Por Carlos Frías
16 Junio 2014
GRAN CONVOCATORIA. Los hinchas de la Selección llenaron una parte de la Plaza Independencia para disfrutar del 2-1; en Tucumán la Televisión Pública organizó uno de los “Puntos de Aliento” del Mundial.
En la cancha lo importante era ganar y en la plaza lo que importaba era festejar sin problemas. En el fútbol las rivalidades existen. Pero anoche se dejaron de lado para ver el debut de la Selección en el Mundial.
Es un clásico. Hinchas de Atlético y San Martín se cruzaron en la plaza Independencia. Se mostraron sus tatuajes y se señalaron los escudos, pero esta vez no hubo enfrentamientos que corten la fiesta. “La Selección nos une. Todo bien. Ya nos veremos cuando juguemos”, explicó Leandro Palavecino, uno de los fanáticos del “santo” que participó del Punto de Aliento organizado por la Televisión Pública en Tucumán.
La pantalla gigante cubría casi todo el ancho de “La 25” primera cuadra y hasta los que se quedaron en la esquina de “La 24” pudieron ver el partido. El himno se coreó de arranque y el tempranero gol en contra que favoreció con el 1-0 a la Argentina se escuchó fuerte. Después llegó la tensión y la molestia. Y las críticas se cargaron sobre la espalda de Lionel Messi. “No hace lo mismo que en Barcelona”. Ese reclamo, seguido de un virulento rosario de ofensivos regionalismos, fue lo que más se escuchó entre los hinchas.
Ese clima se vivió hasta que, en el segundo tiempo, el 10 se sacó la mufa. El latigazo que estrelló la pelota contra el palo y selló el 2-0 calmó las aguas. La gente volvió a alentar y de a poco comenzó a confiar. “El partido fue un poquito sufrido. Pensé que iba a ser más fácil. Messi es una motivación especial, más allá de que a muchos no les guste que Tevez haya quedado afuera”, afirmó Manuel Eduardo Rojas tras volver de rasparse luego de haber intentado agarrar una de las pelotas que se repartieron al final del partido.
Claudia Ruiz, su esposa, contó que fueron a ver el partido para festejar junto con sus cinco hijos (dos de ellos pequeños) el Día del Padre. “Él quería que estuviéramos todos juntos. Y la pasamos bien. Estuvo tranquilo y los chicos disfrutaron de las actividades que se organizaron. Fue emocionante y tenemos pensado volver”, remarcó.
Hubo hinchas de varios barrios. Villa Muñecas, Los Pocitos, Villa Luján, Barrio ATEP, Barrio Kennedy, Barrio ATE y Floresta, entre muchos otros dijeron presente en el primer partido de la Selección. “Fue espectacular. La pasé de diez y la pasión por Argentina le ganó al frío”, dijo Andrea Pedroni. Y Jonathan Herrera Gunter, uno de los amigos que estuvo con ella sentenció: “el fútbol mueve multitudes y acá había una multitud”.
Entre los fanáticos también hubo sangre colombiana. Jennifer Rodríguez vive hace tres años en Tucumán y estudia abogacía en la UNT. “Ayer (por el sábado) estuve con mi camiseta alentado a mi equipo, pero hoy me puse la de Argentina porque la siento como a mi tierra”, contó.
En esta fiesta también hubo bombos y platillos. Pero si uno se acercaba al sonido de la batucada encontraba que al mando de los redoblantes había dos niños de ocho años: Agustín y Tomás. Ellos estaban con su papá, Luis Herrera, que admitió: “a la Selección la fuimos a ver hasta en Buenos Aires y vamos a seguir viniendo”.
Es un clásico. Hinchas de Atlético y San Martín se cruzaron en la plaza Independencia. Se mostraron sus tatuajes y se señalaron los escudos, pero esta vez no hubo enfrentamientos que corten la fiesta. “La Selección nos une. Todo bien. Ya nos veremos cuando juguemos”, explicó Leandro Palavecino, uno de los fanáticos del “santo” que participó del Punto de Aliento organizado por la Televisión Pública en Tucumán.
La pantalla gigante cubría casi todo el ancho de “La 25” primera cuadra y hasta los que se quedaron en la esquina de “La 24” pudieron ver el partido. El himno se coreó de arranque y el tempranero gol en contra que favoreció con el 1-0 a la Argentina se escuchó fuerte. Después llegó la tensión y la molestia. Y las críticas se cargaron sobre la espalda de Lionel Messi. “No hace lo mismo que en Barcelona”. Ese reclamo, seguido de un virulento rosario de ofensivos regionalismos, fue lo que más se escuchó entre los hinchas.
Ese clima se vivió hasta que, en el segundo tiempo, el 10 se sacó la mufa. El latigazo que estrelló la pelota contra el palo y selló el 2-0 calmó las aguas. La gente volvió a alentar y de a poco comenzó a confiar. “El partido fue un poquito sufrido. Pensé que iba a ser más fácil. Messi es una motivación especial, más allá de que a muchos no les guste que Tevez haya quedado afuera”, afirmó Manuel Eduardo Rojas tras volver de rasparse luego de haber intentado agarrar una de las pelotas que se repartieron al final del partido.
Claudia Ruiz, su esposa, contó que fueron a ver el partido para festejar junto con sus cinco hijos (dos de ellos pequeños) el Día del Padre. “Él quería que estuviéramos todos juntos. Y la pasamos bien. Estuvo tranquilo y los chicos disfrutaron de las actividades que se organizaron. Fue emocionante y tenemos pensado volver”, remarcó.
Hubo hinchas de varios barrios. Villa Muñecas, Los Pocitos, Villa Luján, Barrio ATEP, Barrio Kennedy, Barrio ATE y Floresta, entre muchos otros dijeron presente en el primer partido de la Selección. “Fue espectacular. La pasé de diez y la pasión por Argentina le ganó al frío”, dijo Andrea Pedroni. Y Jonathan Herrera Gunter, uno de los amigos que estuvo con ella sentenció: “el fútbol mueve multitudes y acá había una multitud”.
Entre los fanáticos también hubo sangre colombiana. Jennifer Rodríguez vive hace tres años en Tucumán y estudia abogacía en la UNT. “Ayer (por el sábado) estuve con mi camiseta alentado a mi equipo, pero hoy me puse la de Argentina porque la siento como a mi tierra”, contó.
En esta fiesta también hubo bombos y platillos. Pero si uno se acercaba al sonido de la batucada encontraba que al mando de los redoblantes había dos niños de ocho años: Agustín y Tomás. Ellos estaban con su papá, Luis Herrera, que admitió: “a la Selección la fuimos a ver hasta en Buenos Aires y vamos a seguir viniendo”.