Cristina, la infanta ignorada de todos los acontecimientos

18 Junio 2014

Por Sara Barderas - columnista de DPA.

La última vez que España supo algo de la infanta Cristina, hija de Juan Carlos I y hermana de Felipe VI, fue dos días después de que su padre anunciara su decisión de abdicar. “El rey está muy contento y muy satisfecho”, dijo en Ginebra cuando un equipo de reporteros la abordó a la salida de la casa en la que vive en la ciudad suiza desde que hace casi un año dejó España ante la presión mediática. No le habían preguntado cómo se encontraba su padre. Lo que intentaban saber era si ella creía que su imputación en el caso de corrupción que protagoniza su marido, Iñaki Urdangarin, había influido en la decisión que el rey Juan Carlos comunicó por sorpresa a los españoles el 2 de junio. Desde entonces, nada más se ha vuelto a saber de ella mientras se acerca la fecha en la que su hermano Felipe será proclamado rey de España.

Cristina, que acaba de cumplir 49 años, ha desaparecido en paralelo a su exclusión en los acontecimientos históricos que vive su país. La casa real la ha dejado fuera del acto de abdicación formal que protagonizará Juan Carlos hoy en el Palacio Real. Estarán todos menos ella: la reina Sofía, los aún príncipes Felipe y Letizia, su hermana Elena, las dos hijas de los futuros reyes y las dos hermanas de su padre.

Tampoco estará mañana en la proclamación de su hermano en el Congreso -donde volverán a estar todos menos Juan Carlos, que cede todo el protagonismo a su hijo- ni en la posterior recepción en el Palacio Real, al que sí acudirá su padre. Según la legislación española, no todo familiar del rey es miembro de la familia real. Esta la componen su esposa, sus descendientes y sus ascendientes directos. Por lo que Elena y Cristina la abandonan oficialmente en cuanto Felipe sea rey. Pero a Cristina se la expulsó de facto ya hace tiempo: el último acto oficial en el que tomó parte como infanta fue en el desfile militar de la fiesta nacional el 12 de octubre de 2011, junto a su marido.

Después, ambos quedaron apartados, poco antes de que se produjera la imputación judicial de Urdangarin en el “caso Nóos”, el caso de corrupción que protagoniza y que ha acabado arrastrando a su mujer, también imputada. Cuando fueron apartados, la casa real ya había calificado de “no ejemplar” el comportamiento del yerno de Juan Carlos. La infanta dejó de cobrar asignación monetaria del dinero que el rey recibe anualmente (y administra) de los presupuestos generales del Estado. Este febrero, cuando declaró ante el juez de Palma de Mallorca que investiga el “caso Nóos”, la hermana del nuevo rey se convirtió en el primer miembro de la familia real en ser interrogado por la Justicia.

Para entonces, Felipe y Letizia hacía ya tiempo que habían retirado la palabra a Cristina y Urdangarin. Hace años, las dos parejas mantenían una estrecha relación. Su hermana y su cuñado habían sido incluso cómplices en el noviazgo entre Felipe y la ex periodista cuando nadie lo conocía. Pero, el abogado de Cristina negó que el caso haya precipitado la abdicación. “No tiene relación de causa efecto”, dijo Miquel Roca, quien sí está entre los invitados al acto de abdicación de Juan Carlos, como uno de los padres de la Constitución de 1978.

Publicidad
Comentarios