El abandono de la ex estación El Provincial

30 Julio 2014
Hay sociedades que valoran el legado de las generaciones pasadas porque tienen que ver con parte de su historia, de su identidad. Se ocupan no sólo de restaurarlo y conservarlo, sino de darle una nueva utilidad en el caso que la original hubiese desaparecido. Otros, por el contrario, dejan que las joyas de la familia se deterioren y las abandonan como trastos viejos, como suele suceder con el patrimonio arquitectónico. Esto último ocurre con mucha frecuencia en Tucumán y la ex estación El Provincial es un ejemplo de ello.

El inmueble, ubicado en la avenida Roca al 600, yace totalmente depredado en su interior. Está ubicado en un predio de tres manzanas, donde se han asentado lavaderos clandestinos, manteros, puestos de comida y vendedores ambulantes. Estos últimos están dispuestos a instalarse y han comenzado a levantar estructuras metálicas sobre la calle Alsina, sin autorización.

En los últimos años, los indigentes y la basura se habían apropiado de la ex estación, sita a nueve cuadras de la plaza Independencia. En 2011, los ambulantes se habían instalado en su vereda y amenazaron con no moverse de allí.

La decana de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT dijo que no hay que pensar en reconstruir el antiguo inmueble ferroviario porque eso ya es imposible, pero sí en darle una nueva utilidad. “No podemos tenerlo así de desperdiciado cuando se trató de un hito urbano de nuestra ciudad. Ha tenido y tiene una presencia muy significativa para los tucumanos como para olvidarnos de él... se debería recuperar todo el conjunto: el espacio verde junto a la estación. Y esta última podría ser un sector de servicios relacionado con el uso del espacio público: baños, un café, un lugar donde tomar un vaso de agua... se trata de reutilizar el espacio sin desconocer los nuevos usos que se le está dando. Si va a haber una feria, entonces el Estado debería brindar infraestructura para que la gente no esté tirada en el piso, sino en mejores condiciones”, dijo.

La estación se inauguró el 8 de septiembre de 1889 durante la gobernación de Lídoro Quinteros. En 1899, la compañía propietaria Ferrocarril Noroeste Argentino vendió sus acciones al Ferrocarril Central Córdoba. En 2002, el Organismo Nacional de Bienes del Estado (Onabe) le transfirió a la Provincia el edificio con la condición de que se lo destinara a un museo ferroviario. En 2005, el Gobierno provincial solicitó la ampliación del destino de los predios para poder construir dos escuelas. Esta fue concedida y también se solicitó un plan de financiación para el pago de lo que ese organismo pedía por la transferencia de dominio, pero ello no se concretó, por lo que la Provincia no dispone del título de propiedad. El edificio está protegido por la ley 7.535, de Patrimonio Cultural.

El enorme predio podría haberse convertido en un espacio verde que albergara, por ejemplo, una “ciudad de los chicos”, un anfiteatro, un paseo de esculturas. El edificio de la ex estación convertido en museo, podría emplearse como ámbito de conferencias sobre la historia del ferrocarril en Tucumán. Mientras ciudades como Rosario, Mendoza, Salta o Córdoba conservan y recrean su legado, lo exhiben con orgullo y lo explotan turísticamente, en Tucumán no sucede lo mismo. La indolencia de una buena parte de la clase dirigente por cuidar la herencia de nuestros mayores es pavorosa.

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