Brasil y Uruguay temen por la situación argentina

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03 Agosto 2014

Walter Brandimarte y Silvio Cascione - Agencia Reuters

RIO DE JANEIRO/BRASILIA.- El default de Argentina amenaza con agravar las tensiones comerciales en América del Sur, otra preocupación económica para Brasil en un año de tensas elecciones y un dolor de cabeza para Uruguay, porque la recesión se profundizaría en su vecino del sur.

Los exportadores brasileños, desde fabricantes de calzado a los de automóviles, están anticipando menores ventas.

En tanto, los hoteleros y otros empresarios turísticos en el popular balneario de Punta del Este se están preparando para una temporada de verano más floja, luego de que Argentina no consiguió un acuerdo con acreedores holdout que le permitiera desbloquear un pago de deuda. El incumplimiento probablemente perjudique el poder adquisitivo de los argentinos con una inflación que ya supera el 30% y que se aceleraría.

El sufrimiento será agudo para la industria automotriz brasileña. La mayor economía de América Latina envía el 90 por ciento de sus exportaciones de vehículos a Argentina. “Incluso antes del default había una caída visible de las exportaciones a Argentina”, dijo Jose Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Exportadores Brasileños. “Con el default vamos a tener una baja sustancial ¿Quien va a asumir el riesgo de exportar a Argentina?”

Argentina cayó en cesación de pagos el jueves pasado, tras perder una larga batalla legal con fondos de cobertura que rechazaron canjes de deuda en 2005 y en 2010.

Además de poner presión sobre el peso e impulsar la inflación, el default puede elevar los costos financieros de las empresas locales y drenar unas reservas en moneda extranjera menguantes, que ahora están bajo los 30.000 millones de dólares.

Claramente, los problemas de Argentina difícilmente se traduzcan en un revés económico importante para Brasil y Uruguay, los vecinos con relaciones más estrechas. Para Chile, el efecto será probablemente imperceptible, porque apenas exporta a Argentina, aunque las minoristas chilenas Cencosud y Falabella tienen operaciones en ese país.

Brasil exportó 7.000 millones de dólares en bienes a Argentina durante junio, casi un 7 por ciento del total de sus envíos. Los problemas de Argentina podrían empujar un poco más hacia una recesión a una débil economía brasileña. Una recesión más profunda en Argentina podría llevar a las fábricas brasileñas a disminuir su producción y a aumentar despidos, ensombreciendo las perspectivas de una recuperación en Brasil durante 2015.

Una débil demanda argentina será un desafío para Marcopolo , el mayor fabricante de buses de Brasil, que ya ha recortado su producción en dos tercios en sólo seis meses.

Un portavoz de Marcopolo no quiso comentar lo que puede significar el default para sus perspectivas. El presidente ejecutivo, Jose Rubens de la Rosa, había dicho en una conferencia con analistas en junio que la persistente incertidumbre en el país “claramente” estaba afectando el desempeño de la compañía.

“No es la primera vez que esto pasa en Argentina”, dijo. “El Gobierno nos ha pedido paciencia”.

Mal momento

Las exportaciones brasileñas a Argentina han estado disminuyendo en los últimos años porque el fin del auge mundial de los precios de las materias primas pesó sobre las reservas argentinas en dólares, lo que llevó a los políticos a imponer controles de capital y barreras al comercio.

En una muestra de solidaridad, la presidenta brasileña Dilma Rousseff hizo a un lado el martes su rivalidad con el más grande de sus vecinos y apoyó a la argentina Cristina Fernández, diciendo que unos pocos “especuladores” estaban poniendo en riesgo “la estabilidad y el bienestar” de un país entero.

En el peor escenario, el default de Argentina le puede costar a Brasil 0,5 punto porcentual de crecimiento en 2014, dijo Robert Wood de Economist Intelligence Unit. Con perspectivas de expansión para este año de apenas un 0,9 por ciento, cada décima cuenta, especialmente en un año electoral.

Uruguay, un pequeño país de unos 3 millones de habitantes, tiene tantos vínculos con Argentina que cuando su vecino cayó en crisis también tuvo que reestructurar su deuda un año después.

Uruguay no está enfrentando problemas de deuda esta vez, pero se está preparando para una baja del turismo de Argentina que puede vaciar sus playas.

Los argentinos tienen problemas para viajar al extranjero porque el banco central impone reglas estrictas para la compra de divisas para proteger sus reservas.

En Punta del Este, los gerentes hoteleros temen a una pérdida de turistas argentinos, que representan unos dos tercios de los visitantes.

“Si Argentina está mal, Punta del este va a estar mal”, dijo Fernando Massa, presidente de la asociación de hotelera de la ciudad.

“La hotelería de tres estrellas para abajo tiene serios problemas de supervivencia”, añadió.

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