19 Junio 2014
INSEPARABLES. Hipo y Chimuelo se enfrentan a un despótico personaje que quiere dominar a los dragones.
Los chicos y muchos adultos la estaban esperando con ansiedad. Hace menos de una semana fue estrenada en Estados Unidos y desde hoy ocupará las salas de la Argentina, con la promesa de diversión para todos y algunos guiños para los más grandes, que se disfrazan de acompañantes para no confesar su devoción por las películas animadas.
“Cómo entrenar a tu dragón 2” promete ser mucho más que la mera continuidad de la primera película de la historia creada por Cressida Cowell y que el tránsito obligado hacia la tercera entrega de la saga, prometida para 2016.
Por el contrario, la apuesta es que sea una historia clave para entender lo que pasó y lo que va a venir, dentro del gran eje moral de la tolerancia de las diferencias, del respeto al otro, de la defensa ecologista de la fauna y de la construcción de los núcleos familiares.
Los cuatro años que pasaron desde la primera entrega se respetan cronológicamente en este nuevo filme, que cuentan lo que pasa en la isla de Berk años después desde los sucesos que llevaron a Hipo a romper la tradición vikinga de cazar a los dragones. Convertidos ahora en las mascotas preferidas por los jóvenes, encabezados por la bella Astrid, el deporte favorito es las carreras sobre estos lanzallamas voladores. Una de ellas lleva a los protagonistas a territorios inexplorados.
En ellos, Hipo se encuentra con una gruta helada, con las paredes recubiertas de hielo, donde se cobijan dragones amparados por un misterioso guardián (el Jinete del Dragón se transformará en un elemento clave de esta historia y de las futuras), refugiados de fuerzas malignas que quieren dominarlos. En su protección está el núcleo del filme, en el que se suceden, previsiblemente, la valentía como forma de reafirmar la identidad adolescente; la importancia de la amistad y del trabajo en grupo; el fortalecimiento de los vínculos afectivos; la búsqueda de la paz y la lucha contra el poder despótico, dentro de un gran espectro visual de personajes y espacios creados por computación y de un guión con mucho humor, escrito por el también director de esta entrega, Dean Deblois, que ya acreditaba haber creado el primer y exitoso capítulo de la saga.
Después de todo, ¿a quién no le gustaría tener un dragón amaestrado en el patio?
“Cómo entrenar a tu dragón 2” promete ser mucho más que la mera continuidad de la primera película de la historia creada por Cressida Cowell y que el tránsito obligado hacia la tercera entrega de la saga, prometida para 2016.
Por el contrario, la apuesta es que sea una historia clave para entender lo que pasó y lo que va a venir, dentro del gran eje moral de la tolerancia de las diferencias, del respeto al otro, de la defensa ecologista de la fauna y de la construcción de los núcleos familiares.
Los cuatro años que pasaron desde la primera entrega se respetan cronológicamente en este nuevo filme, que cuentan lo que pasa en la isla de Berk años después desde los sucesos que llevaron a Hipo a romper la tradición vikinga de cazar a los dragones. Convertidos ahora en las mascotas preferidas por los jóvenes, encabezados por la bella Astrid, el deporte favorito es las carreras sobre estos lanzallamas voladores. Una de ellas lleva a los protagonistas a territorios inexplorados.
En ellos, Hipo se encuentra con una gruta helada, con las paredes recubiertas de hielo, donde se cobijan dragones amparados por un misterioso guardián (el Jinete del Dragón se transformará en un elemento clave de esta historia y de las futuras), refugiados de fuerzas malignas que quieren dominarlos. En su protección está el núcleo del filme, en el que se suceden, previsiblemente, la valentía como forma de reafirmar la identidad adolescente; la importancia de la amistad y del trabajo en grupo; el fortalecimiento de los vínculos afectivos; la búsqueda de la paz y la lucha contra el poder despótico, dentro de un gran espectro visual de personajes y espacios creados por computación y de un guión con mucho humor, escrito por el también director de esta entrega, Dean Deblois, que ya acreditaba haber creado el primer y exitoso capítulo de la saga.
Después de todo, ¿a quién no le gustaría tener un dragón amaestrado en el patio?