14 Julio 2014
DESDE LA FIRMA. En la sala central, no hay prácticamente pared que no esté ocupada con un cuadro. la gaceta / foto de diego aráoz
De repente, la ciudad parece haberse transformado en este mes en la capital del arte impreso: el centenar de litografías y linografías de Pablo Picasso, que ocupan el espacio central del Museo Timoteo Navarro; la exposición “Gráfica Residual”, de Roberto Koch, en Borde Galería, y la realización del 2° Simposio Internacional de Arte Impreso, a cargo de un instituto de la Facultad de Artes, son algunas de las actividades más interesantes.
Y cuando se inicie este último encuentro, en la cuarta semana de julio, proliferarán los talleres, clínicas, conferencias, muestras y debates. Decenas de especialistas y artistas pondrán a tono los debates y polémicas sobre el arte impreso.
“Sí, es posible que se esté haciendo mucho grabado en estos momentos. Me parece que puede ser hasta por una cuestión de presupuesto, porque es más accesible, si hasta una remera es arte impreso”, le explicó a LA GACETA Mónica Vallejo, titular del instituto que organiza el simposio internacional, junto a Marisa Rossini ante una consulta. “La fotografía misma puede pensarse como arte impreso si lo ves desde el punto de vista de la matriz”, agregó. Vallejo describió que la situación tiene que ver con el acceso de la gente a la tecnología. “Es más fácil acceder al arte impreso que a otras disciplinas artísticas”, sostuvo.
Precisamente, las relaciones entre el arte, la ciencia y la tecnología estarán en evidencia en la muestra “Metáforas de la supervivencia”, que se inaugurará en la sala Spilimbergo del Museo Timoteo Navarro. Es que, la tecnología ha sabido transformar, incluso, este arte impreso, con nuevas herramientas,
El grabado es, por excelencia, el arte de la reproducción, de la impresión.
Origen
La primera civilización que conocemos que produjo originales múltiples fueron los sumerios en Mesopotamia, que vivieron hace 3.000 años; cortaban piedras de modo cilíndrico en los que tallaban sus diseños, y a continuación hacían rodar esos cilindros sobre arcilla blanda, dejando la impresión de su diseño original. El grabado en relieve de hoy en día está basado en este principio básico. La invención de los sumerios creó el concepto del rodillo, hoy conocido como prensa de impresión.
Como se podrá apreciar, la multiplicación -a través de la reproducción-, es el principio de identidad, por así decirlo de este arte.
Desde los años 50, el grabado se convirtió en una de las principales formas de expresión artísticas, en los diferentes estilos y tendencias.
Pero, como advierte Walter Benjamin, incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: “el aquí y el ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra”. La fotografía y el grabado arrancan el aura a la obra de arte, su valor cultual como se ha escrito aquí, hace algunos semanas, en relación a las tesis de Benjamin. En otras palabras, eso que hace que una obra sea única.
Y cuando se inicie este último encuentro, en la cuarta semana de julio, proliferarán los talleres, clínicas, conferencias, muestras y debates. Decenas de especialistas y artistas pondrán a tono los debates y polémicas sobre el arte impreso.
“Sí, es posible que se esté haciendo mucho grabado en estos momentos. Me parece que puede ser hasta por una cuestión de presupuesto, porque es más accesible, si hasta una remera es arte impreso”, le explicó a LA GACETA Mónica Vallejo, titular del instituto que organiza el simposio internacional, junto a Marisa Rossini ante una consulta. “La fotografía misma puede pensarse como arte impreso si lo ves desde el punto de vista de la matriz”, agregó. Vallejo describió que la situación tiene que ver con el acceso de la gente a la tecnología. “Es más fácil acceder al arte impreso que a otras disciplinas artísticas”, sostuvo.
Precisamente, las relaciones entre el arte, la ciencia y la tecnología estarán en evidencia en la muestra “Metáforas de la supervivencia”, que se inaugurará en la sala Spilimbergo del Museo Timoteo Navarro. Es que, la tecnología ha sabido transformar, incluso, este arte impreso, con nuevas herramientas,
El grabado es, por excelencia, el arte de la reproducción, de la impresión.
Origen
La primera civilización que conocemos que produjo originales múltiples fueron los sumerios en Mesopotamia, que vivieron hace 3.000 años; cortaban piedras de modo cilíndrico en los que tallaban sus diseños, y a continuación hacían rodar esos cilindros sobre arcilla blanda, dejando la impresión de su diseño original. El grabado en relieve de hoy en día está basado en este principio básico. La invención de los sumerios creó el concepto del rodillo, hoy conocido como prensa de impresión.
Como se podrá apreciar, la multiplicación -a través de la reproducción-, es el principio de identidad, por así decirlo de este arte.
Desde los años 50, el grabado se convirtió en una de las principales formas de expresión artísticas, en los diferentes estilos y tendencias.
Pero, como advierte Walter Benjamin, incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: “el aquí y el ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra”. La fotografía y el grabado arrancan el aura a la obra de arte, su valor cultual como se ha escrito aquí, hace algunos semanas, en relación a las tesis de Benjamin. En otras palabras, eso que hace que una obra sea única.