Los chicos y el arte de preguntar

La felicidad y el futuro, dos de los temas de los que habló Ricardo Mariño con los tucumanos

22 Agosto 2014
Por los temas de los que se habló, bien podría haber sido un Congreso de filosofía. Nada de eso, pero parecido, porque la curiosidad cruzaba el aire. Eran chicos preguntándole sobre el futuro, sobre la nada, sobre la felicidad, sobre la imaginación, sobre la creatividad, al escritor Ricardo Mariño, en su raid por siete colegios tucumanos, en un par de siestas tucumanas calientes.

“Es frecuente que piense en el futuro. Es una charla que suelo tener con mi hijo. Me provoca una enorme curiosidad cómo será dentro de 200 años. Me intriga cómo van a ser las sociedades, cómo van a ser las personas, que van a vivir mucho más tiempo. La cuestión de cómo imaginar el futuro me parece un temazo. Hay muchísimos escritores que han escrito sobre eso”, fue la respuesta del autor de “Lo único del mundo” a la pregunta de un inquiridor menudo, ayer, en el patio del Instituto Jim.

¿“Para quiénes prefiere escribir: para los chicos o para los adultos”, le interrogó otro alumno; a lo cual el invitado le respondió con lo que todos sabemos: que escribir para los chicos es más placentero, porque la imaginación y la fantasía están a flor de piel.

Pero ese clima de cotilleo perpetuo sin perder la atención al visitante no fue excluyente del JIM: se repitió en el Salesiano General Belgrano, en el Tulio, en el Nueva Concepción, en las Esclavas, en el Pellegrini y en el Santa Rosa, colegios tucumanos a los que Mariño concurrió esta semana, convocado por la editorial Santillana.

“Buenas tardes, señor Ricardo. ¿Cuál ha sido el día más feliz de su vida”?, le preguntó, con voz solemne de locutor, micrófono en mano, otro alumno de la primaria del Jim. “Claramente, el día que nació mi hijo. Y él hoy tiene 23 años, le respondió el escritor, sin dudar. Esa respuesta arrancó el aplauso unánime del auditorio.

“ Y ante una pregunta tan buena- continuó- creo que podemos terminar aquí”.

Al final, las cámaras de los celulares y muchos ejemplares de los libros de Mariño - la saga de Cinthia Scoch (su obra más reciente), El insoportable”, “Desplumado”, “Lo único en el mundo”, entre otros numerosos títulos del autor- le pusieron el sello final a ese encuentro entre el autor y cada lector: el autógrafo en la solapa de su libro y la foto en el teléfono.

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