Por Bruno Farano
23 Junio 2014
FESTEJO. Los jugadores argelinos festejan tras el triunfo; los coreanos sufren. reuters
¿Quién dijo que los equipos africanos llegaban debilitados a Brasil 2014? ¿Alguien habló que esas selecciones estaban pasadas de moda y que iban a ser meros invitados al banquete? Bueno; si usted integra ese grupo, mejor que comience a guardarse sus palabras. Salvo Camerún, que ya sacó sus pasajes para volverse a casa, el resto está en carrera por meterse en octavos.
Ayer, Argelia demostró que el fútbol africano está más vigente que nunca. ¡Y vaya la manera con la que lo hizo! Con pasajes de fútbol de alto vuelo, mezclados con esa dosis de supremacía física que siempre caracteriza a los africanos, los argelinos demostraron que están en condiciones de pelear más allá de la fase de grupos. Ah, los dirigidos por Vahid Hallihodzic le agregaron una cuota de contundencia bárbara.
Fue 4-2 sobre Corea del Sur, aunque la diferencia pudo haber sido mayor para los argelinos si no hubiera sido porque falló en la puntada final, o porque también tuvo esa cuota de inocencia defensiva que ningún africano puede aún dejar de lado.
En el primer tiempo, Argelia definió todo. En base a buen fútbol, los africanos se llevaron por delante a Corea y lo sacudieron a goles. El descanso encontró el duelo en una tendencia que parecía irreversible. Argelia ganaba 3-0 y en el complemento iba a darles el golpe de gracia a los surcoreanos quienes intentaron volver al partido, pero fue en vano.
África ríe. Sus hijos dilectos disfrutan su buen momento. Mucho más Argelia, que mostró sus credenciales, esas con la que quiere llegar a octavos y seguir haciendo historia.
Ayer, Argelia demostró que el fútbol africano está más vigente que nunca. ¡Y vaya la manera con la que lo hizo! Con pasajes de fútbol de alto vuelo, mezclados con esa dosis de supremacía física que siempre caracteriza a los africanos, los argelinos demostraron que están en condiciones de pelear más allá de la fase de grupos. Ah, los dirigidos por Vahid Hallihodzic le agregaron una cuota de contundencia bárbara.
Fue 4-2 sobre Corea del Sur, aunque la diferencia pudo haber sido mayor para los argelinos si no hubiera sido porque falló en la puntada final, o porque también tuvo esa cuota de inocencia defensiva que ningún africano puede aún dejar de lado.
En el primer tiempo, Argelia definió todo. En base a buen fútbol, los africanos se llevaron por delante a Corea y lo sacudieron a goles. El descanso encontró el duelo en una tendencia que parecía irreversible. Argelia ganaba 3-0 y en el complemento iba a darles el golpe de gracia a los surcoreanos quienes intentaron volver al partido, pero fue en vano.
África ríe. Sus hijos dilectos disfrutan su buen momento. Mucho más Argelia, que mostró sus credenciales, esas con la que quiere llegar a octavos y seguir haciendo historia.
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