26 Junio 2014
ENAMORADOS. La relación entre los adolescentes Augustus y Hazel no está marcada por la enfermedad.
“Sé que el amor es sólo un grito en el vacío, y que el olvido es inevitable”, le dice Augustus Waters (a cargo de Ansel Elgort) a Hazel Lancaster (Shailene Woodley). Esa frase puede resumir la historia alrededor de “Bajo la misma estrella”, la nueva gran apuesta de romanticismo joven del cine norteamericano, que remite a historias ya vistas años atrás, alejada esta vez de la saga de vampiros, hombres lobo y otras rarezas que dominaron el género en los últimos años.
Mencionada en los círculos de la crítica cinematográfica como una suerte de remake no reconocida oficialmente de “Love story”, el filme que se estrenó a principios de mes en EEUU y que es un rotundo éxito de taquilla, narra la compleja relación entre dos adolescentes. En este caso, no se trata de problemas intra o entre las familias, ni de conflictos económicos o disputas varias. Es todo más simple y directo: ambos están muriendo, afectados por cáncer.
La forma en encarar la enfermedad y en centrarse en la parte sana del cuerpo (entender que, en definitiva, padecer un mal no implica estar controlado por él); jugar con el humor y con el amor, y desafiar el final, inevitablemente trágico, constituye el triángulo de atracción de la propuesta que dirigió Josh Boone.
El libro homónimo en que se basa el filme fue escrito por John Green, quien reconoció haber llorado copiosamente cuando lo vió. El texto vendió más de 10 millones de copias en inglés, fue traducido a 46 idiomas y permaneció 78 semanas en la lista de best sellers del New York Times, siete de ellas encabezándola, y algunas menos en las nóminas de Amazon.com, de Barnes & Noble y del Wall Street Journal.
Con estos pergaminos, la película se presenta de éxito asegurado en la gama del público adolescente y de los adultos jóvenes. Esta proyección se consolida con los resultados del lanzamiento por Internet de las imágenes de trailer del filme, en enero de este año: en menos de 24 horas, se descargaron en más de tres millones de computadoras (hoy supera las 21 millones de vistas), lo cual habla a las claras del impacto en la franja etaria de más uso de la red como divertimento.
La propuesta es vender un producto completo, como lo confirmó el video clip presentado antes del inicio del show de los premios MTV en abril y, ese mismo mes, el lanzamiento de la banda sonora que les recordará, a todos y por el resto de la vida, el sufrimiento de dos personas que se aman, que deberían tener todo el tiempo del mundo por delante y que, por el contrario, viven contra reloj, con la ironía de aliada.
Mencionada en los círculos de la crítica cinematográfica como una suerte de remake no reconocida oficialmente de “Love story”, el filme que se estrenó a principios de mes en EEUU y que es un rotundo éxito de taquilla, narra la compleja relación entre dos adolescentes. En este caso, no se trata de problemas intra o entre las familias, ni de conflictos económicos o disputas varias. Es todo más simple y directo: ambos están muriendo, afectados por cáncer.
La forma en encarar la enfermedad y en centrarse en la parte sana del cuerpo (entender que, en definitiva, padecer un mal no implica estar controlado por él); jugar con el humor y con el amor, y desafiar el final, inevitablemente trágico, constituye el triángulo de atracción de la propuesta que dirigió Josh Boone.
El libro homónimo en que se basa el filme fue escrito por John Green, quien reconoció haber llorado copiosamente cuando lo vió. El texto vendió más de 10 millones de copias en inglés, fue traducido a 46 idiomas y permaneció 78 semanas en la lista de best sellers del New York Times, siete de ellas encabezándola, y algunas menos en las nóminas de Amazon.com, de Barnes & Noble y del Wall Street Journal.
Con estos pergaminos, la película se presenta de éxito asegurado en la gama del público adolescente y de los adultos jóvenes. Esta proyección se consolida con los resultados del lanzamiento por Internet de las imágenes de trailer del filme, en enero de este año: en menos de 24 horas, se descargaron en más de tres millones de computadoras (hoy supera las 21 millones de vistas), lo cual habla a las claras del impacto en la franja etaria de más uso de la red como divertimento.
La propuesta es vender un producto completo, como lo confirmó el video clip presentado antes del inicio del show de los premios MTV en abril y, ese mismo mes, el lanzamiento de la banda sonora que les recordará, a todos y por el resto de la vida, el sufrimiento de dos personas que se aman, que deberían tener todo el tiempo del mundo por delante y que, por el contrario, viven contra reloj, con la ironía de aliada.