar las relaciones con Rusia en la lucha contra los separatistas leales a Moscú: si Rusia sigue contribuyendo a agravar la situación en el este del país, Ucrania tendrá que recurrir a esa “medida extrema”, afirmó ayer en Kiev el ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Deshitsa.
Rusia no está impidiendo que lleguen refuerzos a través de la frontera común, agregó el ministro. Es por ello que el Consejo de Seguridad en Kiev analizará hoy un posible cierre de la frontera. Moscú, por su parte, sigue negando con vehemencia tener influencia en los insurgentes.
Tras el derribo de un avión de transporte militar -el sábado-, en el que perdieron la vida 49 personas, el país recordó ayer, en jornada de duelo, a las víctimas. Las banderas ondearon a media asta y en la televisión se suspendieron programas de entretenimiento. En las celebraciones religiosas los fieles oraron por los fallecidos.
El ataque causó conmoción en todo el mundo. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, amenazó a los grupos milicianos con “represalias” por este “acto terrorista”.
En tanto, el periódico “Segodnia”, criticó la forma en que el presidente maneja este conflicto: “el anuncio por parte de Proshenko de una tregua ha sido papel mojado hasta ahora”, publicó.
En tanto, los insurgentes rechazaron las acusaciones de Occidente de haber recibido tanques rusos. El portavoz de los separatistas, Andrei Purgin, señaló que los blindados proceden de depósitos ucranianos que ellos han tomado. El Ejército ruso, agregó, ha “descatalogado hace tiempo” el modelo T-64.
Desde que el Gobierno interino decidió lanzar una ofensiva militar para terminar con los levantamientos separatistas que tomaron el control de los gobiernos de las provincias de Donetsk y Lugansk hace dos meses, los soldados muertos ya rondan el centenar y se estima que las víctimas civiles superan las 200.
En tanto, en las provincias de Donetsk y Lugansk los combates y las muertes continuaron, indiferentes al luto y a los reclamos del Consejo Social del Maidan. (DPA)
Rusia no está impidiendo que lleguen refuerzos a través de la frontera común, agregó el ministro. Es por ello que el Consejo de Seguridad en Kiev analizará hoy un posible cierre de la frontera. Moscú, por su parte, sigue negando con vehemencia tener influencia en los insurgentes.
Tras el derribo de un avión de transporte militar -el sábado-, en el que perdieron la vida 49 personas, el país recordó ayer, en jornada de duelo, a las víctimas. Las banderas ondearon a media asta y en la televisión se suspendieron programas de entretenimiento. En las celebraciones religiosas los fieles oraron por los fallecidos.
El ataque causó conmoción en todo el mundo. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, amenazó a los grupos milicianos con “represalias” por este “acto terrorista”.
En tanto, el periódico “Segodnia”, criticó la forma en que el presidente maneja este conflicto: “el anuncio por parte de Proshenko de una tregua ha sido papel mojado hasta ahora”, publicó.
En tanto, los insurgentes rechazaron las acusaciones de Occidente de haber recibido tanques rusos. El portavoz de los separatistas, Andrei Purgin, señaló que los blindados proceden de depósitos ucranianos que ellos han tomado. El Ejército ruso, agregó, ha “descatalogado hace tiempo” el modelo T-64.
Desde que el Gobierno interino decidió lanzar una ofensiva militar para terminar con los levantamientos separatistas que tomaron el control de los gobiernos de las provincias de Donetsk y Lugansk hace dos meses, los soldados muertos ya rondan el centenar y se estima que las víctimas civiles superan las 200.
En tanto, en las provincias de Donetsk y Lugansk los combates y las muertes continuaron, indiferentes al luto y a los reclamos del Consejo Social del Maidan. (DPA)
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