20 Junio 2014
PREPARÁNDOSE. Gonzalo Higuaín, cuando sea titular en el duelo de mañana contra Irán, podrá mostrar toda su potencia. reuters
BELO HORIZONTE.- Los Cuatro Fantásticos, esencia goleadora de la Selección, saltarán al campo mañana contra Irán con la misión de revertir la pálida imagen del debut. Lionel Messi, Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero y Ángel Di María ya dieron muestras de su potencial el domingo, cuando Alejandro Sabella dejó de lado el esquema de 5-3-2.
Con el ingreso de Higuaín junto a Fernando Gago y su esquema favorito, “Lio” pudo sentirse más a gusto y así puso fin a casi ocho años de sequía de goles en un Mundial. Tras una floja temporada en Barcelona, Messi sólo quiere levantar la Copa del Mundo. Higuaín viene de ganar la Copa Italia con el Nápoli; Agüero, la Liga inglesa con el Manchester City y Di María fue la figura de Real Madrid en la conquista de la Liga de Campeones. Juntos suman 91 goles desde su debut con la camiseta argentina.
Los delanteros saben que para brillar deberán marcar para no dejar tan desprotegido al equipo. “El ataque empieza con el arquero. Y la defensa empieza con el primer delantero”, señaló Sabella. Javier Mascherano afirma que “el hecho de tener jugadores muy ofensivos te quita un poco de equilibrio”. Pablo Zabaleta fue claro: “Sabemos que jugando de esta manera, con el 4-3-3, en diferentes momentos del partido podemos quedar un poco quebrados, largos, y obviamente el otro equipo te puede generar peligro”.
Pese al cambio, no se descarta que cuando enfrente a las potencias, el entrenador deje de lado el 4-3-3 más ofensivo que nació el 15 de noviembre de 2011 en Barranquilla, cuando Argentina le dio vuelta el partido a Colombia por las eliminatorias sudamericanas.
El técnico reunió por primera vez a Messi, Higuaín, Agüero y Di María en el campo de juego el 2 de junio de 2012 contra Ecuador, que terminó con una goleada argentina por 4-0. Sin embargo, los Cuatro Fantásticos sólo salieron juntos como titulares en cinco partidos a lo largo de este ciclo. Las lesiones de unos u otros, o los cambios tácticos, impidieron más coincidencias.
Sabella cuenta ahora con todos. Los duelos contra Irán y Nigeria no deberían representar mayores dificultades, pero pueden ser una oportunidad clave para pulir detalles y convencer al director técnico de seguir apostando a sus armas de ataque también en las instancias decisivas.
Con el ingreso de Higuaín junto a Fernando Gago y su esquema favorito, “Lio” pudo sentirse más a gusto y así puso fin a casi ocho años de sequía de goles en un Mundial. Tras una floja temporada en Barcelona, Messi sólo quiere levantar la Copa del Mundo. Higuaín viene de ganar la Copa Italia con el Nápoli; Agüero, la Liga inglesa con el Manchester City y Di María fue la figura de Real Madrid en la conquista de la Liga de Campeones. Juntos suman 91 goles desde su debut con la camiseta argentina.
Los delanteros saben que para brillar deberán marcar para no dejar tan desprotegido al equipo. “El ataque empieza con el arquero. Y la defensa empieza con el primer delantero”, señaló Sabella. Javier Mascherano afirma que “el hecho de tener jugadores muy ofensivos te quita un poco de equilibrio”. Pablo Zabaleta fue claro: “Sabemos que jugando de esta manera, con el 4-3-3, en diferentes momentos del partido podemos quedar un poco quebrados, largos, y obviamente el otro equipo te puede generar peligro”.
Pese al cambio, no se descarta que cuando enfrente a las potencias, el entrenador deje de lado el 4-3-3 más ofensivo que nació el 15 de noviembre de 2011 en Barranquilla, cuando Argentina le dio vuelta el partido a Colombia por las eliminatorias sudamericanas.
El técnico reunió por primera vez a Messi, Higuaín, Agüero y Di María en el campo de juego el 2 de junio de 2012 contra Ecuador, que terminó con una goleada argentina por 4-0. Sin embargo, los Cuatro Fantásticos sólo salieron juntos como titulares en cinco partidos a lo largo de este ciclo. Las lesiones de unos u otros, o los cambios tácticos, impidieron más coincidencias.
Sabella cuenta ahora con todos. Los duelos contra Irán y Nigeria no deberían representar mayores dificultades, pero pueden ser una oportunidad clave para pulir detalles y convencer al director técnico de seguir apostando a sus armas de ataque también en las instancias decisivas.
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