01 Agosto 2014
NO SE ECHÓ ”MANO”. El “ahorro” alcanza a los seis principales cultivos: soja, trigo, maíz, girasol, sorgo y cebada. la gaceta / archivo
Por el aumento de los costos, la intervención del Gobierno en los mercados y una mayor presión impositiva; en síntesis, un incremento del riesgo para producir, la agricultura argentina pasó a jugar a la defensiva, con una caída del uso de tecnología alta para sus seis principales cultivos: soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada. Entre las campañas 2010/11 y 2012/13, la aplicación de tecnología de nivel alto en el país descendió del 47%, sobre la superficie total sembrada entre esos productos, a un 37%.
Por otra parte, para tomar un caso emblemático, el trigo, el cultivo que más sufrió las trabas del Gobierno con cierres de exportaciones, es el que más usa tecnología baja. De un 24% de tecnología baja, en 2010/11, pasó a un 36%, en 2012/13.
Estos datos son parte del Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa), un informe que hizo la Bolsa de Cereales de Buenos Aires con encuestas entre 200 asesores para 17 zonas productivas y considerando 62 variables, como fechas de siembra, variedades, híbridos, tipo de manejo agronómico, hasta el uso de distintos niveles de fertilizantes, insecticidas, fungicidas, herbicidas, entre otros productos, y estrategias de producción. El trabajo de definir los niveles de tecnología se hizo asociando cada cultivo a las diferentes zonas agroecológicas y el manejo que allí hacían los productores.
En el informe sobresale la caída de la aplicación de tecnología de nivel alto, del 47% al 37%. En hectáreas, la disminución fue de 14,235 millones a 11,735 millones, entre esas campañas.
“Muchos de los asesores nos dicen que esto tuvo que ver con los costos y el clima”, señaló Damián Sammarro, analista de la Bolsa de Cereales porteña, quien trabajó con Juan Brihet en el relevamiento que se hizo evaluando campañas salteadas por el tiempo, que luego demora el análisis de tantas variables y datos.
Consultado Ernesto Ambrosetti, economista jefe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, fue más allá: “Acá influyeron la suba de costos, la persistencia de la intervención en los mercados, la pérdida de transparencia por la menor competitividad, el achicamiento de los márgenes por la caída de competitividad, la presión impositiva y las dificultades para acceder a insumos por las trabas a las importaciones”.
Según publicó el matutino “La Nación”, la alta tecnología se redujo en todos los cultivos. En forma paralela, hubo un desplazamiento a los segmentos de tecnología media y baja. En efecto, el 42% de tecnología media de 2010/11, con 12,7 millones de ha, pasó a 50% con 15,8 millones de ha, en 2012/13. El nivel de tecnología baja, que era 11%, con 3,3 millones de ha, en 2010/11, trepó a 13%, con 4,1 millones de ha, en 2012/13. Por cultivo, el trigo se llevó las de perder: de un 38% de tecnología alta disminuyó a un 28%. En tanto, de un 38% de tecnología media retrocedió a un 36%. Hoy es el que exhibe el mayor porcentaje de tecnología baja de todos los cultivos, con un 36%, contra 24% en el ciclo 2010/11.
Por otra parte, para tomar un caso emblemático, el trigo, el cultivo que más sufrió las trabas del Gobierno con cierres de exportaciones, es el que más usa tecnología baja. De un 24% de tecnología baja, en 2010/11, pasó a un 36%, en 2012/13.
Estos datos son parte del Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa), un informe que hizo la Bolsa de Cereales de Buenos Aires con encuestas entre 200 asesores para 17 zonas productivas y considerando 62 variables, como fechas de siembra, variedades, híbridos, tipo de manejo agronómico, hasta el uso de distintos niveles de fertilizantes, insecticidas, fungicidas, herbicidas, entre otros productos, y estrategias de producción. El trabajo de definir los niveles de tecnología se hizo asociando cada cultivo a las diferentes zonas agroecológicas y el manejo que allí hacían los productores.
En el informe sobresale la caída de la aplicación de tecnología de nivel alto, del 47% al 37%. En hectáreas, la disminución fue de 14,235 millones a 11,735 millones, entre esas campañas.
“Muchos de los asesores nos dicen que esto tuvo que ver con los costos y el clima”, señaló Damián Sammarro, analista de la Bolsa de Cereales porteña, quien trabajó con Juan Brihet en el relevamiento que se hizo evaluando campañas salteadas por el tiempo, que luego demora el análisis de tantas variables y datos.
Consultado Ernesto Ambrosetti, economista jefe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, fue más allá: “Acá influyeron la suba de costos, la persistencia de la intervención en los mercados, la pérdida de transparencia por la menor competitividad, el achicamiento de los márgenes por la caída de competitividad, la presión impositiva y las dificultades para acceder a insumos por las trabas a las importaciones”.
Según publicó el matutino “La Nación”, la alta tecnología se redujo en todos los cultivos. En forma paralela, hubo un desplazamiento a los segmentos de tecnología media y baja. En efecto, el 42% de tecnología media de 2010/11, con 12,7 millones de ha, pasó a 50% con 15,8 millones de ha, en 2012/13. El nivel de tecnología baja, que era 11%, con 3,3 millones de ha, en 2010/11, trepó a 13%, con 4,1 millones de ha, en 2012/13. Por cultivo, el trigo se llevó las de perder: de un 38% de tecnología alta disminuyó a un 28%. En tanto, de un 38% de tecnología media retrocedió a un 36%. Hoy es el que exhibe el mayor porcentaje de tecnología baja de todos los cultivos, con un 36%, contra 24% en el ciclo 2010/11.